En cuanto a los
rasgos morfosintácticos y léxicos de
los textos argumentativos,
poco o nada se puede decir que sea válido para todos
ellos, dada enorme variedad de textos diferentes que nos
podemos encontrar. Si nos ceñimos a las argumentaciones
escritas más usuales (ensayos de distinta temática,
artículos de opinión, editoriales, etc.), se suelen
señalar los siguientes:
·
Aparecen
TECNICISMOS, en mayor o menor medida según el
carácter más o menos divulgativo del texto. Incluso
cuando no se trata propiame de tecnicismos, es frecuente
encontrar términos polisémicos del lengu normal a los
que se aplica un significado específico cuasitécnico:
con ello pretende que el vocabulario sea DENOTATIVO.
·
Normalmente, se
tiende a emplear la modalidad oracional enunciativa
especialmente en textos especializados, con lo cual se
quiere dar impresa de objetividad. En textos donde se
acentúa la actitud personal del autor, el contrario, son
frecuentes las modalidades exclamativa, interrogativa
dubitativa.
·
La sintaxis
suele ser compleja,
con aparición de largos períodos oracio les. Predomina
la subordinación, acorde con la expresión del razonamien
comparativas, condicionales, concesivas, consecutivas.
Abundan los INCISOS EXPLICATIVOS.
5. TIPOS DE ARGUMENTOS Y FORMAS DE
ARGUMENTACIÓN
5.1. TIPOS DE ARGUMENTOS SEGÚN SU
CAPACIDAD PERSUASIVA
Una argumentación no
puede persuadir a su destinatario si los argum que utiliza
no son «adecuados». Tres son las características que define
mayor o menor adecuación: PERTINENCIA, VALIDEZ y FUERZA
ARGUMENTATIVA.
Un argumento no es
pertinente si no está relacionado con la tesis ni
contribuye a reforzarla. Si en una discusión sobre la
energía nuclear se hablara de «la belleza arquitectónica de
la centrales nucleares», diríamos que eso no viene al caso»:
es un argumento no pertinente.
Son argumentos
válidos aquéllos que, siendo pertinentes, están bien
considos y conducen a la conclusión deseada. Por
contra, se suele denominar FALACIA al argumento no
válido y que, por tanto, puede ser rechazado con
razón por el interlocutor. En el siguiente ejemplo, el
emisor comete una falacia por generalización
inadecuada, que su interlocutor rebate inmediatamente:
- Tienes que
estudiar mucho: si tienes una carrera, encontrarás trabajo.
- Pero ¡conozco
multitud de licenciados en paro!
Aun siendo válidos, los distintos
argumentos pueden tener diferente fuerza
argumentativa. Esta depende de la facilidad con la
que sea posible rebatirlos. Distinguimos así
argumentos DÉBILES y argumentos SÓLIDOS. Aquél que no
puede ser rebatido porque no admite ninguna discusión es un
argumento IRREFUTABLE:
Tú no has podido
ver a Pedro a las diez porque a esa hora lo estaban
operando de apendicitis en el hospital.
La función primordial del
argumento es, lógicamente, probar la tesis.
En Este sentido, todo argumento es una IDEA DE APOYO.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que toda tesis se
defiende siempre frente a otra u otras «opiniones» que se
consideran opuestas. En la argumentación bilateral
(por ejemplo,debates, tertulias, mesas redondas, etc., y
también en la comunicación inerpersonal) la tesis contraria
se hace explícita en la opinión defendida por el
interlocutor, que aportará a su vez argumentos que la
apoyen. Podemos distinguir, por tanto, dos tipos de ideas
en relación con un proceso argumentativo: ARGUMENTOS
DE APOYO y ARGUMENTOS CONTRARIOS. Lo que cada uno
de los interlocutores intenta es que la ideas de apoyo a
su tesis invaliden las ideas contrarias o que, en todo
caso, prevalezcan sobre ellas en el ánimo del
destinatario.
Se llama CONTRAARGUMENTO a la
idea de apoyo que tiene como finalidad inmediata invalidar
una idea contraria.
También en la argumentación
unilateral (en un ensayo o en un artículo de opinión,
por ejemplo) se ha de tener muy en cuenta la tesis
contraria. Es habitual que el autor examine las
objeciones y argumentos que se pudieran oponer desde
posiciones diferentes. Suelen aparecer en el texto mediante
el mecanismo de CONCESIÓN-ADVERSACION: se acepta
parcialmente un argumento contrario para inmediatamente
después rebatirlo o contraargumentar con una idea de más
peso:
Es cierto que la
película resulta un poco lenta [CONCESIÓN], pero todos los
críticos la consideran una obra de arte [ADVERSACION].
(Continuará)
Argumento "Ad hominem"
_______________________________________________________________________
5.4. TIPOS DE ARGUMENTOS SEGÚN
SU FINALIDAD
Como sabemos, en los textos arguentativos el
autor pretende, por parte, probar una determinada tesis, por
otra, mover el ánimo del destinatario a favor de esa tesis u
opinión. DEMOSTRACIÓN Y PERSUASIÓN son, efecto, las
finalidades básicas que tiene una argumentación.
La demostración se realiza mediante los
argumentos propiamente dichos ARGUMENTOS RACIONALES. Éstos
se basan en los hechos, los cuales analizados y valorados
racionalmente, bien sea de una manera objetiva (como en la
demostración científica), bien sea adaptándolos a los
sistemas de creencias y valores de los interlocutores. En
cambio, para la persuasión se utiliza menudo ARGUMENTOS
AFECTIVOS que, como ya señalaban los estudi de la
Antigüedad, tienen como función «conmover» al destinatario.
5.4.1. La argumentación sobre
los hechos
Es habitual distinguir dos formas de
argumentación racional. La ARGUMENTACIÓN LÓGICA y la
ARGUMENTACIÓN ANALÓGICA.
• La ARGUMENTACIÓN LÓGICA es la que se basa en
los principios LÓGICOS del razonamiento humano: las
relaciones causa-efecto, concreto-abstracto,
individual-general, acto-finalidad, condición-resultado,
etc. La forma básica del argumento lógico es el SILOGISMO,
un razonamiento que consta de dos PREMISAS (Los hombres
son mortales; Sócrates es hombre) y de una CONCLUSIÓN
que se deduce necesariamente de ellas (luego Sócrates es
mortal). En los textos argumentativos, sin embargo, no
suele aparecer completo: es normal que falte alguna de las
premisas, por considerarse que el destinatario la acepta
implícitamente: Sócrates es un hombre y, por lo tanto, es
mortal.
A partir de esta forma básica, se
pueden construir distintos argumentos según el tipo de
relación que se establezca entre las premisas y la
conclusión. La causa sirve de argumento para demostrar una
tesis que enuncia una consecuencia: Es mejor que vayamos
al cine porque hoy los teatros están cerrados. De igual
forma, la consecuencia es un argumento para confirmar una
causa: La tasa de desempleo no ha bajado; por tanto, la
política económica no ha sido tan efectiva como se dice.
Puede también argumentarse a favor de un hecho enunciando su
finalidad (Estudia mucho para que un día llegues a ser un
hombre de provecho) o el resultado de una condición
previa (Si sigues entrenando seguro que te acaban
subiendo al primer equipo).
En
las relaciones lógicas CONCRETO-ABSTRACTO e
INDIVIDUAL-GENERAL se basan dos de los argumentos más
usuales: el EJEMPLO y el argumento basado en un PRINCIPIO
GENERAL.
• El EJEMPLO sirve para confirmar
la veracidad de una tesis presentando un caso concreto de la
realidad en el que esa tesis se cumple efectivamente:
El intenso tráfico marítimo de
grandes petroleros constituye una de las amenazas más graves
al ecosistema. Desastres como el del Exxon-Valdez y el del
Mar Egeo han ocasionado pérdidas irreparables en la fauna y
la flora marina de zonas de importantísimo valor ecológico.
[El País]
Muy habitual en las argumentaciones
que se producen en diálogos de la vida diaria es la
ejemplificación con casos extraídos de la experiencia
personal. Se trata de un recurso argumentativo de solidez
relativa, pues siempre puede ser invalidado por otro
ejemplo de sentido contrario:
- Mira a tu primo Luis: a tu edad
estudiaba mucho y sacaba muy buenas notas; ahí lo tienes,
convertido en arquitecto y trabajando en una empresa
importante.
- Mejores notas sacaba Fernando y
todavía está en el paro.
• El procedimiento inverso consiste
en utilizar una idea de carácter general para confirmar una
tesis sobre un hecho concreto:
El pequeño inversor no debiera
alarmarse ante el descenso de ayer en la Bolsa de Madrid. La
lógica de los ciclos bursátiles hace suponer que pronto se
producirá un repunte que dejará el índice general en cifras
cercanas a las de la semana pasada.
[Cinco Días]
Un valor similar tienen el llamado
ARGUMENTO DEL SENTIR GENERAL o del SENTIDO COMÚN
(No te eches la culpa por lo que ha pasado. Cualquiera en
tu lugar habría hecho lo mismo) y el uso de REFRANES y
MÁXIMAS para reforzar una idea. Los refranes pueden
considerarse como «verdades» de la tradición comúnmente
aceptadas por la cultura popular. Tienen una gran
expresividad, pero su fuerza argumentativa es más emotiva
que lógica; de hecho, existen refranes que apoyan ideas
opuestas: A quien madruga, Dios le ayuda / No por
mucho madrugar amanece más temprano.
Las máximas son también aseveraciones sentenciosas que se
utilizan en la argumentación como verdades indiscutibles en
apoyo de la tesis. A diferencia de los refranes, tienen un
origen culto: El hombre es un lobo para el hombre.
Dentro de la
argumentación lógica hemos de considerar también un procedimiento
argumentativo muy usual en los textos ensayísticos: el
ARGUMENTO
DE AUTORIDAD. Utiliza como apoyo a la tesis
testimonios de expertos conocidos, especialistas en el tema
o simplemente personas de prestigio. Por otro lado, la
referencia a la idea expresada por la «autoridad» puede
presentarse de dos formas: mediante el resumen
Como dice
Aristóteles, cosa es verdadera,
el mundo por dos
cosas trabaja: la primera por haber mantenencia; la otra
cosa era
por haber
juntamíento con hembra placentera.
[Arcipreste de Hita:
Libro de buen amor]
y mediante la CITA literal
El pensamiento
en el sentido estricto de la palabra es inseparable del
lenguaje y de la capacidad de hablar. Helen Keller lo dice
claramente cuando reflexiona sobre el modo como pasó de
procesos cognitivos sin uso del lenguaje a pensar en
términos de lenguaje: «Ella [la maestra] me trajo el
sombrero y supe que iba a salir al sol tibio. Este
pensamiento, si una sensación muda puede llamarse
pensamiento, me hizo saltar y brincar de placer».
[Adam Schaff:
Introducción a la semántica]
La ARGUMENTACIÓN
ANALÓGICA se basa en un proceso de razonamiento
diferente: para argumentar sobre el hecho sujeto a debate se
hace referencia a otro hecho distinto pero que tiene
semejanza con él. El emisor establece una relación de
ASOCIACIÓN o ANALOGÍA entre ambos, de forma que presupone
que, dado que son similares, lo que es cierto para uno es
cierto también pata el otro. El argumento analógico más
frecuente es la COMPARACIÓN:
Convendría a la
sociedad europea permanecer alerta para no cometer los
mismos errores de otros tiempos. Los últimos resultados
electorales del ultraderechista y racista Frente Nacional de
Le Pen constituyen una amenaza tan terrible para la cultura
democrática como la que en su día supuso el ascenso
al poder del Partido Nazi en Alemania.
[El Periódico de Cataluña]
El mismo
valor puede tener también la METÁFORA:
Tú eras el huracán
y yo la alta
torre que desafía
su poder:
¡Tenías que
estrellarte o que abatirme!... ¡No pudo ser!
[Gustavo A. Bécquer:
Rimas
Para explicar la
razón por la que el amor entre el poeta y su amada
imposible, se establece una analogía entre ella y el
huracán, y entre él y torre, analogía basada en la relación
de oposición violenta e irreconciliación, entre ambos
elementos.
Desde otro punto de vista,
tanto la comparación como la metáfora
como otras formas de argumento
analógico, como la alegoría o la fábula.
Pueden funcionar también como argumentos afectivos que se
utilizan influir en el ánimo del destinatario.
LA ARGUMENTACIÓN AFECTIVA
Se denominan ARGUMENTOS AFECTIVOS
aquéllos que pretenden pro-aren el destinatario determinadas
reacciones emocionales que condicionan apreciación de la
tesis: simpatía, pena, admiración, horror, temor, etc.
En cuanto a su contenido y su forma, no son en
realidad diferentes de los que se utilizan en la
argumentación racional. La diferencia estriba,
principalmente, en el especial uso que en ellos se hace del
lenguaje: éste se carga de esividad, gracias al empleo por
parte del autor de determinados recursos estilísticos. Así,
la COMPARACIÓN en el primer ejemplo y el argumento do en la
relación CAUSA-EFECTO en el segundo adquieren una gran
fuerza emotiva en los fragmentos siguientes:
Ahora que llega el verano, la gente quiere
cambiar de yo mediante una dieta. Los cuerpos se hacen
visibles, pero sólo algunos mortales poseen una carne digna
de ser asada. [... ] Ya se sabe que a los dioses no les
gusta el tocino, [...] de modo que todo el mundo se mata por
llegar a la playa con el peso y la perfección de aquellas
jóvenes reses que eran acarreadas hacia el ara del
sacrificio en la antigüedad.
[Manuel Vicent]
Si el telón de acero se ha derretido y los
malos de ayer son los buenos de hoy, ¿por qué los poderosos
siguen fabricando y vendiendo armas y miedo?
[Eduardo Galeano]
En el primer ejemplo, la
comparación entre las personas que toman el sol en una playa
y las reses sacrificadas -asadas- a los dioses de la
antigüedad, es un Argumento analógico que sirve, más que
para convencer intelectualmente al destinatario de la
inconveniencia de las dietas veraniegas, para persuadirlo a
través del humor (a los dioses no les gusta el tocino) y del
ridículo (...carne digna de ser asada jóvenes reses...). En
el segundo, tan importante como el razonamiento utilizado
(«las armas no son necesarias porque ya no hay ningún
enemigo») son los recursos que el autor utiliza para
expresarlo, que sugieren al destinatario que el concepto de
enemigo es absurdo (malos de ayer/ buenos de hoy) y que las
armas no se relacionan con la protección sino con el miedo
(vendiendo armas y miedo).
Los recursos que se emplean en este
tipo de argumentaciones son los mismos que caracterizan a
la lengua literaria: las llamadas FIGURAS ESTILÍSTICAS y
TROPOS -como la hipérbole, el paralelismo, la antítesis, la
anáfora, el símil, etc.-, que en el texto literario tienen
una función expresiva y poética, son usados en los textos
argumentativos con una finalidad retórica. Como en los
textos literarios, el léxico se selecciona atendiendo al
efecto que las CONNOTACIONES de las palabras empleadas
puedan producir en el destinatario; la ADJETIVACIÓN
adquiere también una importancia fundamental, pues mediante
el uso frecuente de adjetivos -y también adverbios -
valorativos el autor dirige en un determinado sentido la
actitud del receptor ante los hechos o ideas enunciados; de
igual forma y con la misma intención se usan otros variados
procedimientos lingüísticos.
Por último, no ha de olvidarse que
el uso de esta argumentación afectiva y de los recursos
retóricos asociados a ella está condicionado por el tipo de
texto de que se trate: lógicamente, queda excluida de los
discursos en los que se exige una completa objetividad en la
argumentación (la demostración científica, por ejemplo);
puede aparecer, más o menos sutilmente introducida, en
ensayos de tema humanístico y en los géneros periodísticos
de opinión; en cambio, es fundamental en los textos
propagandísticos, tanto doctrinales como publicitarios.
La retórica
era una disciplina fundamental en la cultura
y la educación de la antigua Grecia y la
antigua Roma. Consistía en un conjunto muy
codificado de normas y usos que regía el
«arte del bien hablar cuyo fin es deleitar,
persuadir y conmover al auditorio».