REALIDAD Y FICCIÓN                                                                                                                 

                                                                                Revista PYTHAGORAS

I.E.S. "P. Jiménez Montoya". Baza

Primero de E.S.O.

Curso 2006-2007

 Actividad

sobre la creación literaria

Visita a la clase de 1º de ESO  de tres alumnos de Bachillerato.

  • Textos leídos en la charla:

               - Instrucciones para subir una escalera (Por Julio Cortázar)

              - "No soy". Kyto

              - "Oftalmólogo", por Gloria Fuertes.

              - "Aburrimiento", por Rafael Alberti

              - "La rebelión de los niños", por Laura Quirante.

             - "Sin miedo", por Alicia Lara.

 

Instrucciones para subir una escalera (Por Julio Cortázar)

 Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea quebrada hasta alturas sumamente variables. Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos elementos, se situó un tanto más arriba y adelante que el anterior, principio que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra combinación producirá formas quizá más bellas o pintorescas, pero incapaces de trasladar de una planta baja a un primer piso.
   Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente. Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará el pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie).
   Llegando en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso.

 

No soy

 

Hoy,

el espejo no me devuelve la mirada.

No soy capaz de vislumbrar mi esencia,                               

esa falsa esencia reflejada,                                             

al otro lado del cristal.                                                                       

Hoy, parece,                                                                                    

he quedado atrapado en las sábanas,

aún en la cama,

mientras mi cuerpo caminaba,

mientras mi cuerpo se marchaba.                                            

Hoy mi cuerpo ha caminado.

Ha hablado, ha reído,

ha escrito, ha escuchado,

ha mirado, ha vivido.

Ha existido sin mí.

Hoy he sido testigo

de que no me acompaña mi presencia.

De que sólo existe más allá,

más allá de mi cadáver sonriente,

más allá (incluso) de mi consciencia.

Hoy,

mi cuerpo ha actuado sin mí,

ha hablado por mí,

ha pensado por mí;

nadie ha notado la diferencia.

Hoy, como todos,

soy un cuerpo  inconsciente,

ciego, ignorante, caminante.

Tan sólo (¡Tan sólo!)

la suma de las partes.

 

--__Kyto__--

 

 

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Mensaje de Alicia Lara

Si soy sincera, (también es lo que piensan Laura y Kito), me gustaría pasarme los días agradeciéndoles lo bien que nos trataron esa hora. Lo mío no es hablar en público. Aunque no lo creáis, no es nada, nada fácil. Y para colmo delante de treinta niños, bien grandecitos ya (y no lo digo por la edad, lo digo por la increíble madurez que nos mostraron). Pero si no tienes en cuenta el pulso tan espectacular en mis manos (que me obligó a dejar el folio en la mesa para poder continuar la lectura), puedo decir que me llegué a sentir como no podría ni imaginármelo: como en casa. Muchas preguntas sobre nosotros, cosa que no nos lo esperábamos ni por asomo.

Me alegro muchísimo que la charla os haya motivado, de verdad. No nos fue muy difícil pensar sobre qué hablar, pues teníamos las ideas muy claras. La parte del perchero surgió mientras pensábamos formas de atraer a la clase. Y algo conseguimos, creo. Al menos las caras fueron bastante divertidas. Queríamos ser diferentes, nada más. Sea más o menos dura, presentarles nuestra realidad, la que nos encontramos como estudiantes escritores. No andarnos con rodeos. Abrir puertas en la mente y mostrar que lo que estudian en el instituto no es más que una parte de las millones de formas diferentes de entender la vida escrita.

Además de Lorca, Cervantes, Machado, hay muchísimos más autores, para todos los gustos y colores, de los que extraer no pocos nuevos conocimientos; y como no, formas de diversión. Y además, que dentro de estos autores tan conocidos, es posible que tengan otro fondo muy diferente del que conocemos los estudiantes.

Cada uno de nosotros eligió una poesía que mostrara lo que de verdad importa a la hora de escribir: Mostrar todo lo que quieras, como quieras, cuando quieras, y porque quieras.

Espero que algo de esto quede dentro de ellos cuando se enfrenten a esos folios en blanco y digan: "ahora, soy yo el que escribe".

            Besos,

            Alicia



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OFTALMÓLOGO

Por Gloria Fuertes

Veía borroso el poema.

 

El médico de ojos

me mandó una medicina "lágrimas artificiales".

El médico me dijo: "Que tengo que llorar más".

 

Dos gotas por la noche

y dos gotas al despertar. Yo le dije:

-Doctor, por la mañana al leer el periódico lloro

y por la noche

si no está mi amor conmigo a chorros lloro.

 

El oftalmólogo insistió en las gotas

y en que tengo que llorar más.

 

 

                            Gloria Fuertes

 

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 La rebelión de los niños

"Ajenos a nuestras preocupaciones los Dolmis saltaban y corrían por aquellos montes. Yo me fijé en un chico y una chica (...) La chica extendió sus brazos sobre el chico y este rozó sus labios sobre los de la chica, ¿qué hacían? (...) Pero un momento...

- ¿Qué has dicho?- le pregunté a ese pequeño Dolmi, pues me había parecido oír "Te quiero".

- Le he dicho que la quiero porque es muy guapa y me quiero casar con ella.- me respondió ese... ¿Dolmi?

 Ahora el problema no era el idioma, sino qué querían decir esas palabras " la quiero", ¿qué es "querer"?

 - ¿ Me estas entendiendo perfectamente?- le pregunté asombrado.

- Pues claro, si me estas hablando-.

- Pero... ¿tú no eres un Dolmi?- pregunté intrigado.

- Ja, ja, ja, ¿un qué?- extrañada me preguntó la chica.

- Nosotros somos niños, yo soy niño y ella una niña-.

- ¿Qué es NIÑO?.

- Niño eres tú, todos aquí somos niños.­

- Pero, ¿qué hacen los NIÑOS?- trataba de entender.

- Pues... ser niños. A mí me gusta jugar, reír, cantar y me gusta quererla a ella."

 

                    Laura Quirante Valdivieso

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EL ABURRIMIENTO (por Rafael Alberti)

 

Me aburro.

Me aburro.

Me aburro.

¡Cómo en Roma me aburro!

Más que nunca me aburro.

Estoy muy aburrido.

¡Qué aburrido estoy!

Quiero decir de todas las maneras

lo aburrido que estoy.

Todos ven en mi cara mi gran aburrimiento.

Innegable, señor.

Es indisimulable.

¿Está usted aburrido?

Me parece que está usted aburrido.

Dígame, ¿adónde va tan aburrido?

¿Que usted va a las iglesias con ese aburrimiento?

No es posible, señor; que vaya a las iglesias

con ese aburrimiento.

 

Mi gran aburrimiento.

Lo aburrido que estoy. Y sin embargo... ¡Oooh!

He pisado una caca...

Acabo de pisar -¡Santo Dios!- una caca...

Dicen que trae suerte el pisar una caca...

Que trae mucha suerte el pisar una caca...

¿Suerte, señores, suerte?

¿La suerte... la... la suerte?

Estoy pegado al suelo.

No puedo caminar.

Ahora sí que ya nunca volveré a caminar.

Me aburro, ay, me aburro.

Más que nunca me aburro.

Muero de aburrimiento.

No hablo más...

Me morí.

 

 

 

SIN MIEDO

 

Pierdo el norte

a escondidas,

entre mis brazos.

Quiero correr, salir, crecer,

sentir que pasa el tiempo,

tras mis recuerdos.

Volar, escuchar cómo canta el viento,

sentir la nube bajo mis pies

rodeada de bajos cielos.

Olvidarme por un momento

de mí misma,

sin miedo.

Poder ser quien quiero,

empezar a caminar sin muletas,

colorearme mi sendero,

escapar de lluvias; las tormentas,

aprender a consolarlas,

ser yo, lo que más quiero,

vivir aprendiendo

de la vida, del agua, del viento...

Y llorar. Sin miedo.

 

Alicia Lara

 

 

 

 

 

 

 

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