Lluis Duch,

UN EXTRAÑO EN NUESTRA CASA,

Herder 2007

 

Comentario de DOMINGO CIA LAMANA

 

1. Lo normal es “irse de casa” para poder recoger algo de autonomía y de autoconciencia por parte del protagonista de las novelas, al menos así lo quiso la autora de la narración del mismo nombre. También a esta huída del habitat doméstico se refiero Hegel en su “Fenomenología del Espíritu”, que no deja de ser otra novela Bildungsroman. ¿Pero es cierto que Dios ha huido definitivamente de nuestra casa/mundo o en ella vive como un extraño sin forma humana de reconocimiento, muerto de aburrimiento en cualquier rincón de nuestras iglesias y sinagogas? Algunos habían afirmado  que “Dios había muerto”, y sin embargo, como  “La madre” de la película “Volver” de Almodóvar, está presente de la forma más misteriosa y paradójica.

 Pero vayamos al libro de Lluis Duch: UN EXTRAÑO EN NUESTRA CASA, una obra de antropología que tiene que ver con lo religioso. El título bastante periodístico y ciertamente provocativo podría engañar al lector de estas 500 páginas.

 

2. Sin embargo el libro de Lluis Duch, si lo comparo con otros títulos actuales sobre esta misma temática religiosa, resulta con sobrada distancia, una obra de reflexión importante por su profundidad y aportación, actualismo en citas y referencias a autores hasta ahora poco conocidos en España, tratando este tema religioso sobre al ausencia de Dios. Cito, unos cuantos: Bauman,Z.,Modernidad líquida, Berger,P.-Luckmann Th. La construcción actual de la realidad, Bloom,H., El surgimiento de la nación poscristiana, Buber M.,Eclipse de Dios. Estudios sobre las relaciones entre la religión y la filosofía, Jonas,H. El concepto de Dios después de Auschwitz y La religión gnóstica. Kolakowski, Si Dios no existe, Rosenzweig F.,La estrella de redención, Steiner, Presencias reales: ¿Hay algo en lo que decimos? Roth,J. Judios errantes. Todorov,T. Los abusos de la memoria. Troeltsch E., El carácter absoluto del cristianismo.

 Lluis Duch cita también a  Taubes, Quisperl, Marquardt,Fr. a los que tiene verdadera devoción, pero cuyas obras citadas todavía no están traducidos a nuestros idiomas. Quiero resaltar la presencia en la bibliografía a la que me estoy refiriendo, de Melich,J. colaborador de Duch en la confección de su opera magna que es LA ANTROPOLOGIA DE LA VIDA COTIDIANA, en este momento traduciéndose al castellano desde el  catalán, en la Editorial Trotta. Destaco también el libro de R. N. Bellah, Hábitosd del corazón, que el autor de presente libro y en sus últimos recientes, tiene siempre en consideración.

 

3. UN EXTRAÑO EN NUESTRA CASA lo ha escrito un antropólogo, narrando una visión de Dios que no improvisa, ni frivoliza, ni escribe por encargo editorial. Los amigos sabíamos que “necesitaba escribir este libro”. Lo había indicado cuando prefería hacer silencio inteligente  en nuestras conversaciones  sobre estos temas que toca el libro. Lluis es monje en Montserrat y cuando baja al llano de la ciudad y en ella se introduce, oye, mira, se llena de amigos y luego sube a la montaña para seguir siendo monje, y escribir sobre la/s película/s de la vida, ejerciendo de  antropólogo de oficio, uno de los mejores de nuestro país que él no quiere admitir, ni posiblemente le interesa, pero que todos reconocen.

 

Una de las características de este libro la encuentro, como voy diciendo, en esta vertiente antropológica que tiene que ver con la afirmación que hace  en la conclusión del mismo: “Porque el hombre se halla siempre atrapado en la historia, Dios también lo está” (pág.481), desde aquí ha tratado en todo su libro de explicitar los precedentes más o menos remotos e imperceptibles a simple vista, de la actualidad que nos ha caído en suerte vivir. Y el antropólogo nos sigue indicando que Dios, de la misma manera que los humanos, siempre estamos “en situación”, Dios también es inalcanzable al margen de ella y, de alguna manera viene determinado por ella. El contexto humano ha experimentado cambios vertiginosos, hemos perdido el pasado, lo que llama Duch ”crisis de la tradición y de las trasmisiones”, que trató de forma original y decisiva en su Antropología de vida cotidiana. El presente es incierto y casi inexistente y el futuro no ubica esperanzas y “sueños despiertos”. Dios el Dios de nuestros padres, se ha convertido para muchos en el Gran Desconocido. El Dios de la tradición judeo cristiana inspira muy poca confianza y son muchos los que con mayor o menor conciencia, se muestran partidarios de una religión sin Dios o al menos sin Iglesia, que ya no inspira pasión sino indiferencia y ciertas dosis de sarcasmo. Tratando de buscar causas y raíces a esta situación a esta actual situación, el antropólogo encuentra que en Europa, prácticamente desde la finalización de la segunda guerra mundial (1945) se ha producido un profundo debilitamiento de los perfiles doctrinales de las antiguas ortodoxias confesionales (catolicismo, luteranismo, anglicanismo, calvinismo, etc) surgidas de la gran crisis político-religiosa del siglo XVI. Este es uno de los puntos de referencia que Lluis Duch tiene más estudiado y profundizado en cursos de licenciatura, como los que actualmente imparte en la Facultad de Teología de  Barcelona: Crisis de la razón y de la Historia, anunciando, por cierto citando el libro al que antes me he referido de Troeltsch E., El carácter absoluto del cristianismo, posiblemente para referirse a los rasgos característicos de la sociedad actual y hacer un señalamiento de lo que pueda ser imprescindible en el cristianismo. Yo en este curso de la Facultad de Teología pude escuchar al autor del libro que comento, que la actual crisis de la razón y del cristianismo tiene una historia, y sólo desde esta arqueología podemos hacer una valoración de lo que pasa en la Iglesia y en la religión, luego lo he visto más desarrollado en el libro que comento. Ahí podríamos encontrar las razones sobre la lejanía de Dios: toda  modernidad (también la nuestra), convierte en problemático el pasado entero y  también el pasado de Dios con toda su tradición, hasta llegar a convertirse en “Un extraño en nuestra casa”. Pero este cansancio se observa en toda institución, y refiriéndonos a la institución Iglesia, constatamos que cada vez menos interviene en la articulación de la vida de los creyentes y que una gran mayoría de ellos hace “una religión a la carta” en lo que se va llamando “la diseminación del cristianismo”. Pero este no tendría por qué ser el aspecto más preocupante de la actualidad religiosa: la crisis de la Iglesia es consecuencia directa de la crisis sobre la imagen de Dios, Dios no sólo es un extraño en nuestro mundo, “Dios se ha convertido en un extraño dentro de su Iglesia”. El Dios dado por supuesto de la cultura actual de occidente, se ha convertido en un Dios extraño, ajeno, inexistente. Hay un hastío de Iglesia pero la crisis actual es una “crisis de Dios” o “hastío de Dios”, como indica Lluis Duch, citando a J.B. Metz: ”lo que ahora realmente está en crisis es el Dios cristiano”.

 

4. El libro de Lluis Duch, después de una Introducción de intenciones trata y abre cinco espacios. En primer lugar: Dios en el momento presente, para analizar el impacto de la emocionalidad, la simbolización de lo religioso, las narraciones sobre Dios, el poder y el catolicismo. El capítulo segundo se titula: Dios y la memoria. Es una temática muy querida y tratada por el autor del libro en muchas otras ocasiones y que en esta la aproxima al desconocimiento o indiferencia actual del Dios de nuestros padres, “ante una ruptura muy amplia y profunda de las transmisiones y no sólo de las religiosas. El capítulo tercero se refiere a “El conflicto de las imágenes de Dios”, para llegar a hacer una magnífica reflexión antropológica sobre la relación “idolatría-iconoclastia”.

 El capítulo quizás más original y fundamento del libro sea el cuarto que titula Dios y la Gnosis. La gnosis en la historia de la cultura siempre se ha situado en la frontera entre el saber, sobre todo el saber esotérico de salvación, y la religión, porque el hombre es “desesperadamente insuficiente”, citando esta vez el autor a  de Z. Bauman (pág.275).La religión siempre se ha convertido en una señal de la insuperable cuestionabilidad del ser humano. La gnosis siempre ha estado, ya desde Platón, en relación con el saber del “conocimiento verdadero” y poco a poco estas verdades se vincularon a la salvación del hombre, introduciendo este saber en los misterios divinos. Podemos adivinar desde aquí cómo el autor del libro, vaya analizando que el gnosticismo ha recorrido un camino tortuoso de oportunidades y riesgos, con un marcado individualismo, una total supremacía de lo psicológico y un total desencanto de las instituciones. El presente artículo irá  señalando que en la expresión y vivencia de la religión actual, aparecen rasgos contrarios y ambivalentes de “reencantamiento y desencato del mundo”, que moviliza el Dios personal de la tradición judeocristiana hasta una concepción impersonal, fluida o líquida, y oceánica de lo absoluto. Se puede comprobar que el estudio de la gnosis ayuda a determinar la situación del presente: Dios actualmente es experimentado como una ausencia que hombres y mujeres tratan de llenar mediante el recurso a una de las  innumerables ofertas del actual supermercado religioso al margen de las instituciones eclesiásticas.

El capítulo último:  La imagen de Dios después de Auschwitz, sigue teniendo una cierta continuidad con el destino de la cultura occidental porque la imagen de Dios que había tenido vigencia hasta mediados del siglo XX, resulta inservible en la actualidad para manifestar “lo que Dios en Jesucristo es para ser humano”. Hay que trasformar el lenguaje de la teología y su fundamentación. El interrogante capital ¿dónde estaba Dios en Auschwitz? Tiene por respuesta algo tan sencillo como incomprensible: Dios estaba en todos y en cada uno de las víctimas del holocausto y sigue estando presente en todas y en cada una de las víctimas de los múltiples holocaustos del presente.

 

5. Titulo este trabajo de Lluis Duch, como una narración, donde se relata la experiencia atravesada del propio autor. Lo llamo un trabajo narrativo por lo que tiene de responsabilidad y autoría de un sujeto, que después de haber hecho percepción antropológica del entorno religioso en el que realmente vive, trata de entender esta realidad de  forma inteligente, valiéndose de todas las herramientas de información a su alcance, para acabar de narrarnos lo que él piensa en esas magnificas conclusiones a cada capítulo.

Yo por mi parte percibo en la narración de Lluis Duch, espacios inéditos y atrevidos: extraños, donde Dios hace silencio o espacios de donde Dios definitivamente ha huido, dejando encargos y deberes al hombre, para poder construir esta sociedad definitivamente laica, y ya no se politice ni se manosee interesada y lujuriosamente a Dios. Trato de entender que esta nueva situación no es acomodación ni relativismo, es sencillamente entender el momento presente. Y por último el libro de Lluis Duch me da qué pensar sobre la resistencia de la actual jerarquía eclesiástica, a aceptar esta realidad que no veta y resta la fe, ni niega la existencia de Dios, sino que la coloca en su sitio, ¿por qué empeñarse en no respetar el derecho de Dios a no estar recluido en ningún tiempo, ni monopolizado por ninguna Iglesia, ni promovido por ningún interés?

Hemos estado diciendo durante parte de nuestra vida que un nuevo mundo llegaba; el libro de Lluis Duch da pistas para poder habitar esta “nueva era” ya emergente, donde la cuestión de Dios se encuentra afectada de lleno por  ideas y representaciones de esta época.