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1� de Bachiller
(alumnos del I.E.S. "P. J. Montoya",
Baza)
1.
Comentario sobre un texto de Am�rico Castro y sobre un texto de El
Quijote. Fernando Luis Ar�n.
2. Comentario sobre un texto de
Am�rico Castro y sobre un texto de El
Quijote. Antonio J. Collados
2. Comentario de Eduardo Lozano sobre un texto del C�ntico de San Juan
de la Cruz.
3. Comentario de Antonio Collados sobre la lectura de El
Quijote.
COMENTARIO
sobre
un texto de Am�rico Castro
y sobre un texto de
El
Quijote.
Antonio Juan Collados Lara
COMENTARIO DE
TEXTOS
Texto 1:
UNIVERSAL PO�TICO, PARTICULAR HIST�RICO
Am�rico Castro, Sobre El Quijote,
1925
El problema
de las relaciones que no preocup� al
primer Renacimiento, adquiere, pues, en la
segunda
mitad del siglo particular
acuidad entre los trata�distas
italianos. Los
moralistas censuraban la literatura pura�mente
imaginativa, de arte aut�nomo. Hac�a falta una litera�tura
verdadera y al mismo
tiempo ejemplar, para la que
Arist�teles prestaba base
s�lida con su Po�tica
�No es el oficio
del
poeta contar las cosas como
sucedieron, sino como de�ber�an
haber sucedido, o como fuese necesario o veros�mil. Por�que
no est� la diferencia entre el poeta y el historiador en
que el uno escriba en verso
y el otro en prosa, pues, la His�toria
de Herodoto
f�cilmente se podr�a poner en verso, y no
por eso dejar�a de ser
historia como antes lo
era sin el verso;
pero difer�ncianse en
que el uno escribe las
cosas como han
sucedido, y el otro
como deber�an haber sucedido. De donde
es, que la poes�a tiene m�s
de lo fil�sofo y de agudeza que la
historia,
porque
la
poes�a trata las cosas
m�s en lo universal, y la historia las trata
en particular�.
Ese mundo
de la verdad posible
o de lo veros�mil, pod�a
convertirse
f�cilmente en el
paradigma del deber ser, de lo
ejemplarmente moral para armonizar la falsedad
inevitable
de la fantas�a
po�tica
con la verdad, hab�an
tratado de ennoblecer
el arte
con�siderando
escol�sticamente su
fin y oblig�ndolo a reflejarse
en
la
abstracci�n
del
Bien
absoluto,
haciendo
de
los
per�sonajes
po�ticos otros tantos ejemplares
de
virtud, a despe�cho
de la realidad y de la historia.
Seg�n
Piccolomini, un comentarista de Arist�teles del siglo XVI,
lo
veros�mil
po�tico tiene m�s
alcance que la verdad, porque es un aspecto
eterno de
aquello que,
tomado (seg�n dir�amos
hoy
en
su fugaci�dad
fenom�nica, puede ser inveros�mil y, por tanto, antipo�tico.
�Pero el poeta-dice
Toffanin-, mucho m�s vidente que el historiador, ve
aquello en forma inmutable. Es decir, la
verdad vista por �ste se
escribe con min�scula; la vista por
aqu�l, con may�scula, y
se llama �veros�mil�
un veros�mil
sobre el cual brilla
confirm�ndolo la luz divina, y que se llama
lo �debido�.
Texto 1
Es un texto argumentativo, del que se
extrae la idea o tesis siguiente: La poes�a trata las cosas m�s
en lo universal y la historia en particular. Esto quiere decir
que la poes�a se preocupa por cosas que pueden suceder o no, es
decir tiene un poco de filosof�a porque adem�s se hace preguntas
que a veces no tienen respuesta y la historia se preocupa de
estudiar lo que le sucedi� hace tiempo a generaciones pasadas.
Este texto tiene argumentos objetivos, que
no dependen de la persona que argumenta y argumentos de
autoridad al final, al expresar la opini�n de Piccolomini (un
comentarista de Arist�teles).
Tiene una estructura inductiva porque al
principio presenta casos particulares y a partir de estos va
avanzando poco a poco hasta la tesis, aunque despu�s de la tesis
tambi�n nos ofrece argumentos. Al principio tambi�n se observa
un argumento de autoridad al nombrar a Arist�teles. Tambi�n
tiene un poco de expositivo porque al principio nos da
informaci�n sobre lo que preocup� al primer renacimiento.
Los textos argumentativos tienen la misi�n
de aportar razones para convencer al lector.
Pienso que tanto la historia, porque
conociendo nuestras ra�ces podremos conocernos a nosotros mismos
y podremos adelantarnos al futuro aunque parezca parad�jico,
como la poes�a por que nos aporta sensaciones que necesitamos y
nos permite expresar nuestros sentimientos, son importantes.
Pero yo me inclino m�s por la poes�a porque eso de expresar tus
sentimientos y el tono filos�fico que tiene me atraen m�s.
Texto
2
Texto 2:
Texto de la Segunda parte de
El Quijote
Que trata de lo que ver� el que
lo leyere o lo oir� el que lo escuchare leer
Al salir de Barcelona, volvi� don Quijote a mirar el sitio donde
hab�a ca�do y dijo:
��Aqu� fue Troya! �Aqu� mi desdicha, y no mi cobard�a, se llev�
mis alcanzadas glorias, aqu� us� la fortuna conmigo de sus
vueltas y revueltas, aqu� se escurecieron mis haza�as, aqu�
finalmente cay� mi ventura para jam�s levantarse!Oyendo lo cual Sancho, dijo:
�Tan de valientes corazones es, se�or m�o, tener sufrimiento en
las desgracias como alegr�a en las prosperidades; y esto lo
juzgo por m� mismo, que si cuando era gobernador estaba alegre,
agora que soy escudero de a pie no estoy triste, porque he o�do
decir que esta que llaman por ah� Fortuna es una mujer borracha
y antojadiza, y sobre todo ciega, y, as�, no ve lo que hace, ni
sabe a qui�n derriba ni a qui�n ensalza.
�Muy fil�sofo est�s, Sancho �respondi� don Quijote�, muy a lo
discreto hablas. No s� qui�n te lo ense�a. Lo que te s� decir es
que no hay fortuna en el mundo, ni las cosas que en �l suceden,
buenas o malas que sean, vienen acaso, sino por particular
providencia de los cielos, y de aqu� viene lo que suele decirse:
que cada uno es art�fice de su ventura. Yo lo he sido de la m�a,
pero no con la prudencia necesaria, y, as�, me han salido al
gallar�n mis presunciones, pues debiera pensar que al poderoso
grandor del caballo del de la Blanca Luna no pod�a resistir la
flaqueza de Rocinante. Atrev�me, en fin; hice lo que pude,
derrib�ronme, y, aunque perd� la honra, no perd� ni puedo perder
la virtud de cumplir mi palabra. Cuando era caballero andante,
atrevido y valiente, con mis obras y con mis manos acreditaba
mis hechos; y agora, cuando soy escudero pedestre, acreditar�
mis palabras cumpliendo la que di de mi promesa. Camina, pues,
amigo Sancho, y vamos a tener en nuestra tierra el a�o del
noviciado, con cuyo encerramiento cobraremos virtud nueva para
volver al nunca de m� olvidado ejercicio de las armas.
�Se�or �respondi� Sancho�, no es
cosa tan gustosa el caminar a pie, que me mueva e incite a hacer
grandes jornadas. Dejemos estas armas colgadas de alg�n �rbol,
en lugar de un ahorcado, y ocupando yo las espaldas del rucio,
levantados los pies del suelo, haremos las jornadas como vuestra
merced las pidiere y midiere, que pensar que tengo de caminar a
pie y hacerlas grandes es pensar en lo escusado.
_________________________________________________________________
Este texto pertenece a la segunda parte del
Quijote, ya por los �ltimos cap�tulos cuando Don Quijote es
vencido por el Caballero de la Blanca Luna que en realidad era
Sans�n Carrasco(el bachiller) que quiso vencerle para hacerle
volver a su casa. Unos cap�tulos antes el Bachiller tambi�n
intenta vencerle bajo el nombre �el Caballero de los Espejos�
pero no lo consigue.
En este texto conversan Don Quijote y
Sancho sobre la derrota de Don Quijote, este se muestra triste y
nost�lgico porque debe abandonar el ejercicio de caballero
andante y volver a casa y Sancho intenta animarle.
Sans�n Carrasco, que hab�a animado a que
emprendiera la tercera salida a Don Quijote para burlarse de �l
y tener algo en que pensar para no aburrirse, es el mismo que
vence a Don Quijote para que vuelva a su casa, esto parece un
poco contradictorio y quiz� el Bachiller se enfrenta con �l para
tomarse la revancha de cundo le venci� Don Quijote anteriormente
cuando era el Caballero de los Espejos.
En este texto se muestra la inteligencia
de Sancho, al dar los consejos a Don Quijote, que aunque al
principio del libro tiende a pensarse que Sancho es tonto, pero
al final demuestra que es bastante listo, esto se ve reflejado
cuando ejerce de gobernador.
Durante el transcurso de las aventuras se
produce un intercambio de personalidad entre Don Quijote y
Sancho. Sancho aporta realismo a Don Quijote y este aporta
idealismo a Sancho. Aunque Sancho no tiene toda su personalidad
realista porque si no, no saldr�a con Don Quijote en busca de
aventuras.
El libro del Quijote se publica en dos
partes:
1� parte: El ingenioso hidalgo Don Quijote
de la Mancha, en 1605, consta de 52 cap�tulos.
2� parte: El ingenioso caballero Don
Quijote de la Mancha, en 1615, consta de 74 cap�tulos.
Este libro lo escribe Miguel de Cervantes
Saavedra que naci� en Alcal� de Henares en 1547 y muri� en 1616.
Tambi�n se conoce como el Manco de Lepanto, porque perdi� un
brazo en la guerra.
El libro como dice Cervantes en el pr�logo,
es una cr�tica a los libros de caballer�as, el libro tiene un
estilo peculiar porque tiene un tono de humor e iron�a y a la
vez tiene muchas cosas interesantes de las que se puede sacar
algo. Tambi�n se caracteriza por los refranes que utiliza Sancho
y a veces tambi�n Don Quijote.
En 1614 se public� una edici�n ap�crifa
del Quijote, �El Quijote de Avellaneda�, que se cree que lo
escribi� alg�n amigo de Lope de Vega ya que este no se llevaba
bien con Cervantes. Esto oblig� a Cervantes a publicar la
segunda parte de forma r�pida y a
cambiar algunas cosas del libro.
Pienso que el �Quijote� es un libro muy
completo, porque a la vez que te diviertes al leer las aventuras
puedes extraer muchas ense�anzas morales. Nos presenta muchos
tipos de personajes pero de los dos que se extraen m�s
ense�anzas es de Don Quijote y Sancho. Cervantes supo plasmar
muy bien la sociedad de aquel tiempo en el libro y adem�s le
dio algo al libro que hace que todav�a hoy despu�s de tanto
tiempo todav�a guste a la gente. En definitiva el Quijote es la
obra m�s importante de la cultura espa�ola y �quiz� del mundo�,
esto se ve reflejado en que no pasa de moda y en que a la gente
le interesa porque siempre hay algo que sacar de �l aunque lo
leas muchas veces.
COMENTARIO
sobre
un texto de Am�rico Castro y sobre un texto de
El
Quijote. Fernando Luis Ar�n Tom�s
Fernando Luis Ar�n Tom�s 1� BT-B
Texto 1:
UNIVERSAL PO�TICO, PARTICULAR HIST�RICO
Am�rico Castro, Sobre El Quijote,
1925
El problema
de las relaciones que no preocup� al
primer Renacimiento, adquiere, pues, en la
segunda
mitad del siglo particular
acuidad entre los trata�distas
italianos. Los
moralistas censuraban la literatura pura�mente
imaginativa, de arte aut�nomo. Hac�a falta una litera�tura
verdadera y al mismo
tiempo ejemplar, para la que
Arist�teles prestaba base
s�lida con su Po�tica
�No es el oficio
del
poeta contar las cosas como
sucedieron, sino como de�ber�an
haber sucedido, o como fuese necesario o veros�mil. Por�que
no est� la diferencia entre el poeta y el historiador en
que el uno escriba en verso
y el otro en prosa, pues, la His�toria
de Herodoto
f�cilmente se podr�a poner en verso, y no
por eso dejar�a de ser
historia como antes lo
era sin el verso;
pero difer�ncianse en
que el uno escribe las
cosas como han
sucedido, y el otro
como deber�an haber sucedido. De donde
es, que la poes�a tiene m�s
de lo fil�sofo y de agudeza que la
historia,
porque
la
poes�a trata las cosas
m�s en lo
universal, y la historia las trata
en particular�.
Ese mundo
de la verdad posible
o de lo
veros�mil, pod�a convertirse
f�cilmente en el
paradigma del deber ser, de lo
ejemplarmente moral
para armonizar la falsedad
inevitable
de la fantas�a
po�tica
con la verdad, hab�an
tratado de ennoblecer
el arte
con�siderando
escol�sticamente su
fin y oblig�ndolo a reflejarse
en
la
abstracci�n
del
Bien
absoluto,
haciendo
de
los
per�sonajes
po�ticos otros tantos ejemplares
de
virtud, a despe�cho
de la realidad y de la historia.
Seg�n
Piccolomini, un comentarista de Arist�teles del siglo XVI,
lo
veros�mil
po�tico tiene m�s
alcance que la verdad, porque es un aspecto
eterno de
aquello que,
tomado (seg�n dir�amos
hoy
en
su fugaci�dad
fenom�nica, puede ser inveros�mil y, por tanto, antipo�tico.
�Pero el poeta-dice
Toffanin-, mucho m�s vidente que el historiador, ve
aquello en forma inmutable. Es decir, la
verdad vista por �ste se
escribe con min�scula; la vista por
aqu�l, con may�scula, y
se llama �veros�mil�
un veros�mil
sobre el cual brilla
confirm�ndolo la luz divina, y que se llama
lo �debido�.
Este es un texto argumentativo.
La poes�a es lo veros�mil po�tico, esta cuenta las cosas como
deber�an haber sucedido en realidad, se narran los ideales y
utop�as, mientras que en la historia es antipo�tica no porque
este escrito en prosa y no verso sino porque cuenta las cosas
tal y como sucedieron sin ninguna clase de idealismo, todo es
real.
La argumentaci�n es un tipo de escrito que tiene cono objetivo
convencer al receptor mediante razones y no mediante falaces
(que ser�a la persuasi�n).
La estructura de la argumentaci�n puede ser variada:
-Estructura encuadrada:
-Presenta una tesis.
-Cuerpo de la argumentaci�n: conjunto de argumentos-
-Conclusi�n: reelabora la tesis gracias a los
argumentos expuestos.
-Estructura inductiva: empieza por casos particulares hasta
llegar a la tesis
-Estructura deductiva: comienza por la tesis y llega hasta
los argumentos.
La estructura de este texto es una estructura encuadrada, en la
cual presenta la tesis, luego los argumentos y despu�s la
conclusi�n en la que vuelve a exponer la tesis.
Los tipos de argumentos son varios:
-Argumentos de autoridad: citas de personas importantes las
cuales dan su opini�n.
-Argumentos de ejemplificaci�n: ejemplos de hechos que
apoyan la tesis.
-Cifras y n�meros que son verdades demostrables.
-Argumentos razonables: son argumentos basados en la raz�n.
-Contraargumentos: argumentos que se critican y desmontan.
En este texto los argumentos utilizados mas claros son de
autoridad ya que expresan la opini�n de Piccolomini y Toffanin.
El tipo de oraciones utilizadas en la argumentaci�n son las
oraciones subordinadas, tambi�n causales...
Los verbos ya no solo son en presente de indicativo sino que
tambi�n aparecen tiempos de subjuntivo e imperativo.
Tambi�n se pueden encontrar conectores: �porque, ya que, por
consiguiente�.
Opini�n personal:
Yo estoy de acuerdo sobre la definici�n de historia y poes�a, la
historia es qu� y como ocurri� y la poes�a lo que deber�a haber
ocurrido. La poes�a es mas filos�fica que la historia ya que en
esta no se introducen opiniones, pensamientos y sentimientos de
los autores que componen las obras.
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Texto 2:
Texto de la Segunda parte de
El Quijote
Que trata de lo que ver� el que
lo leyere o lo oir� el que lo escuchare leer
Al salir de Barcelona, volvi� don Quijote a mirar el sitio donde
hab�a ca�do y dijo:
��Aqu� fue Troya! �Aqu� mi desdicha, y no mi cobard�a, se llev�
mis alcanzadas glorias, aqu� us� la fortuna conmigo de sus
vueltas y revueltas, aqu� se escurecieron mis haza�as, aqu�
finalmente cay� mi ventura para jam�s levantarse!Oyendo lo cual Sancho, dijo:
�Tan de valientes corazones es, se�or m�o, tener sufrimiento en
las desgracias como alegr�a en las prosperidades; y esto lo
juzgo por m� mismo, que si cuando era gobernador estaba alegre,
agora que soy escudero de a pie no estoy triste, porque he o�do
decir que esta que llaman por ah� Fortuna es una mujer borracha
y antojadiza, y sobre todo ciega, y, as�, no ve lo que hace, ni
sabe a qui�n derriba ni a qui�n ensalza.
�Muy fil�sofo est�s, Sancho �respondi� don Quijote�, muy a lo
discreto hablas. No s� qui�n te lo ense�a. Lo que te s� decir es
que no hay fortuna en el mundo, ni las cosas que en �l suceden,
buenas o malas que sean, vienen acaso, sino por particular
providencia de los cielos, y de aqu� viene lo que suele decirse:
que cada uno es art�fice de su ventura. Yo lo he sido de la m�a,
pero no con la prudencia necesaria, y, as�, me han salido al
gallar�n mis presunciones, pues debiera pensar que al poderoso
grandor del caballo del de la Blanca Luna no pod�a resistir la
flaqueza de Rocinante. Atrev�me, en fin; hice lo que pude,
derrib�ronme, y, aunque perd� la honra, no perd� ni puedo perder
la virtud de cumplir mi palabra. Cuando era caballero andante,
atrevido y valiente, con mis obras y con mis manos acreditaba
mis hechos; y agora, cuando soy escudero pedestre, acreditar�
mis palabras cumpliendo la que di de mi promesa. Camina, pues,
amigo Sancho, y vamos a tener en nuestra tierra el a�o del
noviciado, con cuyo encerramiento cobraremos virtud nueva para
volver al nunca de m� olvidado ejercicio de las armas.
�Se�or �respondi� Sancho�, no es
cosa tan gustosa el caminar a pie, que me mueva e incite a hacer
grandes jornadas. Dejemos estas armas colgadas de alg�n �rbol,
en lugar de un ahorcado, y ocupando yo las espaldas del rucio,
levantados los pies del suelo, haremos las jornadas como vuestra
merced las pidiere y midiere, que pensar que tengo de caminar a
pie y hacerlas grandes es pensar en lo escusado.
_________________________________________________________________
En este cap�tulo se observa que Don Quijote est� reprimido por
perder el duelo ante el Caballero de la Blanca Luna pero a la
vez lo acepta, acepta cumplir su castigo qued�ndose en casa un
a�o. Sancho Panza tambi�n est� resentido y triste, pero ambos
intentan apoyarse y darse �nimos.
Este cap�tulo pertenece a la segunda parte de la novela (ya casi
al final). Se narra la vuelta de Don Quijote y su escudero a la
mancha despu�s de haber sido derrotado por el Caballero de la
Blanca Luna. Los protagonistas llegaron a Barcelona procedentes
de Arag�n donde mantuvieron una estancia en el palacio de unos
Duques, �stos s�lo pretend�an re�rse de �l y de Sancho. Sancho
fue nombrado gobernador de una �nsula (era s�lo una broma de los
Duques) pero dimiti�, y se dirigieron a Barcelona donde una
ma�ana en la playa encontr� al caballero que le derrot� (�ste
result� ser un vecino del pueblo, el bachiller Sans�n Carrasco)
y volvieron a su pueblo. En su casa Don Quijote cay� enfermo y
recobr� la cordura, al final muri�.
Todas las salidas de nuestro protagonista pueden definirse en un
c�rculo: partida, b�squeda de aventuras, FRACASO.
El lenguaje que utilizan es arcaico, Sancho gracias a su
sabidur�a popular, recuerda muchos refranes, los cuales va
diciendo a lo largo de la obra, tambi�n provoca una deformaci�n
en el lenguaje de sus palabras (presonaje, personaje...) que Don
Quijote intenta evitar.
Las personalidades son variadas en los dos:
-Don Quijote: es perteneciente a la baja nobleza (es un
hidalgo) y se ve en vuelto en un mundo de locura provocado por
su afici�n a leer libros de caballeros andantes. Es un
idealista.
-Sancho Panza: posee una personalidad m�s realista pero al
final se va produciendo un intercambio de ideas, Don Quijote se
vuelve realista y Sancho idealista. Este sali� de su casa por
codicia, por las promesas que le hizo su amo.
Tambi�n existen m�s personajes secundarios como Dulcinea (�sta
s�lo existe en la imaginaci�n de Don Quijote) en realidad s�lo
es una campesina llamada Aldonza Lorenzo.
El narrador es un tipo de narrador-editor en el cual Cervantes
dice que hab�a empezado a escribir la novela gracias a unos
archivos de la Mancha y despu�s encuentra unos manuscritos en
�rabe, los cuales traduce y contin�a escribiendo, el autor de
estos era Cide Hamete Benengeli. Este tipo de narrador permite a
Cervantes hacer comentarios (en ocasiones humor�sticos) que de
no ser as� ser�a imposible.
Interpretaci�n:
En un principio Cervantes solo pensaba escribir un peque�o
relato pero continuo.
Su intenci�n era parodiar los libros de caballer�as de la �poca.
Cervantes pretend�a juzgar y criticar la literatura propia del
siglo XVI. Aunque tambi�n retrata la forma de vida y costumbres
de la �poca.
En toda la obra se observa un claro juego de perspectivas entre
la iron�a y la simpat�a (ya que en principio iba a ser una
novela humor�stica).
Esta novela consta de dos partes:
-1� parte: se publica en 1605 consta de 52 cap�tulos y se
narran las dos primeras salidas de Don Quijote.
-2� parte: se publica en 1615 consta de 74 cap�tulos y se narra
la tercera salida.
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COMENTARIO al fragmento
del C�NTICO ESPIRITUAL
de San Juan de la Cruz
Eduardo Lozano Munuera,
1�BT-B
TEXTO Y
COMENTARIO
C�ntico
espiritual
San Juan de la
Cruz
�Ad�nde te escondiste, Amado, y me dejaste con gemido? Como el ciervo huiste habi�ndome herido; sal� tras ti clamando y eras ido.
Pastores, los que fueres all� por las majadas al otero, si por ventura vieres aquel que yo m�s quiero, decidle que adolezco, peno y muero.
Buscando mis amores ir� por esos montes y riberas; no coger� las flores, ni temer� a las fieras, y pasar� los fuertes y fronteras.
�Oh bosques y espesuras plantadas por la mano del Amado!, �oh prado de verduras de flores esmaltado!, decid si por vosotros ha pasado.
Mil gracias derramando pas� por estos sotos con presura; y, y�ndolos mirando, con sola su figura vestidos los dej� de su hermosura.
�Ay!, �qui�n podr� sanarme? Acaba de entregarte ya de veras; no quieras enviarme de hoy m�s mensajero que no saben decirme lo que quiero.
Y todos cuantos vagan de ti me van mil gracias refiriendo, y todos m�s me llagan, y d�janme muriendo un no s� qu� que quedan balbuciendo.
Mas, �c�mo perseveras, �oh vida!, no viendo donde vives, y haciendo por que mueras las flechas que recibes de lo que del Amado en ti concibes?
�Por qu�, pues has llagado aqueste coraz�n, no le sanaste? Y, pues me le has robado, �por qu� as� le dejaste, y no tomas el robo que robaste?
Apaga mis enojos, pues que ninguno basta a deshacedlos, y v�ante mis ojos, pues eres lumbre de ellos, y s�lo para ti quiero tenerlos.
Descubre tu presencia, y m�teme tu vista y hermosura; mira que la dolencia de amor, que no se cura sino con la presencia y la figura.
�Oh cristalina fuente, si en esos tus semblantes plateados formases de repente los ojos deseados que tengo en mis entra�as dibujados!
COMENTARIO al fragmento
del C�NTICO ESPIRITUAL
de San Juan de la Cruz
Eduardo Lozano Munera 1�BT-B
(1.)
El C�ntico Espiritual
est� escrito por San Juan de la Cruz, durante su estancia en la c�rcel.
Responde a un ambiente renacentista de la 2� �poca o etapa. Corresponde
a uno de sus tres poemas mayores (Noche Oscura del Alma, C�ntico
Espiritual y Llama de amor viva), aunque San Juan escribi�
adem�s alrededor de una veintena de poemas menores. Fueron concebidas
como un medio de �escapar a la locura�, pues acabaron convirti�ndose en
grandes obras. El C�ntico Espiritual se titulaba en principio �Canciones
de la Esposa�, pero su nombre fue adaptado posteriormente por un copista
o escribano.
Refiri�ndose al poema,
destaca especialmente el estilo de San Juan, musical y con bastantes
alegor�as y simbolismos. Adopta los temas y recursos t�picamente
renacentistas (y paganos, por ende) y los diviniza convirti�ndolos en un
ensalzamiento del amor, pero el amor a Dios.
Veladamente, se puede
observar a veces un atisbo de los propios sentimientos de San Juan. El
brusco comienzo, y las v�vidas descripciones de dolor de la esposa
pueden traslucir, a opini�n de algunos, el del propio San Juan.
Es el C�ntico Espiritual
uno de los mejores poemas m�sticos en espa�ol que se conocen, as� como
San Juan es el m�s valorado poeta (a�n sin propon�rselo) dentro de la
m�stica. Menci�n tambi�n a Sta. Teresa de Jes�s, amiga suya y
tambi�n de renombre literario. Tambi�n se comprende a San Juan entre los
poetas de la asc�tica.
Acerca de la asc�tica
y la m�stica: La asc�tica es un camino que busca perfeccionar la
persona mediante esfuerzo, sacrificio y devoci�n. La m�stica quiere
ense�ar el camino para la uni�n del alma con Dios; y lo hace a trav�s de
las v�as purgativa, iluminativa y unitiva.
El C�ntico Espiritual
est� escrito en liras, y en �l la pastora (o tambi�n llamada
esposa) busca al pastor (al que se menciona adem�s como esposo o amado);
hasta que lo encuentra. Se trata de una adaptaci�n del Cantar de los
Cantares y San Juan lo acompa�a con unas l�neas que detallan las v�as
unitiva, iluminativa y purgativa.
(2.)
El fragmento detalla la
b�squeda del amado por parte de la esposa. Est� escrito en verso, en
estrofas de siete y once s�labas, con estructura aBabB, y rima
consonante. Este modelo se llama Lira y fue introducido por Garcilaso y
Bosc�n, con un resultado muy musical que San Juan no duda en emplear.
Se usa en el texto
abundancia de adjetivos en las buc�licas descripciones de la naturaleza
y ensalzamiento del amado. Existe una relativa frecuencia de s�mbolos y
los verbos y sustantivos est�n a veces cambiados de lugar, o incluso
toda la forma Sujeto+Verbo+Complemento se altera, en un
recurso que busca la belleza llamado hip�rbaton. Sirve todo este cambio
para, magistralmente, acentuar el sentimiento que el autor quiere
expresar a cada estrofa (por ejemplo, el verso �m�teme tu vista y
hermosura [�]� )
En cuanto a figuras
literarias, abundan en el poema la hip�rbaton ya mencionada y a veces
una repetici�n de sonidos (aliteraci�n). Se detecta una clara
polis�ndeton en la s�ptima estrofa.
La estructura interna
del poema podemos establecerla en:
- B�squeda de la
amada al amado, en un sentimiento de �ansia� e interroga a los
pastores y a la naturaleza (que describe y ensalza).Es de la 1�
estrofa a la 5�
- De la 6�
estrofa al final: La frustraci�n porque no encuentra mensajero o
gu�a en la b�squeda del amado (Dios).
�
Dentro de �sta, podemos
dividir a su vez en dos sub-partes. La que va de la 6� estrofa a la 9�
es el lamento propiamente dicho de la amada por no ver al esposo.
�
La segunda sub-parte es de
la 10� estrofa al final, y es donde la esposa implora y ruega al esposo
que se presente y se dirija a ella.
Asimismo, podemos ver
que usa diferentes tiempos verbales seg�n quien se describe .As�, la
esposa en su b�squeda suele estar con pret�rito perfecto simple,
mientras que en las descripciones buc�licas del entorno usa el futuro y
al final, en su ruego al amado para que aparezca, el subjuntivo, en
lugar del indicativo o imperativo.
Podemos resumir el tema
del poema como la b�squeda del camino a Dios, que ser� expresado
mediante la poes�a asc�tica y m�stica.
Comentario cr�tico
El poema de San Juan de
la Cruz es una obra maestra de musicalidad y devoci�n. La adaptaci�n de
una estrofa �pagana� y t�pica como la lira a un texto divino est�
realizada de excepcional forma.
La moral, intenci�n y
a�n el semblante de la esposa se describe siempre con gran belleza y
perfecci�n formal. El amor ser� una constante en el poema, amor a Dios;
aunque sacado de contexto tambi�n creo que hay interpretaciones a un
nivel �humano�; amor entre semejantes mortales aunque quiz�s no fuese
esa la intenci�n de San Juan.
Quiz�s algo que no es
necesariamente malo, pero personalmente no me ha agradado en demas�a es
la perfecci�n de la forma con la que est� escrito, demasiado estricta.
Por supuesto, esto es
perfectamente comprensible adem�s de suponer todo un esfuerzo para el
autor; pues en la �poca esa era la norma.
La visi�n de amor
relatada es impactante por su sinceridad, as� como lo acertado de los
s�mbolos que la esposa emplea.
Se usan algunos t�picos
usuales del Renacimiento, como el locus amoenus o �lugar ameno�,
descripci�n ensalzando la naturaleza.
En definitiva, se trata
de un poema cl�sico en lengua castellana, que a�n dentro de la devoci�n
extrema y r�gida perfecci�n formal, demuestra que San Juan de la Cruz
escribi� con su musical estilo, el que vio como m�s aproximado camino
hacia Dios: su m�stica, pero de una forma bella, a�n sin �l pretenderlo
ni darse cuenta.
Sobre todo, me ha
interesado mucho su visi�n del amor, y la representaci�n de los temas
cl�sicos y diviniza los provenientes del petrarquismo, as� como los
recursos propios del renacimiento que son en origen cl�sicos y paganos.
Leer el Quijote
Antonio J.
Collados,
1�BT-B
El Quijote es un libro que no
puede faltar en la biblioteca de nadie, pero en dicha biblioteca
no puede estar en vano, con esto quiero decir que todo el mundo
que se considere amante de la lectura debe leer este libro.
El libro de El Quijote lo
escribi� el espa�ol Miguel Cervantes Saavedra, que fue un
escritor polifac�tico que cultivo todos los g�neros.
Naci� en 1547 y muri� en 1616, tuvo una vida llena de
sinsabores, particip� en la �batalla de Lepanto�.
En El Quijote se narran
las aventuras de Alonso Quijano, un hidalgo manchego que decide
salir en busca de aventuras similares a las de los personajes de
las novelas de caballer�a. Es la creaci�n humor�stica m�s genial
de todos los tiempos. Su valor esta en el juego de contrastes y
en la iron�a con la que Cervantes maneja unas criaturas
ficticias.
Como dicen que leer �es bueno� porque enriquece el lenguaje de
las personas y aumenta la cultura a la vez que nos sirve para
adentrarnos en otros mundos, mentalidades y tiempos sin movernos
de nuestro sill�n, yo recomiendo leer el Quijote porque es el
libro m�s universal y el que ha marcado un antes y un despu�s en
la literatura espa�ola.
En definitiva, El
Quijote es un libro ameno que nos permite adentrarnos en un
mundo de �fantas�a� o �realidad� al que nosotros somos
totalmente ajenos, pero en cada uno de nosotros hay siempre un
�Don Quijote� que crea su propio mundo interior porque al fin y
al cabo las personas necesitamos evadirnos a nuestro mundo de
fantas�a porque sino, no podr�amos vivir con todas las
presiones, complicaciones y sufrimientos del mundo real.
Comentario de un
fragmento de La Busca
de P�o Baroja
Entre el puente de Segovia y el de Toledo, no
muy lejos del comienzo del Paseo Imperial, se abre una hondonada
negra con dos o tres chozas s�r�didas y miserables. Es un hoyo
cuadrangular, enne�grecido por el humo y el polvo del carb�n,
limitado por murallas de cascote y montones de escombros.
Al llegar a los bordes de esta hondonada, el
trapero se detuvo e indic� a Manuel una casucha pr�xima a un T�o
Vivo roto y a unos columpios, y le dijo:
-Esa es mi casa; lleva el carro ah� y vete
descargando. �Podr�s?
-S�; creo que s�.
-�Tienes hambre?
-S�, se�or.
-Bueno; pues dile a mi mujer que te d� de
almorzar.
Baj� Manuel con el carro hasta la hondonada
por una pendiente de escombros. La casa del trapero era la mayor de
todas y ten�a corral y un cobertizo adosado a ella.
Se detuvo Manuel a la puerta de la casucha; una
vieja le sali� al encuentro.
- �Qu� quieres t�, chaval? -le dijo-. �Qui�n te
manda venir aqu�?
-El se�or Custodio. Me ha encargado que me diga
usted d�nde tengo que dejar lo que va en el carro.
La vieja le indic� el cobertizo.
-Me ha dicho tambi�n -agreg� el muchacho� que
me d� usted de almorzar.
- �Te conozco, lebrel! -murmur� la vieja.
Y despu�s de refunfu�ar durante largo rato y de
esperar a que Manuel descargara el carro, le dio un trozo de pan y
de queso.
Frente a la puerta de la vivienda, en un raso
de tierra apisonado, se levantaba un T�o Vivo, rodeado de una
valla bajita, octogonal, en cuyos palitroques, podridos por la
acci�n de la humedad y del calor, se conservaban algunos restos de
pintura azul.
Aquellos pobres caballos del t�o Vivo,
pintados de rojo, ofrec�an a las miradas del espectador indiferente
el m�s c�mico y al mismo tiempo el m�s lamentable de los aspectos;
uno de los corceles, deste�ido, presentaba color indefinible; otro
debi� de olvidad una de sus patas en su veloz carrera; algunos de
ellos, en postura elegantemente inc�moda, simbolizaban la tristeza
humilde y la modestia honrada del buen gusto.
Al lado del T�o Vivo se levantaba un
caballete formado por dos tr�podes, sobre los cuales se apoyaba una
viga, cuyos ganchos serv�an para colgar columpios.
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COMENTARIO
Este breve fragmento
de La Busca corresponde como todo la obra al periodo m�s
importante de la literatura barojiana, es decir, en la primera
d�cada del siglo XX. Se trata por tanto de un Baroja que a�n
mantiene una ligera relaci�n con la vida pol�tica y social de su
entorno, rasgo que desaparece en sus �ltimos a�os.
Baroja, excelente
descriptor que destaca por una sublime capacidad de transmisi�n
de impresiones, hace gala de esas dotes en este fragmento.
Presenta la vivienda de un trapero y al resto de habitantes de
un amargo suburbio si el menor miramiento y piedad. Abundan los
adjetivos en forma despectiva (Ej. �casucha�) y tensa los
di�logos d�ndonos una imagen gru�ona y resentida de los
personajes.
Podemos por tanto
advertir el car�cter anti-social de Baroja, situ�ndose �l fuera
de la sociedad con una omnipresente melancol�a existencial. En
esta obra Baroja emplea un narrador en 3� persona que sin
embargo muestra simpat�a por el protagonista, un joven desvalido
y victima de la cruel realidad, prototipo caracter�stico de los
protagonistas de sus novelas. Gente inadaptada a la sociedad en
la que viven y que tratan de sobrevivir a toda costa, ya sea
buscando la soledad o el amparo de alg�n protector.
Los personajes que
aparecen en este fragmento son tres: el trapero, su mujer y
Manuel. En seta obra Manuel desempe�a un papel muy similar al de
un lazarillo, salvando las diferencias obvias entre las �pocas
en que transcurren los hechos tanto de una como de la otra
novela. Manuel vive por lo tanto al abrigo del trapero, quien a
su edad ha podido ya adaptarse y pasar a conformar la realidad
del pueblo llano de Madrid. Manuel por tanto ha de aprender del
trapero a valerse por s� mismo. En cuanto a la mujer del
trapero, Baroja da a esta anciana un corte o estilo de
desconfianza y malas formas.
Respecto al tiempo
de la obra podemos resaltar, la profunda melancol�a propia de un
tiempo oscuro vac�o de esperanza conformador invisible de la
realidad, el cual se apodera del espacio y por tanto de las
vidas de estas gentes acabando con su idealismo a fuerza de la
experiencia de la monoton�a de la vida cotidiana.
El espacio en que
transcurre este fragmento es un humilde barrio de la capital en
donde se a�nan los pobres que son victimas de la desigualdad.
Baroja emplea tambi�n a la hora de describir este espacio
adjetivos despectivos que producen en el lector una fuerte
sensaci�n de apat�a hacia las causas que ha provocado la
realidad y simpat�a hacia los pobres desvalidos del lugar, al
los que Baroja tambi�n ataca sacando a relucir las maldades
inherentes a todos los hombres y que por supuesto ellos tambi�n
poseen.
A penas ocurren
acontecimientos en el fragmento puesto que es una descripci�n
casi por completo. Y los pocos hechos que aparecen son narrados
en pasado (pret�rito perfecto simple) intercalados con di�logos
, obviamente en presente, que actualizan y nos llevan al momento
de la escena.
Como en toda
descripci�n hay un buen numero de adjetivos, no obstante buena
parte de la descripci�n se realiza mediante verbos acompa�ados
de sustantivos comunes. Aparece tambi�n un buen n�mero de
pronombres �se�, que en la descripci�n otorgan, en mi opini�n,
un car�cter impersonal a las circunstancias dot�ndolas de un
trasfondo estoico para el lector; siendo nuestra �nica
alternativa a la situaci�n a la posibilidad m�s deseable el
aceptar las circunstancias tal como son, sin enfrentarnos a
ellas debido a que esto nos producir�a dolor.
Haciendo un
comentario cr�tico del fragmento, podremos resaltar el
desconocimiento del lector acerca de las intenciones barojianas
presentando unas caracter�sticas tan negativas a la escena, a la
vida. Bien podr�amos pensar que se trata �nicamente de un texto
impiadoso con el pueblo y la sociedad poniendo de manifiesto sus
injusticias y crueldades, o bien pensar que Baroja emplea este
estilo de narraci�n tan dura con las gentes y describiendo tan
negativamente el entorno social como una forma de hacer una
cr�tica ir�nica que pudiera mover las conciencias de los
lectores y conseguir as� un cambio de estas circunstancias. Si
buscamos en la biograf�a de Baroja, podr�amos afirmar que en
fechas tan tempranas como en la que escribi� esta obra quedaba
a�n algo de ese idealismo innato a todo hombre a pesar de que
sus actuaciones y posiciones posteriores frente a la sociedad no
lo ratifiquen.
Pero siguiendo una
interpretaci�n mas tradicional de lo que se cree fue el
pensamiento de Baroja esta obra si es una pieza clave en esa
melancol�a anti-social y solitaria que niega la realidad social
del hombre en tanto que lo es. Y si quisi�ramos obtener alguna
conclusi�n v�lida de la misma ser�a que el dolor existencial
debido a la muerte conocida, propio del hombre en reflexi�n no
ha de turbar o nublar su idealismo y su intenci�n de cambio en
busca de mejorar su realidad a pesar de que sea esta fruto de
una consciencia ef�mera.
(Joaqu�n Castellano)
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