LENGUA Y LITERATURA                                                                                                    Volver a la Página principal 

Don Quijote de la Mancha 

                           

   

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            La magia de la palabra creadora. Realidad y ficción en El Quijote

Comentarios elaborados por los alumnos:

Leer el Quijote

 

Antonio J. Collados,

1ºBT-B

 

El Quijote es un libro que no puede faltar en la biblioteca de nadie, pero en dicha biblioteca no puede estar en vano, con esto quiero decir que todo el mundo que se considere amante de la lectura debe leer este libro.

El libro de El Quijote lo escribió el español Miguel Cervantes Saavedra, que fue un escritor polifacético que cultivo todos los géneros.

         Nació en 1547 y murió en 1616, tuvo una vida llena de sinsabores, participó en la “batalla de Lepanto”. 

En El Quijote se narran las aventuras de Alonso Quijano, un hidalgo manchego que decide salir en busca de aventuras similares a las de los personajes de las novelas de caballería. Es la creación humorística más genial de todos los tiempos. Su valor esta en el juego de contrastes y en la ironía con la que Cervantes maneja unas criaturas ficticias.

        Como dicen que leer “es bueno” porque enriquece el lenguaje de las personas y aumenta la cultura a la vez que nos sirve para adentrarnos en otros mundos, mentalidades y tiempos sin movernos de nuestro sillón, yo recomiendo leer el Quijote porque es el libro más universal y el que ha marcado un antes y un después en la literatura española.

         En definitiva, El Quijote es un libro ameno que nos permite adentrarnos en un mundo de “fantasía” o “realidad” al que nosotros somos totalmente ajenos, pero en cada uno de nosotros hay siempre un “Don Quijote” que crea su propio mundo interior porque al fin y al cabo las personas necesitamos evadirnos a nuestro mundo de fantasía porque sino, no podríamos vivir con todas las presiones, complicaciones y sufrimientos del mundo real.

 

 

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COMENTARIO

sobre un texto de Américo Castro

y sobre un texto de

El Quijote.

Antonio Juan Collados Lara

 

COMENTARIO DE TEXTOS

 

 Texto 1:

UNIVERSAL POÉTICO, PARTICULAR HISTÓRICO

Américo Castro, Sobre El Quijote, 1925 

El problema de las relaciones que no preocupó al primer Renacimiento, adquiere, pues, en la segunda mitad del siglo particular acuidad entre los trata­distas italianos. Los moralistas censuraban la literatura pura­mente imaginativa, de arte autónomo. Hacía falta una litera­tura verdadera y al mismo tiempo ejemplar, para la que Aristóteles prestaba base sólida con su Poética «No es el oficio del poeta contar las cosas como sucedieron, sino como de­berían haber  sucedido, o como fuese necesario o verosímil. Por­que no está la diferencia entre el poeta y el historiador en que el uno escriba en verso y el otro en prosa, pues, la His­toria  de Herodoto fácilmente se podría poner en verso, y no por eso dejaría de ser historia como antes lo era sin el verso; pero diferéncianse en que el uno escribe las cosas como han sucedido, y el otro como deberían haber sucedido. De donde es, que la poesía tiene más de lo filósofo y de agudeza que la historia, porque la poesía trata las cosas más en lo universal, y la historia las trata en particular». Ese mundo de la verdad posible o de lo verosímil, podía convertirse fácilmente en el paradigma del deber ser, de lo ejemplarmente moral para armonizar la falsedad inevitable de la fantasía poética con la verdad, habían tratado de ennoblecer el arte con­siderando escolásticamente su fin y obligándolo a reflejarse en la abstracción del Bien absoluto, haciendo de los per­sonajes poéticos otros tantos ejemplares de virtud, a despe­cho de la realidad y de la historia.

Según Piccolomini, un comentarista de Aristóteles del siglo XVI, lo verosímil poético tiene más alcance que la verdad, porque es un aspecto eterno de aquello que, tomado (según diríamos hoy en su fugaci­dad fenoménica, puede ser inverosímil y, por tanto, antipoé­tico. «Pero el poeta-dice Toffanin-, mucho más vidente que el historiador, ve aquello en forma inmutable. Es decir, la verdad vista por éste se escribe con minúscula; la vista por aquél, con mayúscula, y se llama «verosímil» un verosímil sobre el cual brilla confirmándolo la luz divina, y que se llama lo «debido».

 

 

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Texto 1

 

Es un texto argumentativo, del que se extrae la idea o tesis siguiente: La poesía trata las cosas más en lo universal y la historia en particular. Esto quiere decir que la poesía se preocupa por cosas que pueden suceder o no, es decir tiene un poco de filosofía porque además se hace preguntas que a veces no tienen respuesta y la historia se preocupa de estudiar lo que le sucedió hace tiempo a generaciones pasadas.

Este texto tiene argumentos objetivos, que no dependen de la persona que argumenta y argumentos de autoridad al final, al expresar la opinión de Piccolomini (un comentarista de Aristóteles).

Tiene una estructura inductiva porque al principio presenta casos particulares y a partir de estos va avanzando poco a poco hasta la tesis, aunque después de la tesis también nos ofrece argumentos. Al principio también se observa un argumento de autoridad al nombrar a Aristóteles. También tiene un poco de expositivo porque al principio nos da información sobre lo que preocupó al primer renacimiento.

Los textos argumentativos tienen la misión de aportar razones para convencer al lector.

 

Pienso que tanto la historia, porque conociendo nuestras raíces podremos conocernos a nosotros mismos y podremos adelantarnos al futuro aunque parezca paradójico, como la poesía por que nos aporta sensaciones que necesitamos y nos permite expresar nuestros sentimientos, son importantes. Pero yo me inclino más por la poesía  porque eso de expresar tus sentimientos y el tono filosófico que tiene me atraen más.  

 

  

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Texto 2:

Texto de la Segunda parte de El Quijote

Que trata de lo que verá el que lo leyere o lo oirá el que lo escuchare leer

Al salir de Barcelona, volvió don Quijote a mirar el sitio donde había caído y dijo:

—¡Aquí fue Troya! ¡Aquí mi desdicha, y no mi cobardía, se llevó mis alcanzadas glorias, aquí usó la fortuna conmigo de sus vueltas y revueltas, aquí se escurecieron mis hazañas, aquí finalmente cayó mi ventura para jamás levantarse!Oyendo lo cual Sancho, dijo:

—Tan de valientes corazones es, señor mío, tener sufrimiento en las desgracias como alegría en las prosperidades; y esto lo juzgo por mí mismo, que si cuando era gobernador estaba alegre, agora que soy escudero de a pie no estoy triste, porque he oído decir que esta que llaman por ahí Fortuna es una mujer borracha y antojadiza, y sobre todo ciega, y, así, no ve lo que hace, ni sabe a quién derriba ni a quién ensalza.

—Muy filósofo estás, Sancho —respondió don Quijote—, muy a lo discreto hablas. No sé quién te lo enseña. Lo que te sé decir es que no hay fortuna en el mundo, ni las cosas que en él suceden, buenas o malas que sean, vienen acaso, sino por particular providencia de los cielos, y de aquí viene lo que suele decirse: que cada uno es artífice de su ventura. Yo lo he sido de la mía, pero no con la prudencia necesaria, y, así, me han salido al gallarín mis presunciones, pues debiera pensar que al poderoso grandor del caballo del de la Blanca Luna no podía resistir la flaqueza de Rocinante. Atrevíme, en fin; hice lo que pude, derribáronme, y, aunque perdí la honra, no perdí ni puedo perder la virtud de cumplir mi palabra. Cuando era caballero andante, atrevido y valiente, con mis obras y con mis manos acreditaba mis hechos; y agora, cuando soy escudero pedestre, acreditaré mis palabras cumpliendo la que di de mi promesa. Camina, pues, amigo Sancho, y vamos a tener en nuestra tierra el año del noviciado, con cuyo encerramiento cobraremos virtud nueva para volver al nunca de mí olvidado ejercicio de las armas.

—Señor —respondió Sancho—, no es cosa tan gustosa el caminar a pie, que me mueva e incite a hacer grandes jornadas. Dejemos estas armas colgadas de algún árbol, en lugar de un ahorcado, y ocupando yo las espaldas del rucio, levantados los pies del suelo, haremos las jornadas como vuestra merced las pidiere y midiere, que pensar que tengo de caminar a pie y hacerlas grandes es pensar en lo escusado.

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Este texto pertenece a la segunda parte del Quijote, ya por los últimos capítulos cuando Don Quijote es vencido por el Caballero de la Blanca Luna que en realidad era Sansón Carrasco(el bachiller) que quiso vencerle para hacerle volver a su casa. Unos capítulos antes el Bachiller también intenta vencerle bajo el nombre “el Caballero de los Espejos” pero no lo consigue.     

En este texto conversan Don Quijote y Sancho sobre la derrota de Don Quijote, este se muestra triste y nostálgico porque debe abandonar el ejercicio de caballero andante y volver a casa y Sancho intenta animarle.

Sansón Carrasco, que había animado a que emprendiera la tercera salida a Don Quijote para burlarse de él y tener algo en que pensar para no aburrirse, es el mismo que vence a Don Quijote para que vuelva a su casa, esto parece un poco contradictorio y quizá el Bachiller se enfrenta con él para tomarse la revancha de cundo le venció Don Quijote anteriormente cuando era el Caballero de los Espejos.

 En este texto se muestra la inteligencia de Sancho, al dar los consejos a Don Quijote, que aunque al principio del libro tiende a pensarse que Sancho es tonto, pero al final demuestra que es bastante listo, esto se ve reflejado cuando ejerce de gobernador.

Durante el transcurso de las aventuras se produce un intercambio de personalidad entre Don Quijote y Sancho. Sancho aporta realismo a Don Quijote y este aporta idealismo a Sancho. Aunque Sancho no tiene toda su personalidad realista porque si no, no saldría con Don Quijote en busca de aventuras.

 

El libro del Quijote se publica en dos partes:

1ª parte: El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, en 1605, consta de 52 capítulos.

2ª parte: El ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha, en 1615, consta de 74 capítulos.

Este libro lo escribe Miguel de Cervantes Saavedra que nació en Alcalá de Henares en 1547 y murió en 1616. También se conoce como el Manco de Lepanto, porque perdió un brazo en la guerra.  

El libro como dice Cervantes en el prólogo, es una crítica a los libros de caballerías, el libro tiene un estilo peculiar porque tiene un tono de humor e ironía y a la vez tiene muchas cosas interesantes de las que se puede sacar algo. También se caracteriza por los refranes que utiliza Sancho y a veces también Don Quijote.

 En 1614 se publicó una edición apócrifa del Quijote, “El Quijote de Avellaneda”, que se cree que lo escribió algún amigo de Lope de Vega ya que este no se llevaba bien con Cervantes. Esto obligó a Cervantes a publicar la segunda parte de forma rápida y a

cambiar algunas cosas del libro.

 

Pienso que el “Quijote” es un libro muy completo, porque a la vez que te diviertes al leer las aventuras puedes extraer muchas enseñanzas morales. Nos presenta muchos tipos de personajes pero de los dos que se extraen más enseñanzas es de Don Quijote y Sancho. Cervantes supo plasmar muy bien la sociedad de aquel tiempo en el libro  y además le dio algo al libro que hace que todavía hoy  después de tanto tiempo todavía guste a la gente. En definitiva el Quijote es la obra más importante de la cultura española y “quizá del mundo”, esto se ve reflejado en que no pasa de moda y en que a la gente le interesa  porque siempre hay algo que sacar de él aunque lo leas muchas veces.

 

 

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COMENTARIO

sobre un texto de Américo Castro y sobre un texto de

El Quijote. Fernando Luis Arán Tomás

 

 

Fernando Luis Arán Tomás 1º BT-B

 Texto 1:

UNIVERSAL POÉTICO, PARTICULAR HISTÓRICO

Américo Castro, Sobre El Quijote, 1925 

El problema de las relaciones que no preocupó al primer Renacimiento, adquiere, pues, en la segunda mitad del siglo particular acuidad entre los trata­distas italianos. Los moralistas censuraban la literatura pura­mente imaginativa, de arte autónomo. Hacía falta una litera­tura verdadera y al mismo tiempo ejemplar, para la que Aristóteles prestaba base sólida con su Poética «No es el oficio del poeta contar las cosas como sucedieron, sino como de­berían haber  sucedido, o como fuese necesario o verosímil. Por­que no está la diferencia entre el poeta y el historiador en que el uno escriba en verso y el otro en prosa, pues, la His­toria  de Herodoto fácilmente se podría poner en verso, y no por eso dejaría de ser historia como antes lo era sin el verso; pero diferéncianse en que el uno escribe las cosas como han sucedido, y el otro como deberían haber sucedido. De donde es, que la poesía tiene más de lo filósofo y de agudeza que la historia, porque la poesía trata las cosas más en lo universal, y la historia las trata en particular». Ese mundo de la verdad posible o de lo verosímil, podía convertirse fácilmente en el paradigma del deber ser, de lo ejemplarmente moral para armonizar la falsedad inevitable de la fantasía poética con la verdad, habían tratado de ennoblecer el arte con­siderando escolásticamente su fin y obligándolo a reflejarse en la abstracción del Bien absoluto, haciendo de los per­sonajes poéticos otros tantos ejemplares de virtud, a despe­cho de la realidad y de la historia.

Según Piccolomini, un comentarista de Aristóteles del siglo XVI, lo verosímil poético tiene más alcance que la verdad, porque es un aspecto eterno de aquello que, tomado (según diríamos hoy en su fugaci­dad fenoménica, puede ser inverosímil y, por tanto, antipoé­tico. «Pero el poeta-dice Toffanin-, mucho más vidente que el historiador, ve aquello en forma inmutable. Es decir, la verdad vista por éste se escribe con minúscula; la vista por aquél, con mayúscula, y se llama «verosímil» un verosímil sobre el cual brilla confirmándolo la luz divina, y que se llama lo «debido».

 

Este es un texto argumentativo.

La poesía es lo verosímil poético, esta cuenta las cosas como deberían haber sucedido en realidad, se narran los ideales y utopías, mientras que en la historia es antipoética no porque este escrito en prosa y no verso sino porque cuenta las cosas tal y como sucedieron sin ninguna clase de idealismo, todo es real.

La argumentación es un tipo de escrito que tiene cono objetivo convencer al receptor mediante razones y no mediante falaces (que sería la persuasión).

La estructura de la argumentación puede ser variada:

    -Estructura encuadrada:

          -Presenta una tesis.

          -Cuerpo de la argumentación: conjunto de argumentos-

          -Conclusión: reelabora la tesis gracias a los argumentos expuestos.

    -Estructura inductiva: empieza por casos particulares hasta llegar a la tesis

    -Estructura deductiva: comienza por la tesis y llega hasta los argumentos.

La estructura de este texto es una estructura encuadrada, en la cual presenta la tesis, luego los argumentos y después la conclusión en la que vuelve a exponer la tesis.

Los tipos de argumentos son varios:

    -Argumentos de autoridad: citas de personas importantes las cuales dan su opinión.

    -Argumentos de ejemplificación: ejemplos de hechos que apoyan la tesis.

    -Cifras y números que son verdades demostrables.

    -Argumentos razonables: son argumentos basados en la razón.

    -Contraargumentos: argumentos que se critican y desmontan.

En este texto los argumentos utilizados mas claros son de autoridad ya que expresan la opinión de Piccolomini y Toffanin.

El tipo de oraciones utilizadas en la argumentación son las oraciones subordinadas, también causales...

Los verbos ya no solo son en presente de indicativo sino que también aparecen tiempos de subjuntivo e imperativo.

También se pueden encontrar conectores: “porque, ya que, por consiguiente”.

 

Opinión personal:

Yo estoy de acuerdo sobre la definición de historia y poesía, la historia es qué y como ocurrió y la poesía lo que debería haber ocurrido. La poesía es mas filosófica que la historia ya que en esta no se introducen opiniones, pensamientos y sentimientos de los autores que componen las obras.

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Texto 2:

Texto de la Segunda parte de El Quijote

Que trata de lo que verá el que lo leyere o lo oirá el que lo escuchare leer

Al salir de Barcelona, volvió don Quijote a mirar el sitio donde había caído y dijo:

—¡Aquí fue Troya! ¡Aquí mi desdicha, y no mi cobardía, se llevó mis alcanzadas glorias, aquí usó la fortuna conmigo de sus vueltas y revueltas, aquí se escurecieron mis hazañas, aquí finalmente cayó mi ventura para jamás levantarse!Oyendo lo cual Sancho, dijo:

—Tan de valientes corazones es, señor mío, tener sufrimiento en las desgracias como alegría en las prosperidades; y esto lo juzgo por mí mismo, que si cuando era gobernador estaba alegre, agora que soy escudero de a pie no estoy triste, porque he oído decir que esta que llaman por ahí Fortuna es una mujer borracha y antojadiza, y sobre todo ciega, y, así, no ve lo que hace, ni sabe a quién derriba ni a quién ensalza.

—Muy filósofo estás, Sancho —respondió don Quijote—, muy a lo discreto hablas. No sé quién te lo enseña. Lo que te sé decir es que no hay fortuna en el mundo, ni las cosas que en él suceden, buenas o malas que sean, vienen acaso, sino por particular providencia de los cielos, y de aquí viene lo que suele decirse: que cada uno es artífice de su ventura. Yo lo he sido de la mía, pero no con la prudencia necesaria, y, así, me han salido al gallarín mis presunciones, pues debiera pensar que al poderoso grandor del caballo del de la Blanca Luna no podía resistir la flaqueza de Rocinante. Atrevíme, en fin; hice lo que pude, derribáronme, y, aunque perdí la honra, no perdí ni puedo perder la virtud de cumplir mi palabra. Cuando era caballero andante, atrevido y valiente, con mis obras y con mis manos acreditaba mis hechos; y agora, cuando soy escudero pedestre, acreditaré mis palabras cumpliendo la que di de mi promesa. Camina, pues, amigo Sancho, y vamos a tener en nuestra tierra el año del noviciado, con cuyo encerramiento cobraremos virtud nueva para volver al nunca de mí olvidado ejercicio de las armas.

—Señor —respondió Sancho—, no es cosa tan gustosa el caminar a pie, que me mueva e incite a hacer grandes jornadas. Dejemos estas armas colgadas de algún árbol, en lugar de un ahorcado, y ocupando yo las espaldas del rucio, levantados los pies del suelo, haremos las jornadas como vuestra merced las pidiere y midiere, que pensar que tengo de caminar a pie y hacerlas grandes es pensar en lo escusado.

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En este capítulo se observa que Don Quijote está reprimido por perder el duelo ante el Caballero de la Blanca Luna pero a la vez lo acepta, acepta cumplir su castigo quedándose en casa un año. Sancho Panza también está resentido y triste, pero ambos intentan apoyarse y darse ánimos.

Este capítulo pertenece a la segunda parte de la novela (ya casi al final). Se narra la vuelta de Don Quijote y su escudero a la mancha después de haber sido derrotado por el Caballero de la Blanca Luna. Los protagonistas llegaron a Barcelona procedentes de Aragón donde mantuvieron una estancia en el palacio de unos Duques, éstos sólo pretendían reírse de él y de Sancho. Sancho fue nombrado gobernador de una ínsula (era sólo una broma de los Duques) pero dimitió, y se dirigieron a Barcelona donde una mañana en la playa encontró al caballero que le derrotó (éste resultó ser un vecino del pueblo, el bachiller Sansón Carrasco) y volvieron a su pueblo. En su casa Don Quijote cayó enfermo y recobró la cordura, al final murió.

Todas las salidas de nuestro protagonista pueden definirse en un círculo: partida, búsqueda de aventuras, FRACASO.

El lenguaje que utilizan es arcaico, Sancho gracias a su sabiduría popular, recuerda muchos refranes, los cuales va diciendo a lo largo de la obra, también provoca una deformación en el lenguaje de sus palabras (presonaje, personaje...) que Don Quijote intenta evitar.

Las personalidades son variadas en los dos:

    -Don Quijote: es perteneciente a la baja nobleza (es un hidalgo) y se ve en vuelto en un mundo de locura provocado por su afición a leer libros de caballeros andantes. Es un idealista.

    -Sancho Panza: posee una personalidad más realista pero al final se va produciendo un intercambio de ideas, Don Quijote se vuelve realista y Sancho idealista. Este salió de su casa por codicia, por las promesas que le hizo su amo.

También existen más personajes secundarios como Dulcinea (ésta sólo existe en la imaginación de Don Quijote) en realidad sólo es una campesina llamada Aldonza Lorenzo.

El narrador es un tipo de narrador-editor en el cual Cervantes dice que había empezado a escribir la novela gracias a unos archivos de la Mancha y después encuentra unos manuscritos en árabe, los cuales traduce y continúa escribiendo, el autor de estos era Cide Hamete Benengeli. Este tipo de narrador permite a Cervantes hacer comentarios (en ocasiones humorísticos) que de no ser así sería imposible.

 Interpretación:

En un principio Cervantes solo pensaba escribir un pequeño relato pero continuo.

Su intención era parodiar los libros de caballerías de la época. Cervantes pretendía juzgar y criticar la literatura propia del siglo XVI. Aunque también retrata la forma de vida y costumbres de la época.

En toda la obra se observa un claro juego de perspectivas entre la ironía y la simpatía (ya que en principio iba a ser una novela humorística).

Esta novela consta de dos partes:

    -1ª parte: se publica en 1605 consta de 52 capítulos y se narran las dos primeras salidas de Don Quijote.

    -2ª parte: se publica en 1615 consta de 74 capítulos  y se narra la tercera salida.

 

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