ࡱ> 9;8q` V-bjbjqPqP 16::$`8 "@BBBBBBBB0 2 2 2 O !$h^BBBBBBB BvBB0 B0  B6 `O{;k L0@ ,F ^, , 0BB BBBBB BBB@BBBB LA MULTIPLICIDAD DE LOS TIEMPOS, p. 113- 115 de Delirio y destino Texto 3 Fragmento A AL INICIARSE de nuevo en la vida, en el jardn de la quinta, cada del limbo de las nieves del Guadarrama, del silencio de la soledad, sinti confusamente y enredados entre s varios tiempos, como una red de diversas mallas donde tena que entrar. Llegaba a la vida de nuevo y as descubra, redescubra, esos tiempos diversos que la evolucin lenta desde la infancia a la edad de la razn la haba ido envolviendo, como un capullo a la larva. Como haba estado cerca de desnacer, senta al renacer las diversas vestiduras temporales. Estaba aqu, en este tiempo, en cuntos? Y eso le produca confusin y vacilaba; a veces no saba en qu tiempo meterse o en qu tiempo estaba metida. Y algunas maanas, al despertar cara a la luz del da, se haba sentido como una paloma que regresa y ha de entrar en su casilla, pero, en cul? Por qu captulo de su vida? Tena que acordarse de lo que la estaba pasando ahora y no era fcil porque... propiamente no la estaba pasando nada; slo haba vuelto a la vida. Y como volva sin proyecto ni personalidad, rechazando la imagen que se transforma en mscara, como quera seguir as, tal como se vio que no era, senta muy agudamente estas vestiduras del tiempo, estas capas de ser que los diversos tiempos nos echan encima y el tiempo casillero, el sucesivo. Voy por aqu, por esta pgina, como si fuera el libro de una asignatura de la que es imposible dejar de examinarse. Y por un instante fugitivo estaba a punto de entrar en una casilla del pasado, de cuando era nia o adolescente, y hasta lleg a comprender mejor en aquel brevsimo instante alguna cosa que se haba quedado como un grumo, como un cogulo en la memoria; un relmpago de comprensin que luego desenvolva o se le apareca ya desenvuelto y claro. Y a veces, sin que se llegara a consumar, un instante ms fugitivo an por el espanto en que pareca que iba a entrar en una casilla del porvenir y no llegaba a tener visin; pero algo le quedaba, como una impresin, un sentimiento a partir del cual y, sin poder evitarlo, se iba formando alguna imagen, alguna imagen que le apareca en algn sueo o que se le iba en alguna frase cuando hablaba con los suyos y que no saba explicar. Por eso a veces su padre se la quedaba mirando, sin decir nada y su madre, a quien esto deba de haberle ocurrido a lo largo de su vida y en mayor escala  en mayor pureza le deca: Ah, hija ma, t tambin lo sabes! Porque yo, a m se me figura lo siguiente. Y deca limpia, ntidamente unas cuantas previsiones que el padre escuchaba en silencio, porque no las poda rebatir y no poda adherirse a ellas, no las quera ciertas; la madre tampoco, al contrario, la acongojaban, pero no haba podido dejar de figurrselas. Y una vez l le dijo: Y t, mujer, por qu sabes esas cosas? No s, se me figuran, pero mira, fjate, no observas?. Y aqu, algn menudo detalle que la prensa haba publicado en un espacio perdido, alguna palabra cogida al vuelo en un discurso de algn estadista y hasta un leve gesto de alguna imagen fotogrfica. Y el padre caballeresco conclua: Pues s tienes razn, t ves ms claro. Pero razn, yo no la tengo porque no la hay, lo que ocurre es que va a ser as. Y este as era algo sombro, una catstrofe que se cerna sobre Europa, y antes sobre Espaa, a pesar de lo bien que marchaba todo. Y al hablar as sus inmensos ojos claros se le tornaban verdes, casi fosforescentes; eran de muchos colores, azules, grises y verdes. Cuando se dejaba a hablar por inspiracin de nia haba observado, obsesionada, sus cambios; su pelo negro destacaba sus sienes un poco hundidas, su piel blanca pareca ms plida y de alguna otra materia que la carnal, toda ella, que siempre tenda a volverse incorpreaa pesar de su relativa corpulencia siempre pareca menuda se volva como irreal y, ms presente que nunca, estaba ah como si llegara de otro lugar, de otro tiempo y el cuerpo no hubiera acabado de materializarse o de volverse carne; impenetrable, liso e irreal como una camelia, o como un marfil antiguo e intocado. Y se callaba fatigada, mirndose las manos, pequeas, dibujadas a la perfeccin, y las levantaba como dos alas de paloma Ah, si los que mandan en el mundo escucharan de vez en cuando lo que nadie se atreve a decirles!. Y el padre, sonriendo irnicamente con un dejo de admiracin: Claro, mujer, ya no hay sibilas. La confusin de los tiempos. Si viviramos en uno slo quiz no hubiera confusin; si el solo tiempo fuese se que tanto trabajo ahora se daba cuenta le haba costado establecer: el tiempo sucesivo: antes, despus, ahora, linealmente; el tiempo invencin de la conciencia. Cuando ley a Bergson le embriag la crtica del tiempo a imagen y semejanza del espacio; el descubrimiento de la dure y de la intuicin y se sinti segura de que entre Filosofa y Msica no hay diferencia, que las dos hacen algo anlogo con el tiempo; recogerlo quiz, ese tiempo de la superficial conciencia, el tiempo cadena, condena; introducir un sistema de nmero o de palabra y lograr as que el tiempo sucesivo por el que nos arrastramos sea como un solo instante. Pues el instante un cierto instante parece ser el trmino de la aspiracin que irrefrenable se presenta en nosotros, quiz porque la felicidad se da en un instante. Pero quiz sea lo contrario, que la felicidad haya de tomar forzosamente la forma del instante, que es la unidad en el tiempo disperso, la transparencia en el tiempo. Fragmento B Y lo que vemos, cuando vemos, se ve en un instante, un instante despus ya es ido. A1 redescubrir la vida, en el jardn de la quinta madrilea pasaba, mas ahora con conciencia, extrandose de ello, por los mismos descubrimientos que haba vivido all en el mgico jardn de su infancia. Ahora la conciencia limitaba la magia y por eso quera, hubiera querido, apresarlo. Y a las construcciones del jardn primero sustituan en ste, una incipiente, pronto abatida, construccin del pensamiento. Necesitaba hacerse una idea de lo que pasa con el tiempo, de nuestra aventura en l, ahora que lo haba sentido y visto llegar como una envoltura ms decisiva an que la del cuerpo por el hecho de estar vivo, de estar aqu. Pues sin cuerpo, eso que le haban reprochado no cuidar, no tener siquiera en cuenta, sin cuerpo se estara tambin aqu, si se estuviese envuelto en el tiempo Y si se pudiese obtener la epoje del tiempo, a lo menos del tiempo sucesivo, de los instantes numerables que se suceden los unos a los otros, marcando todos a su paso la misma figura, la misma ley: antes, ahora, despus; si se pudiera estar libre de eso, entonces ann conservando el cuerpo, ya no se estara del todo aqu. Y la inteligencia quedara libre de su limitacin, al no necesitar prever, al no necesitar recordar o apoyarse en los datos del recuerdo. E1 nimo se vera libre del temor y la esperanza, como queran los estoicos. Nec spes, nec metu, lo cual supone poseer el tiempo o estar libre de su paso, no sentirlo. La impasibilidad, virtud que los estoicos destacaron pero que le pareca la cifra de toda la vida filosfica antigua, antes que de serlo de las pasiones, ha de serlo del tiempo; no sentir el paso del tiempo. Y entonces hasta el amor y el odio seran impasibles, como lograron, se le pareca, los msticos en el amor y ciertas almas de vencidos en el odio. E1 odio que dura siglos sin dar seales de vida y que un da estalla Cmo hubiera podido soportarse ese odio, si hubiera sido sentido! Pues, por qu los msticos lograron abstraer el tiempo casi enteramente, vivir en dos tiempos o en tres, como le sucedi a Teresa de vila, tan lejos que la tena y haba vuelto a pensar en ella? Quiz porque ella, Teresa, vivi el instante en el xtasis, el tiempo histrico en su accin en el mundo, entre el mundo, y vivi tambin el tiempo de la meditacin. Y, a travs de su vida, se vea claro lo que en la meditacin hay de decadencia, de a falta de otra cosa. Y en cuanto en la accin de querer realizar o encontrar el equivalente del momento del xtasis, la accin, ahora descubra su atractivo, era una especie de xtasis, la accin verdadera, no la agitacin. Y de ah, la pasin de los revolucionarios, de algunos, por lo menos, que fueron hombres de pensamiento, de meditacin en un principio y que la abandonaron por la accin, porque en ella ya no sentiran este a falta de otra cosa. Ya que slo el xtasis en cualquiera de sus formas parece agotar el anhelo, la expectacin de la vida humana, esa espera que cada instante del tiempo sucesivo nos trae, esa promesa desmentida cuando slo vemos que se cumple la misma ley. Y descubri as que la ley es una decepcin de la esperanza, que aquello que aguardamos en relacin con el tiempo y con todo es ms que la ley y va ms all de ella, que la Justicia no basta. Todo ello formaba la confusin de su mente, sobre todo en esa hora del medioda en el jardn, cuando segua el mismo rito de su infancia, pues haba tambin aqu una larga avenida bordeada de matas de frambuesas y grosellas que parecan recoger en s toda la densidad del sol, toda la lentitud de la hora. Pues la naturaleza nos da tiempos mltiples, ritmos diversos, horas lentas, en que las plantas viven la vida del sueo, ellas que no acaban nunca de estar despiertas, se hunden en el sueo     Mara Zambrano. Delirio y destino. La multiplicidad de los tiempos, p. 113-115 0ABJLWX,,,,,,,,--$-R-T-U-V-ƽh56CJ h5CJh"Ijh"IU hCJh h5CJ h5h56CJ h5CJ BCKLXx#%&+ $ ra$/$ r$d %d &d 'd N O P Q a$-$ !$d %d &d 'd N O P Q a$ ,U-+,,,,,,,--R-S-T-U-V-$a$ $&d P a$/$ r$d %d &d 'd N O P Q a$/0&P/ =!"#$% L@L Normal5$7$8$9DH$CJ_HmH sH tH NAN Fuente de prrafo predeter.ViV  Tabla normal :V 44 la ,k, Sin lista << Texto nota pieCJB&B Ref. de nota al pieH*<@< Encabezado  C"B "B Pie de pgina  C"V%6BCKLXx#$$$$%R%S%W%I0pI0I0I0I0000000000000I0I0I0I0@0@0I0 _____bV-+V-U-4<qv_btwx|~W% G I $$$$$$$$$$$%%T%W%3333$$$$$$$$$$$%%S%W%$W%hT0"I_J"2$$$$%R%T%W%@HP LaserJet 1220 Series PS (MS)Ne02:winspoolHP LaserJet 1220 Series PS (MS)HP LaserJet 1220 Series PS (MSS 4dXXA4PRIV0''''P4(jX HP LaserJet 1220 Series PS (MSS 4dXXA4PRIV0''''P4(jX &V%`@UnknownGz Times New Roman5Symbol3& z Arial"1:F:Fw'FFBFBxx4$$2HP(?_2"LA MULTIPLICIDAD DE LOS TIEMPOS, pMercedes Laguna GonzalezMercedes Laguna GonzlezOh+'0( LX x   $LA MULTIPLICIDAD DE LOS TIEMPOS, pMercedes Laguna Gonzalez Normal.dotMercedes Laguna Gonzlez2Microsoft Office Word@@A@@@_;k@@_;kF՜.+,0 px   rB$ #LA MULTIPLICIDAD DE LOS TIEMPOS, p Ttulo  !"#$%&')*+,-./1234567:Root Entry F0,`{;k<1Table,WordDocument16SummaryInformation((DocumentSummaryInformation80CompObjr  F Documento Microsoft Office Word MSWordDocWord.Document.89q