Vivimos en una sociedad en la que lo más
importante es ser aceptados por los demás,
ser como quieren que seamos, pero hasta
dónde somos capaces de llegar para
conseguirlo y si no lo conseguimos qué
ocurre.
ÍNDICE:
INTRODUCCIÓN
CUERPO DEL ENSAYO
1-Cómo ha
sido la sociedad.
2-Y cómo es
ahora.
3-Las
apariencias.
4-La crueldad
de la sociedad.
5- El alcohol
y las drogas.
CONCLUSIÓN
BIBLIOGRAFÍA
INTRODUCCIÓN
Voy tratar sobre
como los jóvenes, generalmente, hacemos
cosas obligados por la sociedad que nos
rodea sin de verdad querer hacerlas. Me voy
a centrar sobre todo en nuestra forma de
vestir, de arreglarnos, del alcohol, las
drogas, de cómo se margina a la gente por no
ser como quieren que sea y de los abusos a
los que son sometidos (un tema muy de
actualidad sobre todo en los colegios).
Hablo sobre estos
temas porque no me gusta en la sociedad en
la que vivo, porque creo que se basa en la
hipocresía y las apariencias, porque no nos
paramos a conocer el corazón de las cosas o
las personas, porque se juzga a las personas
por su forma de vestir, por su aspecto
físico o por tener una buena economía
¡hasta dónde vamos a llegar!, hay momentos
en los que me gustaría que fuéramos ciegos y
así podríamos disfrutar de todas las cosas
bellas que el mundo de las apariencias nos
priva.
He cogido la obra
de Quevedo, que es un escritor digno de mi
admiración, por la actitud que ofrece
sobre su sociedad, una actitud tan crítica
que no puede entenderse como realista sino
como una reflexión amarga sobre el mundo y
como un desafío estilístico sobre las
posibilidades del género y del idioma.
Porque él al igual que yo se rebela ante la
sociedad.
He cogido el
artículo de Muñoz Molina ya que nos hace
reflexionar sobre la sociedad en la que
vivimos, en la forma de divertirse de los
jóvenes y de los no tan jóvenes en su
artículo nos habla del alcohol, de sus
causas físicas, psicológicas y sobre todo
sociales.
También he creído
conveniente usar la imagen de un artista de
actualidad, como es Sergio Contreras y lo he
elegido a él porque escribe su opinión
claramente en sus canciones, canciones con
las critica sin tapujos todo aquello que no
le gusta y hace que todo aquel que las
escuche se pare a reflexionar y vea que el
mundo no es de color de rosa, como
seguramente muchos lo ven.
CUERPO DEL ENSAYO
1-
Cómo ha sido la sociedad.
Hasta hace muy
poco hemos vivido en una sociedad que se
dividía en privilegiados y no privilegiados,
en la que nobleza y clero disfrutaban de
comodidades, de tierras…mientras que los
pecheros solo tenían derecho a trabajar.
Desde hace siglos se divide la sociedad
entre pobres y ricos, blancos o negros…
2- Y cómo es
ahora
Por suerte vivimos
en pleno siglo XXI en una sociedad en la que
se supone que no hay clases sociales, que
todos somos iguales, ahora hay igualdad
entre hombres y mujeres, blancos y negros,
pobres y ricos, que todos tenemos los mismos
derechos, ¿o no? Tenemos que preguntarnos
si acaso no despreciamos a aquellos que no
son como nosotros, que no actúan como
nosotros, etc.
Entonces por qué
nos empeñamos en hacer una clasificación, en
despreciar a los demás por no llevar ropa de
marca, por no tener un coche impresionante…
Hasta dónde va a llegar esta situación es
que no nos damos cuenta, cuántos niños o
niñas tendrán que seguir derramando lágrimas
porque sus compañeros se meten con ellos,
porque no les gustaba su abrigo, porque son
muy empollones, cualquier causa es buena
para molestarles y hacerles daño.
Cómo actuamos
ante esta situación, simplemente intentamos
ser lo quieren que seamos, hacer lo que
ellos hacen o quieren que hagamos.
3-Las
apariencias.
Por la calle ves a
las mujeres que hasta para ir a comprar van
muy bien maquilladas, todo a juego, muy bien
peinadas, los hombres van al gimnasio, se
compran buenos coches, ropa de marca, ¿y
para qué?, ¿para estar más guapa o guapo?
Cuánto tiempo
tendrá que pasar para que tengamos que dejar
de ser esclavos de nuestra apariencia. ¿Es
que acaso la persona no es bella por ser
persona?
Vivimos en una
sociedad basada en la hipocresía y este
fragmento de Quevedo es un buen ejemplo;
Venía una mujer hermosa trayéndose de paso
los ojos que la miraban y dejando los
corazones llenos de deseos.[…] Los cabellos
martirizados hacían sortijas a las sienes.
El rostro era nieve y grana y rosas que se
conservaban en amistad, esparcidas por
labios, cuello y mejillas. Los dientes
transparentes y las manos, que de rato en
rato nevaban el manto, abrasaban los
corazones. El talle y paso, ocasionando
pensamientos lascivos. Tan rica y galana
como cargada de joyas recebidas y no
compradas. Vila, y, arrebatado de la
naturaleza, quise seguirla entre los demás,
y, a no tropezar en las canas del viejo, lo
hiciera. Volvíme atrás diciendo:
—Quien no ama con todos sus cinco sentidos
una mujer hermosa, no estima a la naturaleza
su mayor cuidado y su mayor obra. Dichoso es
el que halla tal ocasión, y sabio el que la
goza. ¡Qué sentido no descansa en la belleza
de una mujer, que nació para amada del
hombre! De todas las cosas del mundo aparta
y olvida su amor correspondido, teniéndolo
todo en poco y tratándolo con desprecio.¡que
ojos tan hermosos honestamente! ¡Qué mirar
tan cauteloso y prevenido en los descuides
de un alma libre! ¡Qué cejas tan negras,
esforzando recíprocamente la blancura de la
frente! ¡Qué mejillas, donde la sangre
mezclada con la leche engendra lo rosado que
admira! ¡Qué labios encarnados, guardando
perlas, que la risa muestra con recato! ¡Qué
cuello! ¡Qué manos! ¡Qué ralle! Todos son
causa de perdición, y juntamente disculpa
del que se pierde por ella.
— ¿Qué más le queda a la edad que decir y al
apetito que desear? —dijo el viejo —.
Trabajo tienes, si con cada cosa que ves
haces esto. Triste fue tu vida; no naciste
sino para admirarlo. Hasta ahora te juzgaba
por ciego, y ahora veo que también eres
loco, y echo de ver que hasta ahora no sabes
para lo que Dios te dio los ojos ni cuál es
su oficio: ellos han de ver, y la razón ha
de juzgar y elegir; al revés lo haces, o
nada haces, que es peor. Si te andas a
creerlos, padecerás mil confusiones, tendrás
las sierras azules, y grande por pequeño,
que la longitud y la proximidad engañan la
vista. ¡Qué río caudaloso no se burla de
ella, pues para saber hacia dónde corre es
menester una paja o ramo que se lo muestre.
¿Viste esa visión, que, acostándose fea, se
hizo esta mañana hermosa ella misma y hace
extremos grandes? Pues sábete que las
mujeres lo primero que se visten, en
despertándose, es una cara, una garganta y
unas manos, y luego las sayas. Todo cuanto
ves en ella es tienda y no natural, ¿Ves el
cabello? Pues comprado es y no criado, Las
cejas tienen más de ahumadas que de negras;
y si como se hacen cejas se hicieran las
narices, no las tuvieran. Los dientes que
ves y la boca era, de puro negra, un
tintero, y a puros polvos se ha hecho sal
valdadera, La cera de los oídos se ha pasado
a los labios, y cada uno es una candelilla.
¿Las manos? pues lo que parece blanco es
untado. ¿Qué cosa es ver una mujer, que ha
de salir otro día a que la vean, echarse la
noche antes en adobo, y verlas acostar las
caras hechas cofines de pasas, y a la mañana
irse pintando sobre lo vivo como quieren?
[…]Si la besas, te embarras los labios; si
la abrazas, aprietas tablillas y abollas
cartones…
Este fragmento se
escribió entre 1606 y 1621, si comparamos la
sociedad que describe Quevedo nos podemos
dar cuenta que en cuatro siglos la sociedad
no ha cambiado prácticamente nada. Las
mujeres que se arreglan para “despertar
sensaciones” y los hombres solo ven la
hermosura externa de la mujer.
4- La crueldad
de la sociedad
Otro tema muy de
actualidad es el desprecio entre niños, que
no siempre acaba bien, pues cuantos niños
deciden suicidarse porque sus compañeros lo
acosan o lo desprecian. ¿Y por qué lo
acosan?, por ser “diferente”, generalmente.
Debemos meternos
en la situación de este niño y ver qué se
siente solo porque nadie se quiere juntar
con él, se siente insignificante, maltratado
por la sociedad y lo peor es que no sólo lo
desprecien, sino que le insulten, o peguen,
hasta que no pueda más y acabe suicidándose.
Pero la sociedad
es muy hipócrita porque hay casos en que
este niño al que han insultado, marginado…
les hace falta y entonces no dudan en ir a
buscarlo, en pedirle ayuda y darle su
amistad.
Sergio Contreras
en su canción el espejo refleja
perfectamente esta situación:
Cómo se gana la popularidad
los demás compañeros de la escuela él se
pregunta:
cómo puedo llegar a enamorarla,
a la chica de mis sueños, él se pregunta,
si nadie lo mira a él nadie habla con él,
todo por no tener un físico diez
y él que esta bien, se hunde,
no quiere ni ser él.
Por qué la gente es tan cruel
Por qué la gente ya no mira ni como se es,
se va alejando de todo
el chico poco a poco se va acomplejando
se va quedando solo
soledad que no esta pues ella no lo
abandonará nunca,
ella no es tan cruel como el resto de la
sociedad,
de la gente.
Se mira al espejo y no le gusta lo que ve,
que le vas a hacer tienes que aprender
a vivir con ese rostro que no le hace
realidad
sus sueños, su libertad,
Se mira al espejo y no le gusta lo que ve,
pero tiene que aprender a vivir
con ese rostro que no le hace realidad,
de volar de enamorar.
El chico creció y desarrolló
y en la discoteca más de lo mismo,
a la hora de los lentos su corazoncito sólo
llora,
le da un vuelco, él que lo ve aprende a no
desvanecerse, a ser fuerte,
en contra de todos y todas,
se vuelca en su trabajo, la radio, la disco
y los cd´s.
Su físico y su apariencia siguen igual
pero al ser más conocido cada vez liga más,
me parece mentira el materialismo de la
sociedad,
cada vez va a más.
Hoy en día el chico es popular
hoy los de antes si quieren su amistad,
hoy las de antes si lo quieren besar,
pero hoy pasa de ti sólo quiere cantar,
pero a solas llora, pero a solas llora […]
Esto es un mensaje para toda esa gente
que me hizo la vida imposible,
para toda esa gente que valora a los demás
físicamente
y no el corazón, y no la mente.
Esto también pasa
con las razas, pues nos atrevemos a señalar
a las personas por ser de otra raza, por
tener otras costumbres, otras lenguas u
otras creencias, ¿y con qué derecho? ¿Acaso
ellos no son personas, acaso no tienen
sentimientos?
5-El
alcohol y las drogas.
Es muy común que
nosotros lo jóvenes tomemos alcohol, pero
porqué lo hacemos, esta claro que no siempre
porque nos gusta, sino porque olvidarnos de
algo que nos angustia y sobre todo porque
como mis amigos beben yo porque no me dejen
de lado o no me digan cobarde bebo, o porque
somos tímidos y sólo tomando somos capaces
de vencer nuestra timidez. Mil razones nos
llevan a beber, pero es la sociedad la que
más nos empuja a no sólo beber sino que
buscamos algo más fuerte como las drogas.
Molina Muñoz en su
articulo nos habla desde su perspectiva de
los botellones, del alcohol, de sus
consecuencias, tanto físicas, psicológicas y
sociales. De que la sociedad se queja porque
provocan contaminación acústica y residual.
¿Y que hace el gobierno? Nada, como dice
Molina Muñoz en su artículo: “Nadie quiere
en España arriesgarse a no parecer joven, o
al menos juvenil y majete”.
Siempre que
hablamos de drogas pensamos en los que las
toman y decimos ¡que lástima, que se están
destrozando la vida! Pero tenemos que
preguntarnos si sólo ellos son ellos que se
destrozan o son ellos los que destrozan,
ellos destrozan a sus familiares, a sus
amigos, incluso se atreven a despreciar a
los que no las toman, ¡son unos tontos, pues
no saben lo que se pierden! Y muchos
“tontos” aceptan tomarlas por miedo a ser
discriminados o señalados. Y no se dan
cuenta que el sujeto capaz de decir que no
se prueba como sujeto responsable.
CONCLUSIONES
La sociedad nos
obliga a ser como somos, con el tiempo nos
va moldeando nuestro carácter, nuestra
personalidad, hasta nuestra forma de pensar.
La gente que nos rodea, el entorno nos
influye, y mucho.
La sociedad en que
vivimos se basa en aparentar ser, en
parecer ser más que. Y no aprovechamos que
podríamos vivir siendo todos iguales, ya que
nuestra monarquía no nos establece una
jerarquía, una división ¿Por qué la hacemos
nosotros?
BIBLIOGRAFÍA
He utilizado para
argumentar mi opinión:
- Un fragmento de
“El mundo de por dentro”, incluido en la
obra “Sueños” de Quevedo. Colección:
Clásicos de la literatura española”.
-Un artículo de
Muñoz Molina, “Ponerse ciego”, publicado en
“El país”
-Una canción de
Sergio Contreras, “El espejo”.