Credo poético,
1907
Piensa el
sentimiento, siente el pensamiento;
que tus
cantos tengan nidos en la tierra,
y que
cuando en vuelo a los cielos suban
tras las
nubes no se pierdan.
Peso
necesitan, en las alas peso
la columna
de humo se disipa entera,
algo que no
es música es la poesía,
la pesada
sólo queda.
Lo pensado
es, no lo dudes, lo sentido.
¿Sentimiento puro? Quien en ello crea,
de la
fuente del sentir nunca ha llegado
a la vida y
honda vena.
No te
cuides en exceso del ropaje,
de
escultor, no de sastre es tu tarea,
no te
olvides de que nunca más hermosa
que desnuda
está la idea.
No el que
un alma encarna en carne, ten presente,
no el que
forma da a la idea es el poeta
sino que es
el que alma encuentra tras la carne,
tras la
forma encuentra idea.
De las
fórmulas la broza es lo que hace
que nos
vele la verdad, torpe, la ciencia;
la desnudas
con tus manos y tus ojos
gozarán de
su belleza.
Busca
líneas de desnudo, que aunque trates
de
envolvernos en lo vago de la niebla,
aún la
niebla tiene líneas y se esculpe;
ten, pues,
ojo, no las pierdas.
Que tus
cantos sean cantos esculpidos,
ancla en
tierra mientras tanto que se elevan,
el lenguaje
es ante todo pensamiento,
y es
pensada su belleza.
Sujetemos
en verdades del espíritu
las
entrañas de las formas pasajeras,
que la Idea
reine en todo soberana;
esculpamos,
pues, la niebla.
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De
Poesías, 1907
En Antología Cátedra de Poesía de las Letras Hispánicas,
selección de José Francisco Ruiz Casanova, Cátedra,
Madrid, 1998.