REALIDAD Y FICCIÓN Edición de la página | ||||||||
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I.E.S. "P. Jiménez Montoya". Baza
LA MEMORIA José Manuel Gutiérrez Sánchez
En mi adolescencia leí un libro titulado El Mono Desnudo, muy popular en aquella época. De alguna forma, su lectura, influyó en mí, entonces y quizás, también después. Su autor, Desmond Morris (zoólogo y etólogo), proponía el predominio del lado biológico en contraposición al cultural, respecto de la esencia de la condición humana. Así mismo, también pretendía una mayor implicación en defensa de la naturaleza por parte de la humanidad. Ha pasado mucho tiempo y no sé que habrá sido de Morris, de mis amigos y conocidos de entonces. A casi todos ellos les he perdido la pista. A algunos de ellos apenas si les recuerdo. En cambio, hay recuerdos que no se olvidan, incluso no he olvidado asuntos aún más lejanos. El relato que me contaba mi padre en mi niñez: La Camisa del Hombre Feliz. Es uno de esos recuerdos que no olvido. Lo que me resultaba más sublime de aquella historia era que aquel hombre feliz, por no tener, no tenía ni camisa. Años más tarde descubrí que se trataba de un texto original de León Tosltoi. Ese relato lo asocio a noches de verano, con cielos plenamente estrellados, mi familia sentada en la puerta de mi casa y explicaciones sobre el Camino de Santiago, la estrella Polar, la Luna, luceros, etc. En asuntos de memoria y de recuerdos, así como en otros muchos, el sistema nervioso, es el implicado. Este, junto con el sistema endocrino, conforman los dos pilares básicos de la relación y coordinación de los animales y del hombre. (Nótese como ligo lo animal y lo humano, como Morris). Para mí se trata de una cuestión de Neurobiología, nada más, pero nada menos. El sistema nervioso tiene una red de nervios y ganglios distribuidos por todo el organismo. Es el llamado sistema nervioso periférico. Este junto con los receptores y órganos de los sentidos, suministran la información externa e interna al sistema nervioso central, para que elabore unas pautas de respuesta y de conducta. La memoria forma parte de ese bagaje que necesitamos para subsistir. Encéfalo, no suele tener mucho significado para muchas personas. Cerebro, ese es el concepto que la mayor parte de la gente, suele utilizar. No son sinónimos. El encéfalo incluye al cerebro, cerebelo, etc. Dicho de otra forma, no todo es cerebro. La corteza cerebral humana en el discurrir de su corta evolución, ha tenido un desarrollo enorme, tan grande que prácticamente no cabe dentro del cráneo. Para ello ha sufrido una serie de pliegues y surcos (circunvoluciones y cisuras). Es en esta corteza donde decimos radica las llamadas funciones intelectuales superiores (raciocinio, etc.) La neurona es la figura estelar, en todo lo que se refiera al sistema nervioso. Es la actora, desarrolla el papel protagonista en esta obra de la fisiología. Su función es enviar mensajes. Posee una zona central o soma, donde se localiza el núcleo. También tiene una serie de ramificaciones: dendritas y axón. Por estas últimas discurren las informaciones como en líneas telefónicas. En el sistema nervioso también existen otros actores, las células de la Glía, las grandes olvidadas. En relación con la neurona, no podía sino recordar a unos de nuestros pocos científicos que han recibido de forma merecida el Premio Nobel. Se trata de Don Santiago Ramón y Cajal (histólogo). Por su idea de la invidualidad de la neurona, En su tiempo se pensaba en un sistema nervioso reticular, sin separación entre las neuronas. Con esa idea sentó las bases de la moderna neurofisiología. Como anécdota podemos recordar que este descubrimiento lo realizó utilizando la técnica de tinción del italiano Camilo Golgi. Con este, compartió el premio. Cuando justamente, Golgi, fue uno de los científicos que hasta su muerte defendió la teoría reticular. Las acumulaciones de los somas neuronales conforman la llamada sustancia gris. Las prolongaciones neuronales, constituyen la sustancia blanca. El funcionamiento básico del sistema nervioso animal, y por lo tanto del nuestro, es mediante la formación de circuitos neuronales, es decir, conexiones nerviosas. Estos circuitos se establecen por medio de unas estructuras que relacionan unas neuronas con otras o sinapsis. En esos espacios cortos o sinápticos intervienen otros grandes protagonistas: los neurotransmisores. En nuestro encéfalo se localizan bastante más de cien mil millones de neuronas y pueden establecerse por encima de los cien billones de conexiones o sinapsis. Los circuitos neuronales constituyen pautas básicas de respuestas: reflejos y también respuestas más elaboradas, recordemos a Ivan Petrovich Pavlov y sus perros hambrientos. Algunos circuitos, aparecen al comienzo de una nueva vida animal y humana perdurando durante toda ella (reflejos). Otros en cambio, se forman a lo largo de nuestra vida influenciados por el ambiente (familiar y social) y el aprendizaje. Un niño, por ejemplo, tarda alrededor de un año en establecer los circuitos que le permiten hablar. Al nacer un ser humano contiene, aproximadamente el mismo número de neuronas que de adulto, pero a lo largo de su existencia se han establecido nuevos circuitos. Por lo tanto, la base fisiológica del sistema nervioso y de la memoria son estos circuitos neuronales. En definitiva, si queremos recordar los esencial de la neurofisiología, tendremos que echar mano de los siguientes conceptos: neurona, sinapsis, neurotransmisor, conexiones nerviosas cerebro, etc. La humanidad, se caracteriza por su capacidad de innovar. De plantearse de forma reiterada un asunto hasta encontrarle distintas soluciones. Para ello utiliza diferentes tipos de herramientas y el lenguaje, para comunicar y recibir información de las nuevas invenciones y tecnologías. El hombre actual, en parte, es el resultado de lo que nuestros antepasados fueron e hicieron. En la mayoría de las decisiones que tomamos, consciente o inconscientemente, utilizamos nuestro almacén de recuerdos. Esto forma parte de nuestra herencia cultural, pero la memoria, como tal, es parte de nuestra biología. La memoria, posiblemente no resida en un lugar concreto del encéfalo. Pero algunas zonas cerebrales están íntimamente relacionadas con alguna forma de memoria. Por ejemplo el hipocampo, relacionado con el paleocortex o corteza antigua o, sistema límbico. Esta parte del encéfalo se relaciona con las emociones, atención, conducta, etc. Es muy antiguo evolutivamente hablando, se encuentra ya en los reptiles. Selecciona lo que debe memorizarse y lo que debe olvidarse, almacena la memoria episódica (relativa a sucesos acontecidos en un momento y lugar determinados) y también participa en la memoria espacial. Otras zonas son: La corteza o neocortex, lóbulo frontal, área visual, tálamo, núcleo estriado, amígdala, etc. La información recibida se guarda temporalmente, en forma de memoria de corto plazo: Por ejemplo, recordar el desayuno de esta mañana. Mediante el proceso de la potenciación, las neuronas experimentan repetidamente un mismo estímulo y se favorece la formación de nuevas conexiones nerviosas. De esta forma se almacena las informaciones significativas en forma de memoria de largo plazo. Por ejemplo recordar la figura de Severo Ochoa y su contribución al conocimiento de los ácidos nucleicos y código genético. Previamente, existe una memoria sensorial: visual, auditiva, etc. de muy escasa duración, algunos segundos como máximo. Diversas experiencias científicas han demostrado que la síntesis de proteínas es un requisito imprescindible para memorizar. Estas experiencias consistían en inhibir la traducción. De esta forma se evitaba la formación de nuevos recuerdos. Estas proteínas las utiliza la neurona para establecer nuevas sinapsis, es decir, nuevas conexiones neuronales. Con toda probabilidad, la memoria no es un concepto unitario, quizás, implique diferentes procesos, que tienen diferentes propósitos y organizaciones también heterogéneas. Podemos distinguir diferentes tipos de memoria, como:
Memoria operacional:
que comprende ámbitos como: hablar, andar, comer, aprender a
montar en bicicleta y otras habilidades cotidianas que
nunca se olvidan. Es un tipo de memoria que actúa de forma
inconsciente. Tiene que ver con el ganglio basal y el
cerebelo (controla la motilidad). De todas formas seleccionamos nuestros recuerdos y solo memorizamos lo significativo y para lo cual es imprescindible prestar atención. La memoria se favorece: ejercitándola, mediante la repetición, entendiendo lo que se desea memorizar, intentado asociar los nuevos conocimientos con otros anteriores, empleando el mayor número de sentidos que sea posible y mediante la manipulación. Se aprende mejor lo que se hace. Para todo ello es muy importante la motivación y la emoción. Tampoco debemos olvidar algunos hábitos saludables generales que también influyen: una correcta alimentación y dormir lo necesario y profundamente, es decir, un sueño reparador. Todos podemos tener olvidos leves, que nos ocasionan contrariedades y problemas de mayor o menor consideración. Pero las deficiencias importantes son patológicas y ocasionan graves problemas de aislamiento, alejamiento de la realidad y dificultan el aprendizaje. Los enfermos con demencia senil o enfermedad de Alzheimer, pueden no reconocer a sus parientes más próximos, el lugar donde viven, etc. Una buena memoria siempre es positiva, pero un exceso, también puede ocasionar problemas. Se olvida entre otras cosas para evitar evocar cosas o hechos que no nos gustan. Es decir tiene, en parte una función defensiva. Si no seleccionamos solo lo significativo, tendríamos un exceso de información, muchas veces innecesaria, e incluso perjudicial. La memoria, como hemos visto, es la base imprescindible para el aprendizaje y para el razonamiento y la reflexión. Algunas personas cuando se trata del tema de la memoria y del razonamiento comparan el cerebro con el ordenador. En mi opinión, esto es desatinado. La máquina únicamente procesa muy rápidamente la información. El sistema nerviososo consta de millones de receptores, por medio de los cuales recibe información, para que el animal pueda responder adecuadamente en su medio. Pero además analiza y compara la información, memoriza, razona, aprende, planifica, resuelve problemas, siente, interviene en le lenguaje, etc. He olvidado, momentáneamente, sobre qué estaba escribiendo. Mi mente, ahora, solo rememora unos emisarios buscando por montañas, ciudades y mares a un hombre feliz, sin camisa. Todo ello bajo un cielo estrellado. Puedo observar la Osa Mayor, Casiopea, La Vía Láctea, etc. Siento que formo parte un planeta llamado Tierra, que a su vez, es un trozo de una Galaxia que tiene cien mil millones de soles. Esa es una de las cien mil millones de galaxias del universo.
Granada, 7 de marzo de 2007
José Manuel Gutiérrez
Ilustración: www.hipocampo.org
________________________________________ © José Manuel Gutiérrez Sánchez, jefe del Departamento de Biología del I.E.S. "P. Jiménez Montoya".
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