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Art�culo publicado en La Revista El Cultural. El Mundo 7-07-2024 �Qu� idioma habla Dios?
por Francisco Mora Teruel Doctor en Medicina, catedr�tico de Fisiolog�a Humana en la Universidad Complutense de Madrid
�Qu� idioma hablar�a una persona aislada desde su nacimiento de toda relaci�n con sus semejantes?
El catedr�tico de Fisiolog�a Francisco Mora analiza la capacidad del ser humano para el habla y su predisposici�n individual para el aprendizaje a trav�s de algunos ejemplos surgidos a lo largo de la historia del hombre.
�Qu� lengua utilizaron por primera vez Ad�n y Eva en sus conversaciones en el Para�so y con el mismo Dios? �Acaso Dios no debi� darles su propio idioma, el lenguaje a partir del cual derivaron todas las dem�s lenguas? �En qu� idioma habl� Dios a Mois�s en el Monte Sina�? �Lo hizo en hebreo? �Habl� Dios a Jes�s en arameo? Estas preguntas, a todas luces ingenuas para nosotros hoy, no lo fueron tanto para muchos Reyes y fil�sofos que a lo largo de la historia se preguntaron y reflexionaron sobre cu�l ser�a, entre las miles de lenguas habladas, el idioma m�s natural del hombre. Es decir, aquel que lejos del aprendizaje del padre, de la madre o del entorno social, Dios dio al hombre en el inicio de su despertar como hombre para comunicarse por primera vez con sus semejantes. Se han descrito muchas experiencias en las que se ha buscado descifrar y dar contestaci�n a este enigma. Unas proceden de la fantas�a. Otras, m�s documentadas, de experimentos realizados con ni�os. Otras, definitivas, las obtenidas m�s recientemente en seres humanos aislados completamente de otros seres humanos en los primeros a�os de su existencia. Se cuenta que tratando de contestar a esta pregunta un fara�n de Egipto, Psammenthicus, y varios reyes entre ellos el Rey Jaime IV de Escocia, aislaron a ni�os reci�n nacidos para comprobar despu�s con qu� idioma se expresaban y descubrir as� el idioma m�s genuinamente humano y por tanto el m�s cercano a Dios. Pero quiz� la historia m�s documentada es aquella del emperador Mogol Akbar Khan, a principios del siglo XVI, que mand� aislar varios ni�os reci�n nacidos al cuidado de personas sordomudas y con la prohibici�n absoluta de que nadie tuviese ning�n contacto verbal con ellos. Cuando los ni�os crecieron los mand� llamar a su presencia. El Emperador, seg�n describi� un jesuita en su Historia General del Imperio Mogol en el a�o 1708, se rode� previamente de gentes conocedoras de todas las lenguas para entre todas poder descifrar el lenguaje de los ni�os. Y fue entonces cuando el emperador descubri� que los ni�os no hablaban nada. Eran mudos. El idioma genuino del hombre, si alguno, era claramente el silencio. Hoy hay recogidas documentalmente historias de ni�os completamente aislados por sus padres o perdidos en la selva cuando no deb�an tener m�s de un a�o de edad. Cuando algunos de estos ni�os fueron encontrados con edades entre 4 y 6 a�os no hablaban absolutamente nada. Se expresaban con contracciones extra�as de los m�sculos de la cara, raras vocalizaciones y gesticulaciones explosivas de los brazos. El caso de Johan recogido por unas monjas en un orfelinato de Burundi es ilustrativo. Se perdi� a lo visto cuando la guerra entre watusi y hudu en los alrededores del lago Tanganika, all� por los principios de los a�os 70 y fue recogido por unos pastores que lo descubrieron viviendo en una colonia de chimpanc�s. El ni�o era mudo y andaba apoyado de brazos y piernas. A pesar de un intenso aprendizaje durante a�os no logr� aprender a hablar. Y es que el lenguaje, el habla, no es algo con lo que se nace. Ciertamente, se nace con la potencialidad de hablar, es decir, se nace con un cerebro que alberga los circuitos neurales para el lenguaje, pero esos circuitos nunca van a funcionar a menos que se registre en ellos el habla de nuestros semejantes. S�lo el aprendizaje logra convertir en hecho aquello que existe en potencia. Se nace con un disco cerebral en el que poder grabar pero que nada contiene si no se graba en �l. En otras palabras, el habla no es patrimonio de un hombre �nico y aislado. El habla es un patrimonio social, es un bien com�n de todos los seres humanos. Bien com�n, adem�s, adquirido a lo largo de varios millones de a�os de evoluci�n del cerebro y no dado por ning�n Dios en ning�n momento determinado. Ya en el hombre de hace dos millones de a�os se ha podido reconocer las trazas de las estructuras cerebrales que posteriormente han dado lugar a los circuitos del habla. Y es posible que tan s�lo sea hace unos 100.000 a�os que la corteza cerebral haya alcanzado los �ltimos pelda�os de esa complicada escalera evolutiva que ha dado lugar al habla. Sin duda que tanto el emperador Mogol como quienes hicieron estos experimentos desgraciados alcanzaron a contestar la pregunta sobre el origen del habla. Y la contestaci�n es que si alg�n idioma Dios dio al hombre en sus or�genes es claramente el idioma de los gestos y el silencio. De lo que se deduce adem�s, que no hay libro alguno que exprese, en ning�n idioma, el verbo directo de Dios. Dios, si existe, es silencio y cualquier libro que hable de ese silencio ha sido filtrado por el cerebro humano. Y esto nos lleva a comprender que la interpretaci�n humana de ese silencio, su desciframiento y su traducci�n en forma de lenguaje, es tan individual como lo es cada cerebro en cada uno de los m�s de seis mil millones de habitantes que pueblan la tierra.
� MORA TERUEL, Francisco 7�07�2005 Revista El Cultural. El Mundo (Versi�n digital)
Permiso expreso del autor para su publicaci�n en Realidad y ficci�n (3 de noviembre de 2005) Foro de Realidad y ficci�n. www.realidadyficcion.org www.filosofiayliteratura/textos/lenguajedios.htm
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