REALIDAD Y FICCIÓN LECTURA, COMENTARIO, CREACIÓN Escríbenos | ||
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T E M A R I O
I. ¿QUÉ ES MEDITACIÓN? Desde el punto de vista budista. Desde el punto de vista cristiano.
II. MÉTODOS DE ORACIÓN Y CONTEMPLACIÓN. Práctica de la Meditación. La Meditación. Una técnica y un contenido cristiano. Cómo hacer Meditación. Algunas técnicas de Meditación. Práctica de iniciación a la Contemplación. La Meditación del Budismo Zen. Silencio y Liberación de la consciencia. El Hara como práctica del camino. Los ejercicios básicos de la quietud. Práctica de aproximación a la oración silenciosa. Ejercicio práctico para estar presente “Aquí y ahora”. Otro ejercicio para reforzar la consciencia de estar presente “Aquí y ahora”. Ejercicio práctico para “profundizar” la propia presencia. Ejercicio para “expansionar la propia presencia. Ejercicio para “vivenciarse en Dios”. Aprender a mirar. Ejercicio 1º. Aprender a mirar. Ejercicio 2º. Aprender a mirar. Ejercicio 3º. Diversos modos de orar. La oración con los medios audiovisuales. Práctica de oración en el periódico. Práctica de la oración multiverbal. Oración de las manos. Oración de los ojos. Oración de todo el cuerpo. Ejercicios prácticos de la presencia de Dios. Práctica de sensibilización a la presencia de Dios. La oración de Jesús (1). La oración de Jesús (2). La “Lectio Divina”. La práctica de la “Lectio Divina”. La oración centrante. Formas básicas y la práctica de la Contemplación. Sadhana. Un camino de oración. Forma de “Zazen”. La oración sin objeto. Método de Madame Güyon (1648-1717). La No-Búsqueda como camino hacia Dios. –Método de Maestro Eckhart (1260-1328). Caminos contemplativos: Juan de la Cruz y el Maestro Eckhart.
III. ASPECTOS PSICOLÓGICOS DEL CAMINO INTERIOR. Atención. El sacramento del momento presente. Estructuras de profundidad y diferentes etapas en el camino interior. Transformación de la consciencia. Como tratar las emociones. La cueva del corazón. ¿Depresión o proceso de transformación?
IV. EFECTOS DE LA MEDITACIÓN.
B I B L I O G R A F Í A
1. ¿QUÉ ES MEDITACIÓN?
(ア) Desde el punto de vista budista. (Kapleau Ph., El zen de la vida y de la muerte. ONIRO. Barcelona 1999, pág. 276-277).
Aunque exiten muchas clases de meditación, la meditación por excelencia es una forma de aprendizaje mental y espiritual que tiene como finalidad serenar y centrar la normalmente distraída mente creando un cierto grado de serenidad física y psíquica, conviertiéndola en un instrumento para conocerse a sí mismo. La meditación puede ser también un método para limpiar la mente de impurezas y agitaciones como, por ejemplo, los deseos lujuriosos, el odio, la hostilidad, la indolencia, la agitación, las preocupaciones y las dudas cínicas. Al limpiar el polvo del espejo de la mente a través de una meditación disciplinada, logramos ver las cosas tal como son, su verdadera naturaleza, sin distorsionarlas con nuestras coloraciones mentales o emocionales. Otro de los frutos de la meditación, aunque de menos importancia, es que fortalece y calma el sistema nervioso, y aprovecha las energías físicas, mentales y psíquicas. Este último efecto es análogo al de una batería que genera energía, una clase especial de energía (denominada poder del samadhi) que se genera y almacena en la parte inferior del estómago del meditador, y hace que éste sea capaz de responder instantáneamente a las situaciones urgentes sin ningún tipo de tensión o de esfuerzo inútil. Gradualmente los vientos de la ira, la codicia y la insensatez se van calmando y el meditador retorna a la quietud del mundo de la nada, el luminoso vacío, nuestro verdadero lugar. Si la meditación se practica correctamente, el practicante desarrolla mayor vitalidad, ecuanimidad y concienciación, y es capaz de responder a las circunstancias de su vida, La meditación es una práctica curativa en la que el corazón se serena y el espíritu se fortalece.
B.- Desde el punto de vista cristiano.-
La meditación profunda.- (Guerra S., Meditación, en NDE, Paulinas. Madrid 1991, 4ª. ed., págs. 1222-1223).
Así se llama muy corrientemente el nuevo tipo de meditación que está suplantando a la meditación discursiva. Definición descriptiva. “La meditación –dice J.B. Lotz- es aquel proceso que penetra todas las capas del hombre hasta el núcleo más interno, y desde él le enriquece, le transforma y le renueva” (J.B. Lotz, Kurze Anleitung zum meditieren. Frankfurt am Main 1973,13. Cita No. 4 del autor).
Frente a la meditación discursiva, la meditación profunda tiene, por lo mismo, las siguientes características:
Es un suceso de totalidad de la persona: participan todos los estratos de la misma profundamente unificados; toman parte el espíritu y el cuerpo (postura, respiración, relajación).
Es un proceso predominantemente pasivo o receptivo (actitud de concha o recipiente): el “meditatente” deja suceder, deja hacer la realidad; la actividad consiste en la guarda de esa actitud receptiva, en dejarse penetrar por la realidad que surge de las capas profundas de las cosas y del meditante mismo; de ahí que el conocimiento o pensamiento que forma parte de esta meditación no es propiamente racional, sino más bien un mirar directo, supra-racional, intuitivo.
Pasa a primer plano el mundo de las imágenes y los símbolos, en los que se hace presente lo incondicionado, lo profundo del ser. Esta meditación tiene como lugar psicológico una capa más honda que la de la razón discursiva: la capa o estrato de la vivencia, de la intuición. En ella las realidades u objetos son percibidos en una dimensión que escapa a la facultad simplemente racional o científica. Ante esta dimensión de los objetos, que escapa al raciocinio, el hombre sólo puede tener una actitud de apertura mediante la tranquilidad, el recogimiento, la admiración, la disminución y, finalmente, el silencio del pensamiento.
Se acorta la distancia entre el meditante y el objeto meditado, porque se da un “encuentro” entre ambos, mientras en la meditación discursiva se da un distanciamiento analítico, una separación entre el sujeto y el objeto a nivel vivencial (aunque se dé un encuentro a nivel congnocitivo-racional).
El suceso de la meditación gira alrededor de una realidad que se simplifica más y más (intuición).
2. MÉTODOS DE ORACIÓN Y MEDITACIÓN.-
1.- PRÁCTICA DE LA MEDITACIÓN.- (Caballero Nicolás, CMF., El salto al centro. –Prácticas de Interiorización-. Vol. 3º. EDICEP, Valencia. 1984, 4ª. ed.)
a) Sentido general de las prácticas.-
+ Objetivo básico de las prácticas. + Legitimidad de un esfuerzo inteligente. + Liberar la conciencia. + Armonía y receptividad. + Los procedimientos. + Sentido y estructura de las prácticas. + Límites de las prácticas.
b) Cómo disponerse para la práctica.-
+ Situar el tema. + Lugar. + Asiento + Postura 1. Postura estable. 2. Sentarse recto. 3. Caída vertical. 4. El vientre. 5. Manos y pies. 6. Los ojos. 7. Actitud general básica.
c) La respiración.-
+ Situación del tema. + Objetivos de la respiración. 1. Dominio de la corporalidad. 2. Descansar. 3. Tranquilizarse. 4. Frenar los pensamientos vagabundos. 5. Crear un ámbito de soledad y libertad. 6. Aprender la actitud contemplativa.
+ Estructura de la persona y respiración. + Estructura del acto respiratorio. + Longitud del aire + La práctica. + Efectos de la respiración. + Evolución de la respiración. + Cómo terminar una sesión de práctica.
d) Respiración y oración.-
+ Respiración y oración. + La lucidez. + Leyes de la meditación. + La práctica. Dos formas de hacerla. 1. La oración de corazón. 2. El “Hong-So”. + Evolución de la frase-respiración.
e) Relajación: puerta de la interioridad.-
+ Situar el tema. + La esencia de la relajación. + Objetivos de la relajación. 1. Descansar. 2. Tranquilizar. 3. Ampliar los límites de la propia conciencia. 4. Abrir caminos para la evangelización de la mente y del cerebro subconsciente.
+ ¿Por qué el cuerpo? + Lo que el cuerpo representa. + Vivencia de la corporalidad. + El esquema corporal. + El por qué de la relajación. + La práctica. + La actitud básica. + Ejercicios básicos. 1. Relajación progresiva. 2. Relajación a través de la respiración. 2.1. Relax global con actitud de abandono. 2.2. Relax global con sensación de “peso”. 3. Relajación mental a través de la imagen. 4. El aislamiento.
+ Anotaciones generales a la práctica de la relajación. + Apéndices (texto íntegro de una prácticas de relajación).
f) Relajación y oración.-
+ Situar el tema. + La actitud meditativa. + Significado de la actitud meditativa. + Caminos hacia la actitud meditativa. + La práctica. + Para favorecer la entrega. + Oscilaciones normales. + Advertencias. 1. El sueño. 2. Las distracciones.
+ Sensación de perder el tiempo.
g) Ritmo y oración.-
+ Situar el tema. + El ritmo. + Características del ritmo. + Ritmo, pensamiento y corporalidad. + Ritmo respiratorio, pensamiento y corporalidad. + Expresiones del ritmo. + Ritmo puro y meditación. 1. Aprendizaje del ritmo puro. 2. Ritmo y oración.
+ Ritmo y repiración. 1. Respiración rítmica. 2. Respiración rítmica y oración.
+ Respiración rítmica con retención y oración.
h) Aprendizaje de la actitud pasiva.-
+ Situar el tema. + Conciencia activa y conciencia pasiva. + Dinámica de la conciencia pasiva. + Conciencia pasiva y dominio de la palabra interior. + Superficie y fondo. + Los nombres. + La práctica. + La observación silenciosa del mundo interior. + Un ejercicio excepcional. + La observación silenciosa del mundo interior. + Observación silenciosa de la propia mente (ejercicio 1º.). + Observación silenciosa de la propia mente (ejercicio 2º.). + Anotaciones para el trabajo. + Efectos de la “conciencia pasiva”. 1. Produce un estado de libertad. 2. El carácter se transforma. 3. Desarrolla la intuición. 4. Surge la actitud meditativa.
+ Algunas objeciones y dificultades. + Referencia al casette práctico (grabación).
i) Dominio y control de la mente profunda.- + Tu problema es tu mente. + Imagen y experiencia. + Autosugestión y condicionamiento permanente. + Descenso a la profundidad. 1. Qué entendemos por profundidad. 1.1. Estructura general de la mente y del cerebro. 1. Significación del sistema límbico. 2. Significación del hipotálamo y relación con el sistema autónomo. 3. Relación dinámica de los niveles cerebrales y mentales.
2. Qué significa descender a la profundidad. 3. Niveles de electicidad cerebral y profundidad. 3.1. El hecho. 3.2. Significación. 3.3. Comprensión dinámica del nivel “alfa”.
+ Condiciones para el descenso a la profundidad. + Procedimientos para descender a la profundidad. + La respiración y el descenso a la profundidad. + La relajación y los niveles “alfa”. 1. La relajación directa. 2. La relajación indirecta. 3. La relajación y el estado de vigilia.
+ Cómo construir un programa para el subconciente. 1. Qué es un programa. 2. Cómo se construye un programa.
+ Cómo condicionar la mente profunda. 1.Mediante la “palabra”. 2. Mediante la “imagen visual”.
+ Preparación de la pantalla mental. + Utilización de la pantalla mental. + Aplicaciones de la visualización. 1. Imagen y meditación. 2. Imagen y carácter. 3. Imagen mental y curación.
+ Procedimientos. + Cinta casette (grabación).
j) Apéndice descriptivo.-
+ Presentación. 1. Las cintas están sistematizadas. 2. Ejercicios seleccionados. 3. El objetivo. 4. Utilización del material. 5. Advetencias fundamentales. 6. Material de las grabaciones prácticas. 7. Descripción de los niveles.
2.- LA MEDITACIÓN.- Una técnica y un contenido cristiano-. (Caballero Nicolás, CMF., La meditación. –Una técnica y un contenido cristiano-. En: El camino de la libertad. Vol. III., Col. C.P. 79-80. EDICEP, Valencia 1980, 6ª. ed.).
a) Una revolución definitiva: la transformación espiritual de la mente. + Niveles de cambio. + Tu problema es tu mente. + Meditar no puede ser sólo una moda. + Si estás resuelto.
b) Naturaleza de la meditación. + La meditación nos lleva a la vida de todo. + Meditar es profundizar la propia mente. + Clases de meditación. + ¿Quién puede meditar? y ¿cuándo se medita?
c) Objetivo de la meditación. + ¿Para qué meditar? + Meditar para cambiar de actitud.
d) Preparación para la meditación. + Lo que muchos no saben. + Preparación externa. a) Postura. b) Hora para meditar. c) Lugar para la meditación.
+ Preparación Interna. 1. Preparación del nivel físico. a) La respiración. b) La relajación. 2. Preparación del nivel afectivo. 3. Preparación del nivel mental.
e) Método de la meditación. + Cambie de método de meditar. + Concéntrese en un objeto. + Aprenda a “mirar” y a silenciarse.
a) El objeto de la meditación. + ¿En qué medito? + Cómo meditar en un objeto. + Cómo meditar en una frase. + Maneras de meditar repitiendo una frase. + Cómo meditar en una cualidad. + Un final feliz de la meditación: el silencio.
b) Efectos de la meditación. + Una reconstrucción total. + Fuerza de la mente y dirección en que se ejerce. + Niveles de profundidad de estas modificaciones. + Integración mental. + La meditación y el sistema nervioso. + Con la meditación cambia la fisonomía del cuerpo. + Con la meditación cambia la afectividad. + La mente va creando significados nuevos y más estables. + Se produce una manera más profunda de estar. a) Estar más allá del tiempo y del espacio. b) Estar en silencio.
+ La meditación mejora la convivencia. + Una religiosidad más limpia y un Dios más cercano.
h) ¿Cómo se puede notar si se hace bien la meditación? + La aventura de los que meditan. + Niveles de profundidad en la misma meditación. + Etapas en el cambio de carácter a través de la meditación. a) Etapa de impacto inicial. b) Etapa del cambio en profundidad. (ア) Existe un período de asimilación. (イ) Existe una ansiedad propia del crecimiento. c) Etapa de mayor integración y estabilidad mental. + Señales de progreso en la segunda etapa. + Señales de progreso en la tercera etapa.
a) ¿Por qué algunos no progresan en la meditación? + No buscan la limpieza Interior. + No meditan con regularidad. + Les falta decisión. + Algunas actitudes equivocadas en la meditación.
3.- CÓMO HACER MEDITACIÓN.- (Merton Thomas, OCSO, Dirección y Contemplación, Madrid 1986, pp. 79-102)
a) Recogimiento. b) El sentido de la indigencia. c) El ambiente apropiado de la oración. d) Sinceridad. e) Concentración y unidad. f) El tema de la meditación. g) Fundamentos.
4.- ALGUNAS TÉCNICAS DE MEDITACIÓN.-
a) Práctica de iniciación a la contemplación. (Vega Manuel, Contemplación y Psicología. NARCEA Madrid 1989, pp. 107-113).
- Finalidad. - Base. - Tema. - Objetivo. - Moderador. - Obstáculos a evitar. - Normas Generales. - Manera de realizar las vivencias de contemplación (8 pasos).
b) La meditación del budismo Zen. (Kapleau Ph., El Zen de la vida, op.cit., págs. 277-281).
+ Meditar con el cuerpo inmóvil o en movimiento.
Hablando en términos generales, meditar significa mucho más que simplemente permanecer sentado (la forma más conocida de meditar) en una postura estable e inmóvil intentando concentrar la mente. Meditar es realizar cada acto con plena atención y clara consciencia. “Meditar es ser consciente de lo que está sucediendo en nuestro cuerpo, en nuestras sensaciones, en nuestra mente y en el mundo” (Thich Nhat Hanh). La práctica de meditar sentado y la práctica de meditar con el cuerpo en movimiento se complementan mutuamente. Si te “sientas” cada día durante un determinado período de tiempo, se desarrolla un tipo especial de energía. Esta energía te permite realizar las actividades diarias de forma consciente –ya sea trabajando con una computadora, asistiendo a reuniones, construyendo una pared de ladrillos, cocinando la comida, jugando con tus hijos o lo que fuere- te resultará más fácil vaciar y concentrar tu mente cuando te sientes a meditar. Cualquier persona puede meditar, no se requiere un talento especial. La meditación, al estar libre de contenido filosófico o religioso, puede ser practicada por cualquier persona y por todos. Cuando estés preparado para meditar, elige un lugar retirado, como la privacidad de tu habitación, el sótano, un rincón del patio trasero o cualquier lugar parecido que esté aislado. Ya que los sonidos más molestos son los de la voz humana , deben evitarse, si ello es posible. En cambio, los sonidos naturales, como el canto del pájaro, el chirrido de un grillo, el maullido de un gato o el ladrido de un perro, por lo general no perturban al meditador. El repiquetear de la lluvia o el constante flujo de un manantial o de una cascada son especialmente apropiados; todos estos sonidos ejercen un efecto calmante en la mente del meditador. Al meditar, siéntate frente a la pared, cortina o mampara sin dibujos. Los ojos descansarán más si son de color beige, marrón o crema, y es aconsejable mantenerlos entreabiertos. Lo más indicado es que las rodillas estén a cuatro o cinco palmos de distancia de la pared. Si te sientas demasiado cerca, tus ojos puedenm fatigarse.
+ La Postura.
Para una persona normal y sana lo idóneo es sentarse en una postura estable sobre una esterilla o en una silla, Si mantienes el cuerpo inmóvil en una posición estable, no tendrás que lidiar con tantos pensamientos fortuitos como sucedería si estuvieses moviéndote constantemente, ya que esta clase de pensamientos aumentan con el movimiento. Si has elegido sentarte sobre una esterilla, empieza adoptando una postura confortable sentándote sobreun almohadón firme, preferentemente en una de las diversas posturas que existen con las piernas cruzadas (Kekka –flor de loto-, Hanka –media flor de loto-). Es aconsejable llevar ropa holgada y confortable, ya que de ese modo no se entorpece la circulación. Para que tu cuerpo tenga estabilidad, las dos rodillas deben estar en contacto con la esterilla o la alfombra. De no ser así, tu cuerpo permanecerá tenso, y para aliviar la sensación de incomodidad te moverás constantemente. Para evitar que los pensamientos fortuitos proliferen –el mayor obstáculo para la concentración- debes mantener la espalda erguida y la cabeza recta, sin inclinarla hacia adelante. Sentarse en una silla con un respaldo recto puede ser también un buen modo de meditar. Inserta un pequeño almohadón debajo de tus nalgas para que te ayude a mantener la espalda erguida y los pies en contacto con el suelo. Una silla especial escandinava puede también ser muy útil. Aunque estés postrado en cama, puedes beneficiarte de la meditación si sigues las siguientes indicaciones:
+ La Respiración.
En lugar de respirar con el pecho, es mejor hacerlo de forma natural con la parte inferior del estómago, dirigiendo la atención hacia un punto situado cuatro dedos por debajo del ombligo. La ventaja de hacerlo es que tiende a centrar el cuerpo y la mente en esa zona en particular, evita que la cabeza y los hombros se tenses, reduce la cantidad de pensamientos fortuitos y calma el sistema nervioso. No se debe “presionar el aire hacia abajo” o manipular la respiración de ningún modo; sólo se aconseja, al iniciar cada sesión, inspirar una odos veces profundamente, y exhalar el aire lentamente después de cada inspiración, para armonizar la respiración y la mente. Mientras lo hagas, imagina que estás exhalando todas las tensiones y los pensamientos negativos. A continuación respira con tu propio ritmo natural.
+ Los ojos y las manos.
Mantén los ojos abiertos y sin enfocar. (“Sin enfocar” significa que no intentes percibir lo que hay enfrente de ti.) Cerrarlos totalmente estimula el adormecimiento o la aparición de un tipo u otro de visiones. La postura más indicada de las manos es colocarlas sobre el regazo, con las palmas hacia arriba, cerca del abdómen, la mano izquierda sobre la palma derecha, con los pulgares tocándose ligeramente, manteniendo los codos cerca del cuerpo aunque relajados. La ventaja de esta postura es que produce el máximo descanso.
+ Cuánto tiempo se debe meditar.
En cada sesión, ¿cuánto tiempo debes meditar sentado? Depende del tiempo del que dispongas y del grado de madurez de tu práctica. Al meditar por primera vez es aconsejable hacerlo durante poco tiempo –digamos diez o quince minutos cada día-, y a medida que el cuerpo y la mente se acostumbren a la rutina de la meditación en reposo, puede irse aumentando gradualmente su duración. Es preferible meditar poco tiempo pero de forma regular, que hacerlo esporádicamente durante largos períodos de tiempo.
+ Cúando sentarse a meditar.
¿Cuál es el mejor momento para sentarse a meditar? Aunque se recomienda hacerlo a primeras horas de la mañana –cuando todo está silencioso, hay pocos coches en la calle, el teléfono no suena, estás descansado y todavía no has desayunado-, puedes hacerlo en cualquier momento.
+ Cómo concentrar la mente.
Aunque hay muchos métodos para concentrar la mente, el más corriente y sencillo es contar la inhalaciones y las exhalaciones. Al inhalar, piensa “uno”, y al exhalar “dos”, y continúa hasta llegar a diez. Después vuelve a empezar de nuevo y cuenta hasta diez. Siempre que pierdas la cuenta o hagas más de diez, vuelve a contar desde el principio. No es necesario visualizar los números, sólo es preciso concentrarse totalmente en ellos. Evita contar en forma mecánica. Otro método consiste en ser consciente del ritmo de tu respiración, es decir, volverte una unidad con tus inspiraciones y exhalaciones. El valor de estos ejercicios estriba en que la mente se serena y la actividad del intelecto desaparece. Las oleadas de pensamientos se apaciguan y la mente alcanza gradualmente la concentración. Ten en cuenta que los pensamientos pasajeros que aparecen y desaparecen de la mente no son un obstáculo. No intentes rechazarlos; simplemente, concéntrate en contar, o en los ritmos de la respiración.
5.- SILENCIO Y LIBERACIÓN DE LA CONCIENCIA.- (Caballero Nicolás, CMF., Silence and the liberation of consciousness. Claretian Publications. Quezon City, Philippines. 1985, pages 5-190).
a) El ruido y las personas ruidosas. b) Cómo destruir el ruido y reconstruir la persona. c) Silencio es la solución. d) Requisitos para el sielncio: conciencia y atención voluntaria. e) Enviromental and corporal silence. f) Silencio afectivo. g) Silencio mental.
6.- El HARA como práctica en el camino.- (Graf Dürckheim Karlfried, Hara. –Centro vital del hombre-. Mensajero. Bilbao 1986, pp. 97-190.)
a) El simbolismo del cuerpo. b) Hara: experiencia vivida, toma de conciencia, y ejercicio. c) Sentido y condiciones previas a todo ejercicio. (ア) Enraizamiento, vinculación a la tierra. (イ) Sentido y límites del ejercicio. (ウ) Condiciones de base de toda práctica. (エ) Elementos fundamentales del ejercicio: postura, respiración, tensión.
d) El ejercicio a la actitud (o postura) justa. El arte de estar asentado gracias al Hara. e) Contracción – Distensión – Tensión. f) El ejercicio de la respiración.
7.- LOS EJERCICIOS BÁSICOS DE LA QUIETUD.- (Graf Dürckheim Karlfried, Japón y la cultura de la quietud. Col. Hombre y Misterio. Mensajero. Bilbao 1985, pp. 35-47).
a) El ejercicio de la inmutabilidad del cuerpo. b) El ejercicio de respiración. c) El ejercicio del centro.
8.- PRÁCTICA DE APROXIMACIÓN A LA ORACIÓN SILENCIOSA.- (Caballero N., La oración: sus bases humanas y sus técnicas. En “El Camino a la Libertad”, Vol. IV, Col. C.P. 92-93, EDICEP, Valencia 1987, 6a. ed., pp. 337-339).
Naturalmente que la práctica que voy a exponer representa sólo una lejana idea de lo que en realidad ocurre. Pero sentirla, siquiera de forma fotográfica, como en pintura, da una cierta disposición para comprender qué es lo que intento decir y discernirlo mejor cuando ocurre.
I. San Juan de la Cruz define la contemplación como una “noticia general, confusa y amorosa”.
Las señales que he citado anteriormente son señales de que se apunta ya la contemplación, esa noticia general, confusa y amorosa, “General” en cuanto que no me relaciono con algo “concreto”, con contornos definidos; “confusa”, en el sentido de que no es clara como un paisaje, como un sonido, como algo que toco, ni algo que pienso o siento.
En esta práctica quiero reproducir “aproximadamente sólo” ese estado de
a) conocimiento general: no particular.
b) confuso: no claro.
II. Siéntese cómodamente. Elija un lugar tranquilo, sin ruidos o con lo menos posible.
III. Si utiliza la técnica de relajación muchísimo mejor. Lo aconsejo. Entonces una vez sentado, relájese lo más que pueda.
IV. Ponerse en la presencia de Dios. Tome conciencia lo más vivamente que pueda de que El está aquí y ahora con usted, en usted.
V. Observará que le está dando una cierta presencia en sus pensamientos, en su imaginación, en su recuerdo, etc.
VI. Ahora trate de mantener esa “conciencia de presencia”, pero
c) no diga nada ni externa ni internamente. No lo piense, pero no deje de darse cuenta de que está Dios presente.
d) No lo imagine tampoco. Trate de quitarle todo lo corporal.
e) No lo sitúe, no lo localice, ni delante, ni detrás, ni arriba ni abajo. Pero siga manteniendo la conciencia de su presencia.
h) Al llegar aquí observará que no queda más que un aparente “despojo”. Más bien parece que no queda “casi nada”. No obstante procure mantener esta conciencia de la presencia de Dios así de limpia todo el tiempo que pueda. Deje que ella le invada y le penetre.
Lo que queda es eso “aproximado a la noticia general, confusa”, que está en la base de la contemplación. Digo, y esto quiero que quede bien presente, que se trata sólo de un ejemplo que no debe confundirse con la realidad.
En este momento, cuanto ocurre, no como ejemplo, sino como resultado del desarrollo normal de la oración, tiene aplicación el consejo de San Juan de la Cruz:
“... dejen estar al alma en sosiego y quietud, aunque les parezca claro que no hacen nada y que pierden el tiempo, y aunque les parezca que por su flojedad no tienen gana de pensar allí nada, que harto harán en tener paciencia y en perseverar en la oración sin hacer ellos nada; sólo lo que allí han de hacer es dejar al alma libre y desembarazada y descansada de todas las noticias y pensamientos, no teniendo cuidado allí de qué pensarán ni meditarán, contentándose sólo con una advertencia amorosa y sosegada, y estar sin cuidado, sin eficacia y sin gana de gustarlo o de sentirlo. Porque todas estas pretensiones inquietan y distraen al alma de la sosegada quietud y ocio suave de contemplación que aquí se da” (San Juan de la Cruz, Noche Oscura I, c. 10, núm. 4.)
9.- Ejercicio práctico para estar presente “AQUÍ Y AHORA”.- (Caballero Nicolás, La oración, op. cit., pp. 128-129)
a) Ejercicio denominado “dejar de lado...”
b) Objetivo del ejercicio: Establecer el estado de calma: Llevar a la persona a un estado sin conflicto. El tibetano lo denomina ji nes, que quiere decir: “permanecer en calma”.
c) Valor del ejercicio: El mismo San Juan de la Cruz, por tanto desde otra vertiente bien distinta a la tibetana, advierte la gran importancia que para la oración tiene este “mantenerse en calma”. Todo, pues, lo que tienda a establecer a la persona en la serenidad, en la calma, en la paz, es un valor de oración.
d) Escenario exterior: un lugar tranquilo, donde pueda realizarse el ejercicio con la menor distracción ambiental.
e) Actitud interior: la de “dejar ir...” la de “dejar estar”; no aferrarse a nada, como quien suelta todo...
f) Ejercicio: consiste en decirse despacio mentalmente las siguientes o parecidas palabras, mientras uno se mantiene sentado en una postura cómoda.:
“Yo dejo aparte, yo depongo todos los cuidados y las preocupaciones por el porvenir, los proyectos de orden espiritual o material: los deseos de éxito, los temores de fracaso sobre cualquier cosa de que se trate. Me desentiendo de todas las seguridades y de todas las inquietudes relacionadas con lo que yo seré o me ocurrirá en el futuro. Yo dejo, yo aparto, yo depongo todos los recuerdos agradables o penosos referentes a lo que he hecho o querido hacer en el pasado, a todos los episodios de mi vida pasada. Yo dejo aparte todo lo que me preocupa ahora mismo, todo lo que se relaciona con mi actividad presente, y también lo que me pude corresponder en la actividad de otros. Dejo mis ambiciones, mis temores, dejo todo aquello hacia lo que se dirige mi interés” (A. David-Neel, La connaisance trascendante, París, Adyar, 1958, pp. 66-67).
Naturalmente que uno puede reducir el ejercicio de repetición mental a otras palabras y a menos palabras, auque la repetición y la insistencia en “yo dejo...” tiene un valor, puesto que mejor se va adecuando la actitud a las palabras.
A medida que esto se asimila, la persona se queda tranquila, más serena “aquí y ahora”.
10.- Otro ejercicio para reforzar la conciencia de estar presente “AQUÍ Y AHORA”.- (Caballero N., La oración., op. cit., pp. 129-130)
a) Ejercicio de respiración.
b) Objetivo del ejercicio: aprender a “estar”.
Siempre estamos “haciendo algo”, pensando, sientiendo, planeando, moviéndonos. Y hemos llegado a confundir “la vida” con sus expresiones.
Ahora se trata de conectar, en cuanto se pueda, con la misma vida que soy, antes de expresarse en “actividad”. Por eso intento con este ejercicio realizar una “aproximación”, que la práctica irá acentuando, a un
-estar aquí y ahora
-sin calificativos, de si soy alto, bajo, o listo o tonto, o querido u odiado. Se trata de llegar a estar, consciente de que “existo”:
-sin historia (sin pasado). -sin proyectos (sin futuro).
c) Ejercicio: después de adoptar la postura correcta: sentado cómodamente, con la cabeza, tronco y cuello en línea recta, aunque sin rigidez, “inspirar y espirar” lentamente, con profundidad, pero sin esfuerzo penoso.
Mientras tanto concéntrese
-en la conciciencia de que “estoy existiendo”. No debe decirlo interiormente, sino sólo tomar conciencia de ello, sin verbalizarlo. Y mantenga esta conciencia 10 ó 15 minutos.
-Puede también concentrarse en la misma respiración. Escúchese a sí mismo respirar, que es como escucharse existir.
Todos los ejercicios que tienden a “hacer presente a la persona”, producen calma, serenidad, porque suprimen los conflictos propios de los recuerdos y de los deseos.
11.- Ejercicio práctico para “PROFUNDIZAR” la propia presencia.- (Caballero N., La oración., op. cit., pp. 130-134).
Antes de realizar este ejercicio práctico recomiendo la lectura y comprensión de su fundamento dinámico.
a) La base del ejercicio es “la respiración”.
b) Objetivo: profundizar ese silencio que existe entre la inspiración y la espiración: Ese centro silencioso no es un vacío, tras la apariencia de “nada” se esconde un “plenitud”. Hay que irlo agrandando y penetrando.
Todo el acto de respirar es un presente, pero detrás se esconde otro “nivel de presencia más profundo”. En ese nivel hay que ir situando la experiencia del yo profundo de la persona y “otra forma” de presencia de Dios.
c) Ejercicio: situarse en una postura cómoda, mejor como se indica en la preparación para la meditación.
d) Fases del ejercicio:
-Una vez situado en la postura correcta, comenzar a inspirar lentamente. Al llegar al final de la inspiración, detenerse y mantenerse unos momentos en ese vacío que se produce cuando no se inspira ni se espira.
Este es el momento fundamental del ejercicio.
-Los ojos abiertos, aunque fijos en un punto cercano del suelo o de la pared, la conciencia ha de dirigirse a ese vacío que se crea y tratar de “mirar adentro”.
Quiero aclarar esto más. Cuando digo dirigir los ojos a un punto exterior hay que tener presente que siempre que dirijo los ojos a algo hay una doble implicación: los ojos que se dirigen hacia el objeto y la conciencia que tengo del objeto. Ambas cosas son esenciales para ver.
Pero puede ocurrir que tenga los ojos fijos en algo y sin embargo que no vea, porque la conciencia, la atención está en otra dirección.
Esta especie de desdoblamiento es lo que ahora se requiere. Por una parte los ojos fijos en un punto externo, pero por otra la conciencia, la atención vuelta hacia ese vacío tratando de “mirar dentro”.
Este mirar ha de realizarse como quien está delante de una gruta oscura y, colocado delante de la boca de entrada, mira con atención hacia adentro, tratando de penetrar en la oscuridad. No se ve nada, pero sigue mirando que algo se manifieste. La mirada ha de ser persistente, penetrante, interesada.
En esta mirada se está gestando el nacimiento de la intuición.
e) Detrás de ese silencio, o si se quiere, “en ese silencio” se encuentra esa otra persona más profunda y más definitiva que soy yo. Y de ese silencio emergerá también otra experiencia de Dios.
f) Poco a poco ese silencio, que aparecía como un intervalo entre la inspiración y la aspiración, se irá agrandando.
Aquí el silencio y no es un intervalo sino que es un telón de fondo en el que todo ocurre. Esa profundidad silenciosa se va revelando como lo que es: la plataforma sobre la que se asienta toda forma de vida y de expresión de la misma. En definitiva esas dos realidades esenciales: Dios y Yo, más allá de los condicionamientos.
Puede observarse que existe una gran similitud de este ejercicio y el Zen. El vacío, el silencio va llenándolo todo. Ese momento entre dos respiraciones va siendo una atmósfera que se irá prolongando. Y de esa atmósfera saldrá, cuando sea, lo que llaman la “iluminación”.
El creyente tiene mayores garantías para su trabajo porque siempre trabaja sobre unas bases doctrinales que le aseguran la dirección y que le dan la confianza de que no cuenta solamente con sus propias fuerzas y recursos sino, sobre todo, con los de Dios. Siempre es consciente de que su trabajo, por profundo que sea, es sólo una “disposición”.
g) Cuando el ejercicio se hace con los ojos cerrados, únicamente se ha suprimido el objeto exterior, el objeto del sentido. Lo demás sigue igual. Puede tener una cierta desventaja para algunas personas, y es que algunos, al cerrar los ojos tienen más distracciones que con los ojos abiertos.
h) Puede dedicarse este ejercicio de 10 a 15 minutos diarios. Gradualmente se podrá ir aumentando a medida que se vayan observando mejores condiciones para hacerlo.
12.- Ejercicio para “EXPANSIONAR LA PROPIA PRESENCIA”.- (Caballero N., La oración., op. cit., pp. 134-137).
Nadie debe hacer esta práctica si no ha comprendido previamente las bases teóricas en que se apoya. Puede parecer a primera vista un ejercicio “raro”, pero además de que está justificado teóricamente, doctrinalmente, produce resultados útiles y beneficiosos en quien practica.
a) Objetivo del ejercicio: tiene por finalidad llevar la propia conciencia más allá de los límites en los que normalmente se manifiesta. Ordinariamente solamente tengo conciencia de mi propia realidad a través de los sectores en los que se manifiesta: el cuerpo, la afectividad, la mente.
b) Base dinámica del ejercicio: podemos partir de un ejemplo actual: las ondas de radios o de trelevisión.
-las ondas están en el aire, llenándolo todo.
-no obstante no se manifiestan más que allí donde existe un receptor autorizado. -¿qué ocurriría si las ondas fueran conscientes de sí mismas? Pero que sólo lo fueran en la medidad en que se convierten en música o en palabra o en imagen visual en los aparatos...
-al cerrar los aparatos esas ondas dejarían de ser conscientes de sí mismas.
-Pero ¿qué ocurriría si, después de cerrar los aparatos esas ondas fueran conscientes de sí mismas? En este caso tendría: una conciencia “directa” de sí mismas, y además tendrían una conciencia “no limitada a un lugar ni a un momento”. Recobrarían de repente una conciencia en toda su amplitud, se verían en todas las partes, invadiéndolo todo, llenándolo todo.
Esto, naturalmente, es un ejemplo, aunque expresivo de lo que le ocurre a la persona humana.
-La conciencia, el alma, el Yo profundo, el espíritu, o como se le quiera llamar “se manifiesta” en el cuerpo, en la afectividad o en la mente. Pero no es consciente directamente de sí mismo.
-A medida que estos sectores de manifestación se perfeccionan, se profundizan, se silencian, la conciencia va apareciendo cada vez menos limitada, más expansiva, más inmediata.
-Si logramos descondicionarla totalmente de esos “receptores”, la conciencia, el Yo profundo, el alma, aparece, como todo lo “espiritual”, en toda su amplitud expansiva. Y de esto se trata: de recuperar mi conciencia en toda su amplitu, más allá de los límites en los que ordinariamente se manifiesta.
-Entonces se advertirá, será una experiencia, que mi alma, mi concienci, mi Yo profundo “no tiene lugar”; está, podemos decir, “en todas partes”.
Esta representa una presencia, aunque parezca exageración, “universal”.
Puedo decir con verdad que “yo estoy en todo lugar”: Dios ha hecho mi “espíritu” amplio como el universo. Y ese espíritu busca recuperar su estado más normal. Esto viene a significar buscar las bases “extra-temporales” y “estra-espaciales” que poseemos.
c) Ejercicio: ahora dispóngase a realizar un ejercicio, un intento por llevar la conciencia más allá de los límites en los que normalmente se manifiesta.
(ア) Adopte una postura cómoda.
(イ) Relaje todo su cuerpo.
(ウ) Concéntrese lo más que pueda en “la vivencia” de que se encuentra presente en todas partes. No lo diga con palabras, sino trate de “vivirlo” sin decirlo ni exterior ni interiormente.
(エ) Mantenga esa conciencia, esa vivencia, esa impresión todo el tiempo que le resulte cómodo. De momento no trate de sentirse presente en nada en concreto, sino simplemente en general: vivirse en todo, vivenciarse presente en el universo entero. No es ninguna ficción, de hecho es así.
(オ) Después intentar realizar un gesto de apertura a todo. Abrirse a todo cuanto existe. Que todo quepa dentro de uno.
(カ) Cuando esa presencia, esa vivencia sea fuerte, lo suficiente, se podrá actuar en cualquier lugar, utilizar cualquier cosa.
(キ) Para terminar el ejercicio se hace lentamente, como se indica para la meditación. Y volver a la vida normal.
13.- Ejercicio para “VIVENCIARSE EN DIOS”.- (Caballero N., La oración., op. cit., pp. 137-138).
Es en el fondo el mismo ejercicio anterior. Después de sentirse, de vivenciarse en todo, tratar de tomar conciencia, de dirigir esa conciencia “expansiva”, amplia, sin límites de lugar, a Dios. Y dejarla reposar en El. Sentirse en Dios, según aquello de que “en Dios vivimos, nos movemos y existimos” (Hch. 17,28).
Después se puede llevar esa conciencia a la vivencia de estamos y vivimos en Cristo Jesús:
(ク) sentirse existir en El (Col. 1,17).
(ケ) tratar de mantener esta conciencia elo mayor tiempo posible. Darse cuenta de que tenemos otra forma de existencia más allá de los meros condicionamientos que nos imponen el cuerpo, la afectividad, la mente concreta y todas las circunstancias ambientales de nuestra vida, en este mundo cotidiano.
Después, de la misma forma que en el ejercicio anterior, terminar suavemente.
Este ejercicio se pude repetir varias veces durante el día, con una duración inicial de 10 a 15 minutos, e irlo prolongando, porque él constituye una verdadera oración, o al menos dispone maravillosamente a la misma.
14.- APRENDER A MIRAR.- Ejercicio 1.- (Caballero N., La oración, op. cit., pp. 257-258).
Como al principio es difícil tomar conciencia directa de Dios, vamos a tratar de abrirnos a El haciéndolo presente en una plabra, en una frase.
En este caso se trata de abrirnos a esa palabra, o a esa frase y dejar que nos penetre hasta el fondo; dejar que ella vaya ganando y condicionando nivels más profundos de uno mismo.
No es que yo interponga una palabra o una frase entre Dios y entre mí; es que en este caso concreto la palabra, la frase es el objeto al que me abro. Poco a poco la frase dejará su contenido y desaparecerá. Reconozco ciertamente que representa todavía una cierta presencia indirecta de Dios, pero buena para comenzar. a) Ahora siéntase cómodamente. b) Relájese y tranquilícese lo más que pueda. c) Tome conciencia de que Dios está presente “aquí y ahora”. d) Abrase a su presencia, repitiendo lentamente, lo más conscientemente que pueda cualquier frase, la que más agrade, que indique una apertura, una acogida, una entrega a su voluntad. Por ejemplo:
(コ) “Sí, Padre” (サ) “Hágase tu voluntad” (シ) “Señor, aquí estoy para hacer tu voluntad”, etc...
d) Dejar que la frase penetre, invada la persona. Dejarla que resuene dentro de uno mismo y abrirse a esta presencia, “no clara” de momento, de Dios.
15.- APRENDER A MIRAR.- Ejercicio 2º.-
a) Siéntase cómodamente.
b) Relájese y tranquilícese.
c) Colocado frente a un Cristo o una imagen religiosa, abra los ojos después de haberse relajado y tranquilizado y trate de “observar atentamente, relajadamente, sin hablar interiormente” el Cristo o la imgen religiosa.
Deje que ella vaya penetrando y penetrando en usted. Todo lo que tiene que hacer es abrirse a ese símbolo, hasta que le suelte la realidad que mantiene atrapada. O mejor hasta que la realidad misma se vaya haciendo presente.
Lo que en el fondo está ocurriendo es una “vivencia”. Y toda vivencia es un factor de cambio y de evolución interior.
16.- APRENDER A MIRAR.- Ejercicio 3º.-
a) Siéntase cómodamente. b) Relájese y tranquilícese.
c) Tome conciencia, observe silenciosamente, en la medida en que le sea posible, que Dios le está llenando por completo.
(ア) sienta que se encuentra sumergido en Dios.
(イ) déjese abandonado a esta presencia. Deje que ella le invada del todo. No la resista.
(ウ) No hace falta que diga nada, que pronuncie ninguna palabra, Puede, no obstante hacerlo, si tiene gana de ello, pero evitando que ella distraiga, o que espante la mayor conciencia directa de la presencia de Dios.
Los ejercicios que podrían planearse serían indefinidos. Cada cual debera hacerlos. Deberá salvar lo esencial a todo ejercicio, lo esencial a la oración, desde la vertiente humana:
(エ) conciencia de la presencia de Dios.
(オ) apertura a la misma.
No hay que alarmarse si las cosas no salen bien desde el principio, como uno desearía. Siempre que se trabaja con sinceridad algo bueno ocurre.
Por otra parte los grados de limpieza y de silencio son indefinidos, de manera que no se puede decir que uno “tenga o no tenga silencio”, “esté limpio o no está limpio”. Más bien habría que matizar: “se está más o menos limpio”, “más o menos silencioso”. De lo contrario la oración se convertiría en una práctica casi imposible. Siempre que hay alguna limpieza, algún silencio, hay igualmente alguna apertura y receptividad, y si se orientan a Dios, en esa misma medida hay oración y transformación.
17.- DIVERSOS MODOS DE ORAR.- (Borras P., “Papeles” en www.fespinal.com/espinal Col. Cuadernos Cristianismo i Justicia).
(ア) Punto de partida: a) Desde el contexto cultural. b) Desde nuestro ritmo y estilo de vida. c) Desde nuestra imagen de Dios. d) Desde una vida cristiana “a mínimos”. e) Falta de métodos para orar. f) ¿La oración de petición?
(イ) ¿Qué actitudes debemos cultivar para poder orar? ① Aceptar la vida. ② Reconocer la presencia. ③ Ir tomando decisiones. ④ Vivir desde la comunidad cristiana. ⑤ Vivir desde una vida unificada. ⑥ Orar es mirar y escuchar.
(ウ) Diversos modos de orar. ① Ofrecer el día. ② Mirar a la realidad durante el día. ③ Mirada al cielo. ④ Presencia de símbolos. ⑤ Oración sobre la vida. ⑥ Oraciones hechas. ⑦ Situarse delante de Dios. ⑧ Lecturas. ⑨ Música. ⑩ Escribir. ⑪ Lectura meditada de los textos de la liturgia. ⑫ Orar antes y después de los acontecimientos.
18.- LA ORACIÓN, CON LOS MEDIOS AUDIOVISUALES.- (Checa R., Orar es Amar. –Contemplación para todos-. CEVHAC-Progreso. México, D.F., 1985, pp. 141-145).
1. La oración por la imagen. 2. La oración por el sonido. 3. La oración por la imagen y el sonido.
PRÁCTICA DE LA ORACIÓN CON MEDIOS AUDIOVISUALES.-
ORAR ante un icono con fondo musical.
(カ) Se coloca un icono o copia de icono auténtico frente al grupo, de ser posible suficientemente iluminado, mientras la sala queda a oscuras o con una luz tenue. Flores y alguna vela encendida.
(キ) Se toma una posición cómoda; se comienza la distensión y rítmicamente.
(ク) Respirar profunda y rítmicamente.
(ケ) Fijar la vista en el icono suavemente, mirarlo con devoción.
(コ) Mientras, el que dirige explica el simbolismo y el significado del icono.
(サ) Al terminar y al principio, se inicia el fondo musical: música sueve, propia para recogerse, quizá de carácter religioso, una melodía gregoriana o música especial para orar.
(シ) Se deja un tiempo suficiente, mínimo de 30 minutos en silencio y oración.
(ス) Se termina como toda oración con un canto o plegaria común; viene luego un intercambio entre quienes oraron para enriquecimiento mutuo.
Este método, puede aplicarse también a una sonorama, a un filme corto, a un videotape. Los efectos se dejarán sentir en poco tiempo. Junto a una decisión de una vida cristiana cada vez mejor, posiblemente el deseo y la inquietud sería de una oración profunda y solitaria.
19.- PRÁCTICA DE ORACIÓN EN EL PERIÓDICO.- (Checa R., Orar es Amar, op.cit., pp. 152-153).
1er. CASO: Forma Voluntaria.
PRIMERA PARTE
(セ) Tomar un periódico serio y hojearlo pausadamente, examinando cada una de las secciones.
(ソ) Ir señalando las noticias, editoriales, reportajes o informaciones de todo tipo que más impresionen.
(タ) Seleccionar entre todas ellas, una o dos que me parezcan más adecuadas para hacerlas objeto de meditación.
SEGUNDA PARTE
(チ) Colocarme en posición cómoda y procurar la distensión, la relajación, respirando rítmicamente.
① Es menester, sin embargo, procurar una desposición respiratoria para una adecuada oxigenación de la sangre. Y por otro lado, la libre circulación del torrente sanguíneo, que bañe especialmente el cerebro, a fin de mejorar la actuación de las facultades mentales. ② Posteriormente ha de procurarse la relajación de las tensiones físicas. Estas se acumulan frecuentemente en los músculos del cuerpo, más especialmente en las articulaciones y en la nuca. Un buen ejercicio de “distensión” o “relajación” favorecen mucho.
(ツ) Ponerse en presencia de Dios con una actitud de fe, esperanza y amor.
TERCERA PARTE
Leer el artículo, noticia o información previamente seleccionada, con calma, con atención y asimilando su contenido. Una vez leído y asimilado comenzar una reflexión, más o menos con esta guía:
(テ) ¿Qué me dice este acontecimiento con relación a la Providencia del Padre; en orden a la salvación, de Cristo, en cuanto respecta a la acción del Espíritu Santo?...
(ト) ¿Qué significa como hecho eclesial? ¿con relación a mis hermanos?
(ナ) ¿Qué importancia tiene como valor positivo o contravalor?...
(ニ) ¿Qué proyección social alcanza sobre la comunidad humana: la ciudad, la región, el país, el continente, el mundo?
(ヌ) ¿Qué influencia tiene en la preparación del Reino?
CUARTA PARTE
Considero el acontecimiento, como creo que Cristo lo ve, en esta circunstancia, desde el Evangelio.
(ネ) Dialogo el acontecimiento con El.
(ノ) Lo contemplo a la luz que el Señor me dé y con la unción que El me conceda, como un hecho de salvación.
(ハ) Saco las consecuencias prácticas para mi vida y compromiso, según la lección que de los hechos he recibido.
(ヒ) Pido a Dios que El intervenga en la forma más conveniente para que los acontecimientos mediatos, se orienten a su gloria y propicien el bien de todos. (フ) Le doy gracias por la luz que me ha dado en la oración y porque el acontecimiento parfece en línea de su voluntad.
Así termina la oración en el periódico que puede aplicarse, con las variantes que amerite el caso, a los otros medios de información: radio, televisión, cine
20.- PRÁCTICA DE LA ORACIÓN MULTIVERBAL.- (Checa R., Orar es Amar, op.cit., p. 131).
1. La persona interesada ha de seleccionar su palabra motivadora. 2. Colocarse en clima propicio y en ambiente adecuado. 3. Sentarse en posición cómoda, cerrar los ojos. 4. Respirar, concentrarse y recogerse. 5. Ponerse en presencia de Dios, según lo sugiere la palabra motivadora. 6. Colocarla a nivel mental a la altura de la frente y comenzar a repetirla, penetrando en su significado. 7. Acelerar el ritmo, cada vez más intensamente; y bajarlo y subirlo alternativamente. 8. Repetirlo en espiral lo más aprisa posible, como tratando de subir más arriba y más arriba. 9. Así permanecer por espacio mínimo de una media hora; más si es posible. 10. Al terminar, ir moviéndose poco a poco, tras de abrir los ojos. Nunca cambiar de golpe y volver al estado de actividad ordinaria.
21.- ORACIÓN DE LAS MANOS.- (Finkler P., Cuando el hombre ora, op. cit., pp. 82-83).
Las manos se prestan admirablemente para expresar los más variados sentimientos de las diversas posturas corporales.
(エ) Palmas abiertas puestas una contra otra a la altura del pecho.
(オ) Manos juntas con los dedos cruzados a la altura del pecho. Expresa recogimiento que favorece la interiorización. (カ) El mismo gesto pero con las manos levantadas hasta la altura del rostro subraya más el significado, como por ejemplo cuando se hace durante la pequeña elevación de la patena y el cáliz en la misa. Se acentúa todavía más el sentido de oferta si las manos se separan una de otra y se levantan por encima de la cabeza.
(キ) Manos cruzadas diagonalmente sobre el pecho apoyando en él las palmas.
(ク) Manos superpuestas al estilo oriental como para recibir la comunión en la palma, pero dándoles un ángulo de 45 grados y levantándolas junto al cuerpo mientras los codos se separan, formando así con ella como una cunita en la que se guarda algo muy precioso.
(ケ) Manos y brazos cáidos a lo largo del cuerpo con las palmas al frente y un poco separadas del cuerpo (como se ve en algunas imágenes de la Milagrosa).
(コ) Manos levantadas a la altura del rostro, con los brazos formando ángulo recto, los antebrazos abiertos así como las palmas dirigidas al frente (actitud de los orantes en las catacumbas).
(サ) Manos abiertas y levantadas por encima de la cabeza, bien extendidas hacia arriba (actitud de los carismáticos).
(シ) Brazos en cruz (como el Señor crucificado). Expresa la verticalidad del cuerpo que apunta hacia lo alto (Dios) y la horizontalidad de los brazos que apunta hacia los hermanos.
22.- ORACIÓN DE LOS OJOS.- (Finkler P., Cuando el hombre ora, op.cit., 84).
Los ojos constituyen uno de los modos más finos para expresar los sentimientos.
A. Ojos abiertos fijos en el suelo. B. Ojos abiertos y dirigidos a lo alto. C. Ojos fijos en un objeto (tabernáculo, ostensorio, crudifijo, imagen, etc.). D. Ojos cerrados.
23.- ORACIÓN DE TODO EL CUERPO.- (Finkler P., Cuando el hombre ora., op.cit., pp. 81-82).
a) De pie. Cuerpo erecto, con el peso del tronco distribuido equitativamente sobre ambos pies.
b) De rodillas.
c) De rodillas y al mismo tiempo sentado sobre los talones o sobre una banqueta de carmelita o en el suelo con las piernas encogidas como en el yoga (loto).
d) Pequeña inclinación sólo con la cabeza, o gran inclinación, en la que todo el cuerpo sepliega hasta la altura de las rodillas.
e) Pequeña postración: de rodillas y sentados sobre los talones, doblando el cuerpo hacia adelante sobre los muslos, con los codos apoyados en el suelo, el antebrazo y las manos extendidas adelante o bien con las manos una sobre otra y la frente tocando el suelo o apoyada sobre las manos. Es la postura típicamente oriental o árabe.
f) Grande postración: tumbados de bruces en el suelo, con el cuerpo extendido, las puntas de los pies juntas y los talones un tanto separados, la frente apoyada sobre los brazos cruzados. Se emplea oficialmente en algunas liturgias.
g) Sentados en una silla: las plantas de los pies bien colocadas en el suelo, de modo que las piernas y los muslos formen ángulo recto, la pelvis bien acomodada, la columna vertebral erecta, la cara mirando al frente, los hombros caídos. (Si la altura de la silla no fuera proporcionada a la persona, servirse o de almohadas, cuano es baja, o de un cascabel, si es demasiado alta).
24.- EJERCICIOS PRÁCTICOS DE LA PRESENCIA DE DIOS.- (Caballero N., La oración: sus bases y sus técnicas. Op.cit., pp. 225-230).
Ejercicio 1º.
a) Ejercicio: tomar conciencia de Dios presente aquí y ahora.
b) Motivación: Dios está cerca. Lo llena todo, lo invade todo. Nuestro Dios es un Dios que “mira escondido” (Mateo 6,18).
c) Postura: siéntese en postura cómoda; adopte aquélla que mejor evite tensiones y favorezca la calma interior.
d) Relájese cuando le sea posible.
e) Ahora, cómodamente sentado y relajado, entra en un clima de serenidad, de calma. Preste atención a la realidad de que Dios está presente “aquí y ahora”.
(ヘ) puede verbalizar la realidad, si lo cree oportuno y repetir una frase que recoja esta misma realida: Ej. “Dios está aquí”, “estoy en la presencia de Dios”, “yo estoy en Dios”, etc...
(ホ) puedo tomar conciencia de su presencia sin verbalizar nada, sin decir nada ni vocal ni mentalmente, Tomar conciencia no supone necesariamente hablar. La conciencia, en definitiva es, “la observación silenciosa de lo que es”. Cuando la conciencia crece, cuando se hace más intensa, menos falta hacen las palabras. Todo es más silencioso y más penetrante.
(マ) Persista en esta toma de conciencia. Mantenga la atención todo el tiempo que pueda y deja que la realidad se imponga, vaya ganando planos de profundidad.
(ミ) Si se verbaliza, si se repite una frase, repítala despacio, observando atentamente lo que dice, intentando penetrar las mismas palabras, ir más allá de las mismas.
f) Haga este ejercicio de forma que no se fatigue. Puede iniciarlo con frases de 10 minutos e irlo prolongando a medida que vaya siendo capaz.
g) Cuando termine haga, antes tres o cuatro respiraciones profundas y después abra los ojos; mueva, como quien se desperaza, los brazos y piernas para evitar cierto agarrotamiento que puede producirse en la relajación. Bastará generalmente con apretar los puños fuerte o mover los dedos de los pies con cierta fuerza.
Ejercicio 2º.
a) Tomar conciencia de Dios presente aquí y ahora.
b) Descripción del ejercicio: para él nos servimos de la respiración. Introducir un ritmo controlado y tranquilo de repiración serena y tranquilizadora. Esa tranquilidad, a través de una circunstancia, tan vital como la respiración, es nuestra aportación a lo divino.
c) Postura: la misma del ejercicio anterior.
d) Relajación, mejor si se hace; no obstante puede, simplemente adoptarse una postura cómoda.
e) Comenzar expulsando todo el aire de los pulmones, sin violencias, sin forzar nada.Todo ha de resultar natural, tranquilo.
f) Al meter el aire, al inspirar, acompañe “mentalmente” la entrada del aire con la conciencia de que Dios “está aquí”.
(ム) Puede mentalmente repetir la frase: “Dios está aquí”. Así Inspirar Dios – está-aquí g) Al sacar el aire, al espirar, volver a repetir mentalmente la misma frase: Así
Espirar Dios –está-aquí
h) Hay algunas variantes interesantes:
(メ) Inspirar y expirar tomando conciencia de que Dios está aquí, pero sin decir nada mentalmente.
(モ) O diciendo la frase mentalmente “solo” al inspirar y al expirar mantener esa “sensación” de presencia, sin decir nada.
i) Se puede inspirar repitiendo mentalmente, mientras dura la inspiración, la palabra “Dios” o cualquiera que haga referencia a El. La palabra, procure que sea monosílaba, en este caso. Ha de durar el tiempo que dura la inspiración, como a golpes: Dios, Dios, Dios, sino alargarla, acomodándola al tiempo que dure el meter el aire: Diooooooos... Y todo tranquilamente, mentalmente, y lo más atentamente posible.
Al echar el aire hacer la misma operación. Repetir la palabra y “prolongarla mentalmente”, alargándola, como quien estira algo mientras dura la salida del aire.
Después repetir el ciclo. Y así una y otra vez.
Ejercicio 3º.
a) Ejercicio para despertar la atención a Dios presente.
b) Es un ejercicio sin mayor complicación, aunque muy eficaz y válido para ir desarrollando una mayor capacidad de atención a Dios. La atención, dispersa normalmente, irá adquiriendo más fuerza y más unidad.
c) Elija, como para todos los ejercicios, un lugar tranquilo donde los ruidos no existan o sean los menos posible.
d) Adopte una postura cómoda, según los mismos criterios anteriores.
e) Relájese lo más posible.
f) Concéntrese en “una palabra”, por ejemplo “Padre”, “Dios”, etc... y repítala “mentalmente”. Vaya repitiéndola procurando cada vez estar más atento. Hágase esta idea de que cada repetición sea un poco más atentamente, así:
(ヤ) ¡Padre! (Atento) (ユ) ¡Padre! (Más atento)
(ヨ) ¡Padre! (Más...)
(ラ) ¡Padre! (Más...)
Ejercicio 4º.
a) Ejercicio para tomar conciencia de la presencia de Dios en las cosas.
b) Motivación: Dios está en todas partes. Por consiguiente, en buena teología, podemos intentar tomar conciencia de Dios en cualquier lugar u objeto.
c) Lugar de Su presencia. Vamos a tomar algo aparentemente bien vulgar y carente de dinamismo; algo que no tiene poesía, ni “vida”, ni presencia: “una piedra”, y vamos a intentar desvelar el aspecto dinámico de la misma. En la piedra hay vida, porque está Dios.
d) De esta forma algo inerte puede ser algo maravilloso, porque “Una aventura dinámica se introduce entonces en lo terrestre, gracias a la cual existe una referncia a lo que está por encima y fuera de ella. Lo terrestre no es, por tanto anulado, aunque está marcado por un cierto “anulamiento”. Pero el espacio que se abre hace de lo terrestre una realidad dinámica... Su cerrazón imaginaria queda sobrepasada y se manifiesta de dos modos, terrestre y divino. Se convierte en un símbolo, en una señal, y así queda liberado de su enclaustramiento” (Antoine Vergote, Approche psycologique a la priére, en La Maison-Dieu, 109 (1972) 80.
e) Colóquese ante un objeto, aparentemente trivial, simple. Puede ser, como indico, una piedra, pero puede se cualquiera otra cosa. Sitúe el objeto a una distancia de un metro y medio.
f) Adopte una postura como en ejercicios anteriores.
g) Relájese. Cierre los ojos, y cuando esté suficientemente relajado y liberado del ambiente, ábralos y “mire relajadamente” al objeto.
h) Al mirar al objeto mantenga la conciencia de que Dios está ahí. Procure que la conciencia sea lo más lúcida posible. La trivialidad del objeto se irá iluminando y la piedra o el objeto que sea irá tomando aire de misterio, de presencia, de divinidad.
El ejercicio que, al principio, podría parecer ridículo ahora es algo muy serio e importante.
i) Si siente ganas de cerrar los ojos, hágalo, mientras sigue manteniendo la conciencia de la presencia de Dios. Si se le impone la presencia de Dios, desvinculada del objeto, como algo libre, independiente, primario, deje el objeto y manténgase en presencia de Dios. Esto es mejor que lo anterior.
25.- PRÁCTICA DE SENSIBILIZACIÓN A LA PRESENCIA DE DIOS.- (Checa Kuri Rafael, OCD., Orar es Amar., op.cit., pp. 111-113).
(リ) Ejercicio de relajación, distensión y concentración.
(ア) Une los movimientos de tu ser al Señor. Sosiégate. Déja a un lado tus preocupaciones. (イ) Dios está en tí desde siempre... (ウ) Descubre con fe las presencias de Dios. (エ) Al hablar con Dios presente exprésate con Dios sin palabras, mentalmente. (オ) Mirada contemplativa. (カ) Se termina con unas palabras de Santa Teresa de Lisieux.
① El contexto de esta práctica, con una ligera adaptación, está tomado del Sonorama: “Trato de Amistad”. Ed. Monte Carmelo Burgos.
26.- LA ORACIÓN DE JESÚS. (1) – (Enomiya-Lassalle H.M., S.J., Zen y Mística Cristiana, Paulinas. Madrid 1991, pp. 351-353).
La mística de la contemplación de Dios en la Iglesia oriental se expresa por medio de la oración de Jesús. Esta forma de oración curiosamente, en cuanto técnica, muestra grandes afinidades con ciertas técnicas de oración de las religiones asiáticas. Llama tanto la atención que es imposible desechar la sospecha de una relación histórica. La oración de Jesús, llamada también hesicasmo, últimamente también va teniendo cada vez más amigos en el ámbito del Cristianismo católico. Para empezar, citamos la introducción a la oración de Jesús de los conocidos Relatos de un peregrino ruso: “Siéntate solo y en silencio. Inclina la cabeza, cierra los ojos, respira dulcemente e imagínate que estás mirando a tu corazón. Dirige al corazón todos los pensamientos de tu alma. Respira y dí: Jesús mío, ten misericordia de mí. Dilo moviendo dulcemente los labios y dilo en el fondo del alma. Procura tranquilo, ten paciencia y repítelo con la mayor frecuencia que te sea posible.”
1.- Para aprender esta oración, hay que empezar recibiendo una introducción de alguien que tenga experiencia. Pero luego hay que practicarla mucho y aprenderla por propia experiencia. 2.- La fórmula entera reza: Jesucristo, Hijo y Palabra del Dios vivo y de María, ten misericordia de mí pecador. 3.- La postura durante la oración no debe ser demasiado cómoda, sino más bien cansar un poco. Pero cuando uno se cansa demasiado, puede hacerlo sentado o también tumbado. 4.- Hay que practicar la oración constantemente y no dejarla nunca. Cumplir esta regla del todo, desde luego es imposible. 5.- Si ya no se puede seguir de ninguna manera, hay que hacer una lectura espiritual, por ejemplo de la Filocalia, una vida de santo o un libro como Aventura de la oración. 6.- Mientras se practica la oración puede ocurrir que se vea un icono con representaciones de Cristo o de un santo. Por eso es obra del demonio y uno no debe detenerse en ello. 7.- A medida que se va avanzando en la oración de Jesús, se llega a hacer con el corazón espontánea e ininterrumpidamente. Entonces se puede percibir cómo el corazón hace la oración. 8.- No hay que pensar en ninguna persona femenina, a excepción de la Madre de Dios. 9.- En cuanto a comer y beber, no se debe beber vino ni comer carne. Por lo demás, hay que comer lo menos posible, reduciendo progresivamente las cantidades. De momento hay que limitarse a dos comidas diarias, más tarde a una. Después de cierto tiempo sólo hay que comer una vez en dos o tres días, o incluso ayunar toda una semana, hasta terminar olvidando del todo la comida. 10.- Hay que dormir sobre la superficie dura, pero no tanto que impida dormir. 11.- Todos los días hay que trabajar, incluso en trabajos duros, pues el trabajo es el instrumento por medio del cual se limpia el alma de todas sus faltas y desórdenes.
Complemento teológico:
1.- En cierto modo, había que conquistar a Dios y llegar con su gracia a una vida sobrenatural. La oración mental es el camino para llegar ahí. Hay otros caminos que también conducen a esta meta, pero éste es el mejor. 2.- Por eso hace falta estar muy tranquilo y sin preocupaciones. Por eso había que aislarse de las cosas exteriores y no se debían tener resposabilidades externas. 3.- Hace falta gran simplicidad de fe. 4.- El estar libre de preocupaciones protege contra el pecado y ayuda a encontrar la verdad, pues en el silencio se descubre lo que a uno le falta. Pero no se pide por ello. 5.- En el silencio el hombre reconoce su faltas; de ahí surge el temor de Dios, que, según los Santos Padres de Anatolia, es lo primero en el Cristianismo. 6.- Importa sobre todo el espíritu de estos Padres. Para corroborarlo, de acuerdo al Antiguo Testamento donde se viene a decir, según su sentido: para tu trabajo y has de saber que yo solo soy Dios. 7.- Es el destino del hombre llegar a ser instrumento de la gracia del Espíritu Santo; y si le falta la gracia del Espíritu Santo, falla, pue Dios ha dicho: Hagamos al hombre según nuestra imagen y semejanza. 8.- La elevación significa renuncia a sí mismo y conlleva muchos sufrimientos y esfuerzos. Pero la apathia, impasibilidad, nos lleva a Dios, pues el ejercicio y el sacrificio aportan el amor a Dios. Pero por medio de nuestro amor no podemos enriquecer a Dios, pues es totalmente perfecto. Más bien, por el contrario, este amor puro hacia Dios y los hombres nos llega de parte de Dios como un regalo. El amor divino ilumina nuestro espíritu, y esa gracia sobrenatural es como una semilla. 9.- Exiten tres grados en la oración de Jesús: A. El grado de la instrucción. En él ya se experimenta una alegría tan indescriptible y un amor tan perfecto, que se piensa que las alegrías del paraíso no pueden ser mayores. B. El grado de iluminación divina del espíritu: aquí una semilla sobrenatural purifica el espíritu y corazón. C. El grado de santidad y perfección, de amor puro y de la apathia.
27.- LA ORACIÓN DE JESÚS. (2) - (Checa R., Orar es Amar, op.cit., pp. 123-125).
1.- Concentración de la mente. 2.- Debe darse con una postura corporal que favorezca la quietud. 3.- Crear un ambiente de aislamiento y de silencio.
② Exiten variaciones: 1.- Inclinar la cabeza apoyando la barba sobre el pecho. 2.- Sentarse preferentemente en el suelo o en algo bajo (banquillo, cojín). 3.- Centrar la vista en un punto, como mirándolo, no en forma rígidamente fija, o bien cerrando los ojos, para la concentración. 4.- Tomar conciencia de la respiración para unir el corazón con la mente. 5.- La repetición de las jaculatorias, puede alcanzar varios miles al día; ordinariamente han de hacerse en períodos no más largos de media hora. 6.- El número de jaculatorias va elevándose gradualmente; con el tiempo, hay que decirlas a compás con la respiración o con los latidos del corazón. 7.- Si se sigue adelante, las jaculatorias podrían aumentar al número de doce mil, y prolongarse por el espacio de todo el día.
EFECTOS DE LA ORACIÓN DE JESÚS:
A. Se experimenta cierta sensación de calor en el cuerpo. B. El dolor, sea físico o moral, se atenúa considerablemente. C. Nuestro físico se ve menos afectado por el frío, calor, el hambre, la sed. D. Los pensamientos o inclinaciones son menos móviles y destructivos. E. La concentración es más penetrante y profunda.
En un Segundo Nivel, la meditación lleva a una interiorización gradual; la oración, recitada con los labios, pasa al corazón y se produce un doble fenómeno: una impresión de angustia intensa junto con un fervor del corazón, sentimiento vivo de amor.
a) En ocaciones cesan las palabras y el sentimiento de Dios es tan vivo y eficaz, que la persona se emociona profundamente hasta las lágrimas; la mente se exulta de amor sensible. b) Cada latido del corazón corresponde, pero ya en silencio, al significado de cada una de las palabras de la frase repetida: “Señor Jesucristo...ten piedad de mí... pecador... c) La Palabra de Dios leída antes o después aclara más vivamente la realidad del hombre interior, que vive la vida del Espíritu. d) Se descubre que el Reino de Dios está dentro de nosotros. e) Se experimenta que orar es dejar expandirse al Espíritu que clama Abba. Se está seguro de una más íntima unión con Dios.
En un Tercer Estadio, la oración que habrá centrado en Dios a la persona orante, ahora se abre al universo creado.
a) Queda el hombre invitado a una relación más amistosa con los prójimos; aún sin dirigirles la palabra y entablar conversación, se experimenta hacia ellos un gran afecto. b) Todas las cosas, se transforman a la mirada del orante, bajo la luz del Espíritu.
28.- LA “LECTIO DIVINA”.- (Método benedictino). (Ramis Darder Francesc., Lucas, evangelista de la ternura. Col. Palabra y vida. Verbo Divino. Estella 1997, pp. 9-14.)
1.- METODOLOGÍA
A.- Para la lectura A. Lectura Personal. – Momento de estudio. Momento de Interiorización-. B. Lectura Comunitaria.
B.- Reunión de estudio C.- Aplicación a la vida: “La lectio divina”.
OBSERVACIONES
2.- PARA EL TRABAJO EN GRUPO: LECTIO DIVINA
Introducción: Preparamos nuestro interior.
1er. Paso: Lectura atenta del texto (lectio). 2º. Paso: Nos dejamos interpelar por el texto (meditatio). 3er. Paso: La Palabra nos exige una respuesta (oratio-actio).
Conclusión.
3.- PARA EL TRABAJO PERSONAL
“Lectura creyente de la realidad”.
29.- LA PRÁCTICA DE LA “LECTIO DIVINA”. (Método bendictino). (Martin C.Ma., La alegría del evangelio. Col. El pozo de Siquem 37. Sal Terrae. Santander 1984, 2ª., ed., pp. 13-23). 1.- La “lectio divina”.
Método: - la Lectio - la Meditatio - la Contemplatio - la oratio - la consolatio - la discretio - la deliberatio - la actio
2.- Relación con la memoria, el entendimiento y la voluntad. (En comparación con los términos de la metodología patrística de la “lectio divina”). 3.- La contemplación evangélica. 4.- El dinamismo universal del conocimiento. 5.- Carácter específico de la oración cristiana.
30.- LA ORACIÓN CENTRANTE.- (Keating T., OCSO, Intimidad con Dios. Col. Caminos 9. Desclée De Brouwer. Bilbao 1997, pp. 11-13).
1.- Los orígenes de la oración centrante. 2.- Actitudesw hacia Dios. 3.- La base teológica de la oración centrante. 4.- La tradición contemplativa cristiana. 5.- El proceso de la “lectio divina”. 6.- Voluntad e intención en la oración centrante. 7.- El símbolo sagrado como un gesto de consentimiento. 8.- La psicología de la oración centrante. 9.- La experiencia de profundización de la oración centrante.
31.- FORMAS BÁSICAS Y LA PRÁCTICA DE LA CONTEMPLACIÓN.- (Jäger W., En busca de la verdad. Col. Caminos 20. Desclée De Brouwer. Bilbao 1999, pp. 259-270).
Método de los Monjes del Desierto
1º. El ejercicio con la respiración. 2º. El ejercicio de la sentada. 3º. Largos períodos de práctica ininterrumpida. 4º. El ejercicio con la palabra. 5º. La palabra se unirá a la entrega y al amor. 6º. ¿La percepción desnuda?
El ejercicio de contemplar.- (7 pasos).
32.- SADHANA, Un camino de oración.- (Método del P. Anthony de Mello, S.J.: Sadhana, Col. Pastoral 6. Sal Terrae. Santander 1985, 6ª. ed.)
1.- CONSCIENCIA:-
Ejercicio 1: La riqueza del silencio. Ejercicio 2: Sensaciones del cuerpo. Ejercicio 3: Sensaciones del cuerpo. Control del pensamiento. Ejercicio 4: Control del pensamiento. Ejercicio 5: Sensaciones de la respiración.
2.- CONSCIENCIA Y CONTEMPLACIÓN: -
Ejercicio 6: Dios en mi respiración. Ejercicio 7: Comunicación con Dios por la repiración. Ejercicio 8: Quietud. Ejercicio 9: Oración del cuerpo. Ejercicio 10: El toque de Dios. Ejercicio 11: Sonidos. Ejercicio 12: Concentración. Ejercicio 13: Encontrar a Dios en todas las cosas. Ejercicio 14: Hacerse consciente de los demás.
(ル) Beneficios personales que derivan de la consciencia. (レ) Beneficios para el grupo. (ロ) La contemplación resulta más fácil en grupo. (ワ) Valor especial de la coscienciación del cuerpo.
3.- FANTASÍA:-
Ejercicio 15: Aquí y allá. Ejercicio 16: Un lugar para orar. Ejercicio 17: El retorno a Galilea. Ejercicio 18: Los misterios gozosos de tu vida. Ejercicio 19: Los misterios dolorosos. Ejercicio 20: Libérate del resentimiento. Ejercicio 21: La silla vacía. Ejercicio 22: Contemplación ignaciana. Ejercicio 23: Fantasías simbólicas. Ejercicio 24: Curación de recuerdos dolorosos. Ejercicio 25: El valor de la vida. Ejercicio 26: Ver la vida en perspectiva. Ejercicio 27: Diciendo adiós a tu cuerpo. Ejercicio 28: Tu funeral. Ejercicio 29: Fantasía sobre el cadáver. Ejercicio 30: Consciencia del pasado. Ejercicio 31: Consciencia del futuro. Ejercicio 32: Consciencia de las personas.
4.- DEVOCIÓN.-
Ejercicio 33: El método “benedictino”. Ejercicio 34: Oración vocal. Ejercicio 35: La oración de Jesús. Ejercicio 36: Los mil nombres de Jesús. Ejercicio 37: Contempla a Jesús que te está mirando. Ejercicio 38: El corazón de Cristo. Ejercicio 39: El Nombre como presencia. Ejercicio 40: La oración de intercesión. Ejercicio 41: Petición. Ejercicio 42: Jesús el Salvador. Ejercicio 43: Frases evangélicas. Ejercicio 44: Santos deseos. Ejercicio 45: Teocentrismo. Ejercicio 46: Llama viva de amor. Ejercicio 47: La oración de alabanza.
33.- FORMA DEL ZAZEN. (Enomiya-Lassalle H.M., Zen y mística cristiana, op.cit., 188-190).
1.- En primer lugar hay que procurar regular la actividad del corazón y de los pulmones. Puesto que el corazón domina toda la circulación de la sangre en el cuerpo, hay que poner atención en evitar enfermedades que afectan el corazón, como son una afluencia exagerada de sangre, exceso de sangre y molestias en el cerebro, y procurar que la acrividad del corazón, así como la circulación por las venas, funcione bien.
2.- Como el pulmón es el órgano que lleva a cabo la limpieza de la sangre y vitaliza todo el cuerpo, la respiración ha de ser lo suficientemente profunda y larga. Hay que tener la actitud como si se quisiera enviar el aire inspirado por todo el cuerpo, desde la coronilla hasta las puntas de los dedos de las manos y de los pies. Cuando la mente está vigorosa y la sangre circula bien, cuerpo y alma se encuentran bien y el ejercicio avanza a buen ritmo. Las hojas del pulmón, que son ocho, cubren y protegen el corazón. Por eso en las sutras también se representa al Buda sentado en una flor de loto. Fueron los antiguos indios quienes ya descubrieron que la actividad del pulmón influye decisivamente en la del corazón. De ahí que la regulación de la repiración sea la pieza central del zazen; por eso también apareció desde el principio la práctica del susokukan. Estas explicaciones no precisan de mayor comentario. Más extraña nos parece la siguiente teoría de la columna vertebral, que, por otra parte, sin duda, procede del Yoga de la India. (cfr.cita 81: John Mumford, Psycosomatic yoga, o.c.; Mircea Eliade, Le Yoga, o.c. En Enomiya-Lassalle, Zen y mística, o.c., pág. 188). La columna vertebral
1.- En el cuerpo humano dos haces de nervios recorren ambos lados de la columna vertebral. El interior de la columna vertebral es una cavidad hueca. Se llama sushumna. Este espacio está cerrado en el hombre común, que no ha conseguido de alguna manera abrirlo. Mientras sigue cerrado es imposible la libertad total e ilimitada del espíritu, debido a las excitaciones de las pasiones, distracciones, muchos afectos y antipatías y crispación de las propias opiniones.
2.- Por eso hay que sentarse delante de la pared (zazen) y acostumbrar la respiración a funcionar de un modo regular, para que el corazón, los pulmones y la misma respiración se ordenen, y sobre todo para que se tranquilicen los centros nerviosos, pues eso es de la mayor importancia.
3.- Teniendo en cuenta estas relaciones se aspira el aire por el orificio nasal izquierdo conduciendo a lo largo de la columna hasta (el ano situado en) su extremo inferior, es decir, hasta el gunjariren-yoza, el asiento de loto de la kundalini. Allí se retiene el aire unos instantes y luego se lo expulsa espirando por el orificio nasal derecho. (Sobre este ejercicio de respiración escribe detalladamente Déchanet, cf. J.B. Déchanet O.S.B., Yoga für Christen, Luzern 1957, 120-122 –versión castellana: Yoga cristiano en diez lecciones, DDB, Bilbao-. Citado Enomiya-Lassalle, Zen y mística, op.cit., pág. 189, nota 82). La forma de sentarse y su técnica, el modo de cruzar las piernas, lo damos por conocido. “Hay que poner suficiente fuerza en el abdómen; dicho más exactamente, algo por debajo del ombligo donde se encuentra el kikai, el mar de aire, donde los antiguos se imaginaban que estaba el origen de la respiración. Cuando la actividad propia del corazón y de los pulmones se ejecuta de modo perfecto, es posible mantener alejados los daños de la enfermedad del “Zen conceptual” (Significa practicar Zen valiéndose del pensar discursivo, es decir, de forma teórica, lo cual cansa la cabeza como siempre con este tipo de pensar, y que puede tener consecuencias funestas si se practica de esta forma por mucho tiempo. Citado por Enomiya, op. cit., idem, nota 83)... La sangre de los pulmones se lleva al tanden (lugar a 3 cm por debajo del ombligo). Mientras la respiración es intranquila y los latidos del corazón son fuertes, no se consigue nada. Por eso antes que nada hay que regular la respiración. En el espacio de un minuto hay que respirar aproximadamente una vez. Entonces cuerpo y mente, espontáneamente, se encuentran bien y alegres. Desde antiguo se considera que los pulmones están ralacionados con el saber y el corazón con la voluntad. Cuando por medio de la regulación de la respiración se ha conseguido abrir el ojo de la sabiduría, entonces al mismo tiempo también se ejercita el corazón (En el hesicasmo u oración de Jesús tiene lugar una regulación parecida de la actividad del corazón, y consecuentemente de la circulación de la sangre, por medio de la respiración. Cfr. Nota 81, pág. 190 de Enomiya, op.cit.) y se corrige la circulación de la sangre. Sin embargo, si sólo avanza el saber y no se forma la voluntad, no es posible ningún progreso del espíritu. Por eso hace falta fortalecer al mismo tiempo ambos, pulmones y corazón, o perfeccionar la actividad de ambos, tanto de los pulmones como del corazón.
34.- LA ORACIÓN SIN OBJETO.- (Jäger W., En busca del sentido de la vida. –Un camino hacia la profundidad de nuestro ser-. Narcea. Madrid 2002, 3ª. ed., pág. 87).
① Distinguimos tres formas de oración: vocal –oratio-, meditación –meditatio-, contemplación –contemplatio-.
① Oración vocal. ② Oración mental (oración devota interiorizada). ③ Meditación (eventualmente unida a la lectura). ④ Oración de recogimiento (activa y pasiva).
A continuación de estas formas comienza la oración propiamente contemplativa:
⑤ Oración de quietud. ⑥ Contemplación (llamada también unio mystica, abismamiento, arte de amar).
35.- MÉTODO DE MADAME GÜYON (1648-1717). (Jäger, W., En busca, op.cit., págs. 124-131).
(ア) El camino activo de la luz. (イ) El camino pasivo de la luz. (ウ) El camino de la noche.
El proceso de purificación.- Este se desarrolla en cuatro etapas: 1º. Cierto impulso incita a la persona a adentrarse, mientras que los sentidos exteriores se van durmiendo. 2º. Proceso de purificación pasivo, en el que Dios toma la iniciativa y en el cual mueren los “sentidos exteriores”: entendimiento, memoria y voluntad. 3º. Desprendimiento del apoyo religioso; no se experimenta a Dios. El ser humano se siente abandonado de todo. Es la etapa de la muerte mística. 4º. Vuelta a la vida, resurrección e integración de la experiencia en la vida cotidiana.
36.- LA NO-BÚSQUEDA COMO CAMINO HACIA DIOS. -Método de Maestro Eckhart (1260-1328)-. (Jäger, W., En busca, op.cit., págs. 107-114).
A. Dos clases de no-saber. B. Instrucciones para el ejercicio. C. El ejercicio interior. (ヲ) Sosiego. (ン) Recogimiento. (ア) Serenidad. (イ) Pobreza. (ウ) Abismamiento.
D. Contemplación y Acción.
37.- CAMINOS CONTEMPLATIVOS: JUAN DE LA CRUZ Y EL MAESTRO ECKHART (Jäger W., En busca, op.cit., págs. 271.273).
1. La no-búsqueda como camino hacia Dios. 2. El ejercicio interior. - El ejercicio del sosiego. - Recogimiento. - Serenidad.
III. ASPECTOS PSICOLÓGICOS DEL CAMINO INTERIOR. (Jäger W., En busca, op.cit., págs. 143-189).
1.- Atención
A. Formas de Atención. a) La atención del cuerpo. b) Diferentes formas de sentir. c) Estados de ánimo. d) Procesos intelectuales.
B. El Yo: punto de intersección de nuestros pensamientos, sentimientos y apetitos.
C. Identificación personal.
2.- El sacramento del momento presente.
① El hombre, nostalgia de Dios. ② Morir para volver a nacer. ③ El morir del yo. ④ La fuerza transformadora del momento presente. ⑤ El momento presente nos lleva a la experiencia de la vida. ⑥ El maestro Eckhart y el momento presente. ⑦ Dios en el momento presente da la vida presente.
3.- Estructuras de profundidad y diferentes etapas en el camino interior.
A. Etapas del desarrollo. 1ª. Etapa: Orientación. 2ª. Etapa: Mayor concentración. 3ª. Etapa: Unificación de la consciencia. 4ª. Etapa: Vaciamiento de la conciencia. 5ª. Etapa: Samadhi. 6ª. Etapa: Desmontaje de toda actividad del yo. 7ª. Etapa: Iluminación.
B. Resumen (del camino esotérico). Tres niveles de percepción: 1º. Asirse al ejercicio. 2º. Desasirse del ejercicio. 3º. Percepción pura.
4.- Transformación de la consciencia.
A. Ortonoia, paranoia, metanoia.
5.- Como tratar las emociones.
17. Emociones y sentimientos. 18. Transformación de las emociones. 19. Pautas a seguir.
6.- La cueva del corazón.
La cueva, símbolo del inconsciente. El mito de la caverna de Platón. La sombra. Proyección hacia el exterior. Mirar detrás de la máscara. El sí a la sombra. Coexistencia de sombra y consciencia. Como se produce la sombra. Los demonios interiores.
7.- ¿Depresión o proceso de transformación?
El destino del ser humano. La resistencia del yo. Sentido del sufrimiento. Clases de depresión. Posibilidades de curación.
IV:- EFECTOS DE LA MEDITACIÓN. (Finkler P., Cuando el hombre ora., op.cit., págs. 234-243).
Al observar científicamente, mediante un adecuado instrumental, el organismo humano de la persona entregada a actividades espirituales como el yoga, el zen y, principalmente, la meditación trascendental, se constatan importantes alteraciones fisiológicas directamente relacionadas con la actividad mental del sujeto observado. La primera constatación hecha, en la persona en estado de oración, fue que todas las funciones del organismo se realizan de un modo óptimo. Todas las causas fisiológicas de los trastornos psicosomáticos y neuróticos quedan neutralizados, de modo que la salud mejora y se fortalece en todos los sentidos. El relax logra de un modo natural lo que suele lograrse también a base de psicodrogas, con la diferencia de éstas presentan el inconveniente de acarrear efectos secundarios negativos muy perjudiciales a la salud. Entre los efectos fisiológicos del estado de relax en que se encuentra la persona entregada a la oración profunda, como es el caso de la meditación trascendental, se observan estos fenómenos:
+ Reducción de la tasa metabólica a 25-30 por 100. + Reducción del consumo de oxígeno total en 20 por 100. + Reducción de la frecuencia respiratoria de 12-14 a 4-6 respiraciones por minuto. + Aumento cuantitativo de las ondas alfa en el E.E.G. (electroencefalograma). + Aparición de la presión arterial a una media de 20 por 100 en los pacientes hipersensibles. + Aparición de ondas zeta. + Reducción de la presión arterial a una mdia de 20 por 100 en los pacientes hipersensibles. + Gran aumento (hasta quintuplicarse) de la resistencia cutánea. + Modificaciones del Ph y del bicarbonato de sodio en la sangre. + Reducción en la producción de uropepsina. + Disminución del flujo cardíaco (flujo de sangre en el corazón) de un 25 por 100.
Entre los efectos psicológicos ligados a la oración profunda y observados por los científicos, se dan sobre todo los siguientes:
+ Mayor capacidad intelectual y aumento de la energía y de la eficacia en cualquier tipo de actividad. + Mayor capacidad de reacción psicofísica. + Mayor calma y eliminación de la tensión mental y física. + Sensación y sentimiento de mayor seguridad y de prudencia al hablar y actuar. + Aumento de la capacidad creativa, de la productividad inventiva, del discernimiento, de la intuición y de la concentración (en el estudio y en las clases). + Pérdida del deseo de alucinógenos o de drogas depresivas, del alcohol, del tabaco, del café..., o total eliminación de estos estupefacientes en las personas viciadas. + Atenuación de síntomas de algunos condicionamientos corporales, insomnio, hipertensión... + Mejor movilización de los recursos corporales para afrontar circunstancias intensas, como accidentes, monotonía sensorial, infortunios, etc.
Como se ve, aparte de los efectos puramente espirituales debidos en exclusiva a la actuación de la gracia, la oración –y sobre todo la contemplación profunda- traen consigo también impresionantes ventajas puramente humanas a quienes la practican. Es la natural e inevitable componente psicobiológica, constitutiva del soporte humano de la persona, la que influye de modo extraordinariamente positivo en el organismo. La resultante lógica de tales cambios en la personalidad psicobiológica puede sintetizarse así:
+ Un notable ensanchamiento del margen de libertad interior en los procesos resolutorios (decisiones y opciones personales). + Un profundo sentimiento de armonía y equilibrio interior. + Una mejoría en las condiciones generales de la salud. + Un crecimiento de la sensación de felicidad y de alegría de vivir.
A esto se puede añadir que la persona sencillamente se transforma en múltiples aspectos de su personalidad: moral, psicológico y hasta físico y fisiológico. Son resultados que muchos consiguen sólo elaborar penosamente a lo largo de meses y aun años de psicoterapia. Se diría, pues, que los resultados más costosos al hombre, en desgaste de su energía y no poco sufrimiento, Dios se los concede gratis y multiplicados por diez a sus amigos más íntimos. Corrigiendo la natural incontinencia de los sentidos, con la actitud pasiva, el Espíritu encuentra más libertad de actuar en el alma, la inteligencia, la mente y el corazón del hombre. De este modo se hacen mucho más claros incluso los conceptos puramente intelectuales que la exagerada interferencia de los sentidos, atiborrados con el recuerdo importuno de toda clase de experiencias, suele anieblar impidiéndoles la apreciación exacta de las cosas. Ni siquiera los mecanismos de elaboración –por lo general tan sobrecargados de tensión con las exigencias profesionales y domésticas- consiguen realizar unas tareas tan finas y delicadas. La purificación interior simplifica también los procesos naturales. El desasimiento profundo de todos los apegos permite una gran movilidad al Espíritu con la capacidad de penetrar sagazmente todas las cosas.
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B I B L I O G R A F Í A
1. Borras P., S.J., Diversos modos de orar. En: “Papeles”. Col. Cuadernos Cristianismo i Justicia. En: www.fespinal.com/espinal 2. Caballero Nicolás, CMF., El salto al centro. –Prácticas de interiorización-. Vol. 3º. EDICEP. Valencia. 1984, 4ª., ed. 3. _______________________, La oración: sus bases y sus técnicas. En: “El camino a la libertad”. Vol. IV. Col. C.P. 92-93. EDICEP. Valencia. 1987, 6ª. ed. 4…._______________________, Silence and the Liberation of Consciousness. Claretian Publications. Quezon City. Philippines. 1985. 5. Checa Curi R., OCD., Orar es Amar. –Contemplación para todos-. CEVHAC-Progreso. México, D.F., 1985. 6. De Mello A., S.J., Sadhana. –Un camino de oración-. Col. Pastoral 6. Sal Terrae. Santander. 1985, 6ª. ed. 7. Enomiya-Lassalle H.M., S.J., Zen y Mística Cristiana. Paulinas. Madrid. 1991. 8. Finkler P., Cuando el hombre ora... Paulinas. Madrid. 1981, 4ª. ed. 9. Graf Dürckheim Karlfried., Hara. –Centro vital del hombre-. Mensajero. Bilbao. 1986. 10. _________________________, Japón y la cultura de la quietud.. Col. Hombre y Misterio. Mensajero. Bilbao. 1985. 11. Guerra Santiago, OCD., Meditación en NDE (Nuevo Diccionario de Espiritualidad) Paulinas. Madrid. 1991, 4ª. ed., págs. 1222-1223. 12. Jäger W., OSB., En busca del sentido de la vida. –Un camino hacia la profundidad de nuestro ser-. NARCEA. Madrid. 2002, 3ª. ed. 13. _________, En busca de la verdad. Col. Caminos 20. Desclée De Brouwer. Bilbao. 1999. 14. Kapleau Philip., El Zen de la vida y la muerte. –Guía práctica espiritual-. ONIRO. Barcelona 1999. 15. Keating T., OCSO., Intimidad con Dios. Col. Caminos 9. Desclée De Brouwer. Bilbao 1997. 16. Martini C.Ma., La alegría del evangelio. Col. El Pozo de Siquem 37. Sal Terrae. Santander. 1984, 2ª. ed. Ramis Darder F., Lucas evangelista de la ternura. Col. Palabra y vida. Verbo Divino. Estella. 1997. Vega Manuel, Contemplación y Psicología. NARCEA. Madrid. 1989.
© Marco Antonio de la Rosa Ruiz Esparza Revista Lindaraja Foro de Realidad y ficción www.filosofiayliteratura.org/zen/zenbiblia.htm Marco Antonio de la Rosa Ruiz Esparza, M.G. (Misionero de Guadalupe). Nacido en Aguascalientes, Ags., (Méx.). Estudió filosofía en la Universidad Iberoamericana y teología en la Universidad Intercontinental, obteniendo el título de licenciado en teología. Ordenado sacerdote en 1983. Reside en Japón desde 1986. Párroco de Sukugawa, Pref. Fukushima (1992-1996). Representante de los Misioneros de Guadalupe ante el Consejo Diocesano de Pastoral de la Diócesis de Sendai, noroeste de Japón (1993-97) y del 2004 a la fecha miembro del Consejo Presbiteral y en ausencia del obispo del Consejo de Gobierno de la misma. Trabajo de Pastoral de Conjunto en la región de Aizu, Prefectura de Fukushima (1996-2004), donde fue director de dos grupos de contemplación Sadhana y Moderador de la misma (2002-2004). Practicó zazen con los Maestros Zen, Drs. Sato Kenko y Klaus Riesenhuber, S.J., y continúa bajo la asesoría del último. Desde febrero 2005 formará parte del Consejo Regional de la Misión de Japón de los Misioneros de Guadadalupe para el período 2005-2009. Actualmente reside en la catedral de Sendai.
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